¿Telegram tampoco es seguro?
¿Telegram tampoco es seguro? | Foto: Semana

Tecnología

El millonario negocio detrás de los datos personales

Luego de conocerse la noticia de la filtración de más de 500 millones de números telefónicos en Telegram, vuelve a encenderse el debate sobre la protección de los datos de los usuarios y su uso con fines comerciales.

28 de enero de 2021

Tras el anuncio sobre los cambios en sus términos de uso, WhatsApp perdió millones de usuarios que, preocupados por su privacidad, optaron por utilizar aplicaciones como Telegram o Signal. Muchos creyeron que estas plataformas ofrecían una mayor protección a sus datos personales, pero esa ilusión pronto se desvaneció. Telegram, que se presentaba como una de las plataformas más seguras, quedó en el ojo del huracán después de conocerse que habría filtrado los números telefónicos de más de 500 millones de usuarios.

¿Por qué el tema de los datos y su privacidad cobra tanta relevancia? La verdad es que la información como los hobbies, las creencias religiosas o el país de residencia, que muchos consideran irrelevantes, forman parte de un lucrativo negocio de miles de millones de dólares, en el que las plataformas de mensajería y de redes sociales obtienen una generosa tajada.

Usualmente, los datos de las personas son codiciados por empresas dispuestas a pagar un alto valor estos. Información como el peso, la altura, la orientación sexual, el salario, la edad, entre otras, son las más apetecidas. Varias compañías en el mundo pueden conocer esa información y lucrarse con ella.

Cabe anotar que este negocio es legal y se sustenta en las condiciones de uso que acepta la persona que descarga estas aplicaciones, y las empresas pueden pagar millones por acceder a esa información. Sin embargo, también hay un mercado ilegal en el que se puede pagar hasta cuatro millones de pesos colombianos por acceder a los datos de un solo perfil en redes sociales.

El escándalo más conocido por la venta de datos de redes sociales sucedió entre 2016 y 2018. A Facebook se le acusó de haber compartido de manera inapropiada los datos de millones de sus usuarios con la consultora política británica, Cambridge Analytica. Este caso llevó al Congreso de los Estados Unidos al creador de Facebook, Mark Zuckerberg. En una sesión, él tuvo que dar explicaciones por la forma en que una empresa de análisis de datos accedió a cerca de 50 millones de perfiles de la red social.

El escandaló generó reclamos acerca del posible uso de esos datos para influenciar los resultados de las elecciones presidenciales de 2016 en EE. UU. y del referendo del brexit en Reino Unido, llevado a cabo ese mismo año. Cambridge Analytica anunció su cierre y la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC, por sus siglas en inglés) ordenó a la red social Facebook pagar US$5.000 millones como sanción por las malas prácticas en el manejo de la seguridad de los datos de sus usuarios.

Pero la realidad del tráfico de datos personales reside en gran parte en cada uno de los usuarios, quienes deciden qué información comparten y a quiénes la entregan. Suele pensarse que WhatsApp y Facebook son las únicas plataformas en recopilar datos personales, pero hay muchas más.

Para entender la magnitud de este negocio basta con mirar unas cifras. Facebook procesa alrededor del 70 % de la información de un perfil para ofrecerles a las empresas públicos segmentados en los que ellos puedan estar interesados. Instagram recopila casi el 60 % y Tinder recoge un 56 % y tiene en cuenta hasta la mascota de sus usuarios. TikTok recoge un 15 % de la información. Y Twitter, Spotify y Amazon utilizan un pequeño porcentaje.

Los gobiernos tienen leyes en torno a la protección de datos personales que impiden la comercialización ilegal de información. En Colombia existe la Ley 1581 de 2012. Sin embargo, el negocio es nuevo y todavía hay espacios grises que las compañías utilizan para darle un piso de legalidad a la venta de información. Por eso, se recomienda a las personas leer las condiciones de uso para que sepan a qué autorizan a estas compañías tecnológicas en el manejo de datos.