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Hernán Roberto Franco fue atacado en el parqueadero de un edificio del Parque de la 93
Hernán Roberto Franco fue atacado en el parqueadero de un edificio del Parque de la 93. | Foto: Twitter: Jonathan Nieto

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¿Cómo logró el empresario baleado en la 93 caminar y hasta hacer una llamada, pese a la gravedad de sus heridas? Médico lo explica

El doctor Diego Rosselli, profesor de medicina de la Universidad Javeriana, explica lo que pudo ocurrir en este sorprendente caso.

Redacción Salud
22 de febrero de 2024

El video le ha dado la vuelta al mundo: el empresario Roberto Franco Charry llegó la mañana del miércoles 21 de febrero a un edificio cercano al Parque de la 93 para una reunión de trabajo cuando fue sorprendido por un sicario que le disparó a quemarropa, en cuatro ocasiones, dentro de un establecimiento comercial, solo segundos después de que el hombre se bajara de su vehículo.

En las imágenes se observa cómo, una vez Franco ingresa al local, el sicario lo aborda por la parte de atrás y descarga su arma en varias oportunidades.

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Hernán Roberto Franco Charry, víctima de sicarios en el Parque de la 93 en Bogotá. | Foto: Fotomontaje SEMANA

Pese a la gravedad de las heridas, en los videos de las cámaras de seguridad del edificio se observa que la víctima no se desploma al instante después del ataque, sino que alcanza a realizar una serie de movimientos que han sorprendido a más de uno: sangrando profusamente por un costado, camina varios segundos y hasta alcanza a realizar una llamada a través de su teléfono celular. Luego, se recuesta en la barra del lugar. Instantes después, cae al suelo.

Para el médico Diego Rosselli, reconocido neurólogo y docente de medicina de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, aunque no se trata de un hecho inusual, asegura que, tal como les sucedió a miles de ciudadanos, quedó impactado con las imágenes del robo que han circulado en las redes sociales después del atentado sicarial.

“Estamos frente a una situación que solamente Medicina Legal podrá determinar con exactitud. Pero lo que se observa es que una persona, cuando pasa por un episodio así de violento sufre una descarga inmediata de hormonas, esteroides y adrenalina que hacen que pueda hacer actos sobrehumanos y no darse cuenta de lo que pasa y suprimir el dolor”, asegura el especialista en SEMANA.

Eso explica por qué, agrega, “un deportista siga compitiendo a pesar de una fractura y solo tiempo después es que se da cuenta de la gravedad de lo que le sucedió. Una vez, por ejemplo, me rompí tres costillas, después de una caída. Y pasé un muy buen rato manejando carro, antes de que sintiera un dolor fuerte”.

De acuerdo con Rosselli, cuando la víctima del atraco se desplomó, entró en estado de shock “y comenzó a desangrarse (dependiendo de los órganos que hayan estado comprometidos) y por consiguiente se desmayó. “El volumen de sangrado, si proviene por ejemplo de órganos como el hígado y el pulmón, que sangran más que otros, es lo que hace la diferencia en términos, por ejemplo, de que una persona pueda llegar con signos vitales a una clínica o no”, indica el médico.

En ese sentido, existen, dice el neurólogo, varios tipos de shock. “Uno de ellos es el shock hipovolémico, que es cuando la persona hace una hemorragia que puede ser interna o externa y el corazón es incapaz de bombear suficiente sangre al cuerpo. Si una persona está herida en uno de los grandes vasos sanguíneos, tiene mecanismos compensatorios para que, pese a estar perdiendo medio litro de sangre por cada dos minutos, se compense. Pero llega un momento en que el cuerpo ya no puede compensarse y es cuando la persona entra en shock”.

El shock hipovolémico es cuando la persona hace una hemorragia que puede ser interna o externa y el corazón es incapaz de bombear suficiente sangre al cuerpo. | Foto: GETTY IMAGES

La hipovolemia es la pérdida del volumen sanguíneo. “Los seres humanos tenemos entre cinco y seis litros de sangre; nos pueden sacar medio litro y el cuerpo se compensa. Nos pueden sacar un litro y sentirnos bastante mal. Pero cuando baja de ese volumen, el cerebro no recibe lo suficiente y es cuando la persona se desmaya. En el caso de la víctima del ataque, lo más seguro es que una de las balas haya impactado una gran arteria o que los cuatro impactos de bala hayan impactado en cuatro regiones distintas del cuerpo que comenzaran a sangrar simultáneamente”.

Factores como la condición física de la persona podrían, en ciertos casos, hacer una diferencia: “Si se trata de una persona con buen estado físico, podría favorecer que mantenga durante más tiempo la conciencia”, explica Rosselli.