El silencio y el deseo: ‘Enero’, de Sara Gallardo

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Enero, de Sara Gallardo
Laguna Libros, 104 páginas

Nefer tiene un secreto y está sola. “La angustia le nubla los ojos y lentamente dobla su cabeza”, anuncia el narrador de Enero, quien parecería darles voz a los gritos ahogados que carcomen a esta campesina de dieciséis años, que no sabe muy bien qué hacer con ella misma después de enterarse de que está embarazada.

Enero (1958) es la ópera prima de la escritora y periodista argentina Sara Gallardo (1931-1988), una mujer que nació en una familia de ministros y científicos, lo que le permitió el acceso a una educación privilegiada, viajes largos a Europa y una biblioteca envidiable, en un tiempo en que las puertas del cuarto propio de la escritura solo se abrían para aquellas mujeres que provenían de orígenes aristocráticos e intelectuales. De manera paralela a una carrera periodística prolífica, Gallardo también escribió las novelas Pantalones azules (1963), Los galgos, los galgos (1968), Eisejuaz (1971) y La rosa en el viento (1979).

Sin embargo, su obra siempre tuvo una discreta recepción, pues cuando publicaba, sus temas –que van desde la soledad de las mujeres campesinas hasta las iluminaciones espirituales de un indígena– eran considerados menores, frívolos. Sus novelas quedaron olvidadas y borradas del canon de la literatura argentina del siglo XX. Solo en 2001, cuando Ricardo Piglia reeditó Eisejuaz y la incluyó en la Biblioteca de Clásicos Argentinos de El Clarín, la crítica revisitó su obra y descubrió un universo literario tan extraño como original. Uno que, por medio de un tratamiento preciso del lenguaje, logra componer el relato de aquellas subjetividades que se encuentran en los bordes de la cultura hegemónica.

En Enero, Sara Gallardo logra construir el personaje de una adolescente que desea: desea a un hombre que no la determina, desea olvidar el día que tuvo un encuentro sexual cualquiera con un borracho cualquiera y que le dejó un “hongo negro y creciente” en el vientre, desea también un milagro que acabe con ese “miedo que come su comida y duerme su sueño”. A lo largo de la novela, Gallardo logra darles protagonismo al desamparo y la angustia de esta adolescente, mediante un paisaje rural que toma la voz de esos gritos desgarrados que Nefer no puede emitir. Ella se encuentra en medio de un campo “tan ancho y tan verde” que permanece impávido ante su situación, y que solamente despliega sus tiempos, sus leyes y su fuerza reproductiva con indiferencia, mientras que la muchacha se sumerge en una desdicha abismal y solitaria.

A veces Nefer se permite ensoñaciones que romantizan una vida doméstica junto al hombre de sus fantasías, pero rápidamente ese relato futuro se resquebraja por la inminencia de su estado. Resulta extraña la manera en que un libro publicado hace sesenta años resuena con aquellos relatos que las escritoras contemporáneas estamos intentando contar hoy. La manera aguda en que Gallardo delinea a este personaje, con sus silencios y sus miedos, muestra también cómo el cuerpo femenino y su deseo han sido territorios desconocidos para las propias mujeres.

La reedición de Enero, de Laguna Libros, es tal vez una de las mejores noticias para aquellos lectores que han sabido, gracias al voz a voz, de la potencia de la literatura de Sara Gallardo. La posibilidad de poder leer su obra en Colombia es también la posibilidad de volver a armar un canon de literatura latinoamericana en que lo raro, lo original y lo que se encuentra al margen resplandece.

*Esquivel es periodista, escritora, traductora y poeta. Enseña en la Maestría de Escritura Creativa del Instituto Caro y Cuervo. Tiene un podcast de cultura y género llamado Womansplaining en el portal 070. Ha publicado el poemario El lado salvaje (Cardumen, 2016) y la novela Animales del fin del mundo (Alfaguara, 2017).

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