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CIENCIA

¿Cómo puede un perro ayudar en la medicina?

El estudio en roedores genéticamente modificados ha ayudado en el avance de la medicina.

Alianza BBC
24 de marzo de 2014

Texas es un perro pastor alemán muy enérgico, inteligente y juguetón. Pero cuando Texas tenía seis meses de edad, su dueña Helene Bäckman notó un comportamiento extraño.
Empezó a saltar y a morder el aire repetidas veces. "Puedes escuchar cómo crujen sus dientes (cuando lo hace)".

"Puede hacerlo durante horas y cada vez se pone más nervioso. Nunca toma un descanso entre saltos", agrega Bäckman.


La razón del comportamiento inusual de Texas es que padece un trastorno obsesivo compulsivo (TOC).

El TOC está muy documentado en humanos, y la versión de la enfermedad en perros tiene comportamientos repetitivos similares a lo que ocurre con los humanos.

Mientras que las personas pueden lavar sus manos repetidas veces o acumular objetos, los síntomas caninos incluyen perseguir constantemente su cola o sombra, chupar una frazada o asearse constantemente.

El TOC es uno de las cientos de enfermedades que sufren los perros domesticados y que se presenta de una forma muy parecida a la del trastorno en humanos.

Si bien puede ser doloroso ver sufrir a nuestro compañero canino, estas enfermedades compartidas convierten a los perros en uno de los animales modelos más importantes para el estudio de las enfermedades hereditarias en humanos, ayudando en el avance de nuestro entendimiento y allanando el camino para nuevas terapias.

Genes de enfermedades

Estudios recientes han identificado los genes que pueden causar la forma canina de muchas de estas enfermedades.

"Es más fácil encontrar trastornos genéticos en perros que en personas", explica Kerstin Lindblad-Toh, de la Universidad Uppsala y el Instituto Broad en Suecia.

Esto se debe a que durante cientos de años los humanos han criado a perros.

Seleccionar perros para criar cachorros con características específicas ha dado lugar a un cierto grado de endogamia, lo que ha hecho que las enfermedades genéticas se hayan generalizado en ciertas razas.

Este historial de crianza se traduce en que todos los perros de una raza sean genéticamente similares.

"Esto hace que la búsqueda de una mutación específica de una enfermedad sea menos compleja", señala Lindblad-Toh. "En los perros podemos encontrar genes (causantes de enfermedades) a patir de apenas unos pocos cientos de animales enfermos y sanos, cuando en humanos necesitaríamos de miles de pacientes y voluntarios de control".

En 2005, el equipo de Lindblad-Toh analizó todos los genes de una perra bóxer llamada Tasha para producir una secuencia genética extremadamente precisa.

Este y otros trabajos han demostrado que la secuencia genética de perros como Tasha es muy parecida a la de los humanos, lo que significa que muchos de los genes que causan una enfermedad en perros también pueden estar detrás de la manifestación de un trastorno en humanos.

Versión humana

Lindblad-Toh y sus colegas publicaron recientemente un estudio en Genome Biology en el que identificaron cuatro genes asociados con el TOC en el perro Texas.

Actualmente realizan estudios para determinar si estos genes también están implicados en la versión en humanos.

"Debido a que los síntomas y medicación de la enfermedad son similares en personas y perros, esperamos que los mismos genes u otros genes con funciones similares también sean los responsables de la enfermedad en humanos", aclaró la experta.

El hecho de que vivan en el mismo entorno que nosotros le da al perro otra ventaja sobre otros modelos de enfermedades.

"Los perros son expuestos a muchos de los mismos factores estresantes que contribuyen a los problemas de salud", explicó Jon Bowen, asesor de comportamiento y cirujano veterinario del Colegio Real de Veterinarios de Reino Unido.

"Con frecuencia su dieta contiene las sobras de las comidas de los humanos, son expuestos al mismo estrés familiar (como peleas y conflictos) y están relativamente aislados socialmente de otros miembros de su propia especie".

Se sabe que el medio ambiente puede tener un efecto en cómo se expresan los genes, por lo que cualquier interacción de genes con el entorno que cause enfermedad en humanos también puede afectar a los amigos caninos.

El papel de los roedores

Actualmente, los científicos todavía confían ampliamente en ratones modificados genéticamente para ampliar el conocimiento sobre una gran variedad de enfermedades.

Más allá de la discusión ética, nuestro conocimiento sobre enfermedades humanas ha progresado significativamente en la misma medida que ha aumentado nuestro conocimiento sobre cómo inducir genéticamente una enfermedad en un ratón.

Pero existen limitaciones. La investigación se ha hecho principalmente en una cepa específica de ratones, criados especialmente para la ciencia.

Se requiere tener cierto conocimiento de los genes que hay que manipular para inducir una enfermedad, y no todos los males se pueden inocular a través de ese tipo de manipulación genética.