educacion

Había una vez un científico...

A través de una serie de biografías noveladas sobre los investigadores más destacados en Colombia, Colciencias busca incentivar en los jóvenes el amor por la ciencia.

23 de septiembre de 2002

"Mi dueño es el doctor Rivet. Médico y teniente. Lo acompaño desde aquel día de 1897 en que se graduó como médico en la Escuela del Servicio de Salud Militar, a los ventiún años de edad. Fui un regalo de graduación que le hizo alguien -no recuerdo con certeza quién- y desde entonces he estado a su lado. Mientras más cerca se está de los hombres, uno aprende a conocerlos mejor. Cada decisión, cada duda, cada pensamiento, cada anhelo, nos revela algo sobre el ser humano y así, poco a poco, vamos dibujando su temperamento, su sensibilidad".

Los objetos dicen mucho de sus dueños. Quizá por eso el escritor cubano Antonio Orlando Rodríguez escogió un atlas, un reloj, un estilógrafo, unos anteojos, un cuaderno y un llavero para contar detalles desconocidos e íntimos de la vida de Paul Rivet, el célebre antropólogo francés autor de Los orígenes del hombre americano, obra que escribió en Colombia mientras dirigía el Instituto Etnológico Nacional.

Pero? ¿cómo sería la historia si el protagonista estuviera en el mismo objeto? Esta original idea se le ocurrió al escritor Sandro Romero cuando optó por recrear los pasos del astrónomo Julio Garavito, dándole vida a la imagen que de él aparece en los billetes de 20.000 pesos. En esta mágica aventura el dibujo de Garavito le habla a un niño pequeño llamado Federico, quien debe ayudarle al científico en una gran misión: recuperar su memoria.

"No tenemos mucho tiempo -le dijo don Julio-. Lo único que te puedo decir es que soy la memoria del profesor Garavito. Soy su conciencia. El profesor Garavito murió el 11 de marzo de 1920, pobre como había vivido, pero yo permanezco aquí, guardando su espíritu. Sin embargo? hay un problema. Un gravísimo problema?

"Sucede que? se me ha olvidado todo. -y el dibujo del profesor Garavito se puso rojo como un tomate-. Cuando te digo todo, es todo. El cálculo infinitesimal, la astronomía, las efemérides de la Luna, la geometría no euclidiana, la economía política. Todo, todo. Todo lo que el profesor Garavito estudió en su vida, se me ha olvidado a mí, que soy su memoria. ¿No te parece terrible?? Vas a viajar a Bogotá y vas a recuperar mi memoria".

Los relatos de Paul Rivet y Julio Garavito hacen parte de una ambiciosa iniciativa de Colciencias que reúne en una serie juvenil las biografías noveladas de los científicos y pensadores que cambiaron la historia de Colombia. La colección narra las aventuras de figuras tan reconocidas como Agustín Codazzi, Francisco José de Caldas, Alexander von Humboldt y José Celestino Mutis que, sin tener poderes sobrenaturales como Superman o el Hombre Araña, lograron transformar el país y acercarlo a la modernidad.

Las nuevas generaciones, que crecieron con los adelantos tecnológicos y científicos al alcance de la mano, creen que la vida siempre fue así de fácil y pocos se detienen a pensar en las difíciles y asombrosas hazañas de los pioneros. ¿O acaso alguien se toma 10 minutos de su tiempo para averiguar de quién fue la idea de romper la montaña para abrir el túnel de la Quiebra en Antioquia?, ¿a quién se le debe la llegada de las matemáticas modernas a Colombia?, ¿quién fue el fundador de la medicina veterinaria en el país?, o mejor aún, ¿a quién se le ocurrió construir el puente de Occidente sobre el río Cauca?

Ahora no hay que ser un genio para saberlo. Los nombres de esos ilustres desconocidos son: Alejandro López, Lino de Pombo, Claude Véricel y José María Villa. "Gracias a estas obras es posible rescatar la memoria de estas personas. Por ejemplo, Lino de Pombo es de una importancia enorme. Era ingeniero, trajo a América Latina la geometría analítica, fue compilador de la leyes granadinas y como diplomático sentó las bases de la política internacional. Hizo mucho por Colombia y la gente no sabe ni siquiera que fue el papá del poeta Rafael Pombo", señala el escritor Germán Espinosa, quien se ofreció por iniciativa propia para trabajar en la serie de Colciencias.

Hasta el momento la colección tiene 20 títulos, de los cuales tres ya se agotaron, y la redacción de los textos ha corrido por cuenta de firmas tan destacadas como Jairo Aníbal Niño, Yolanda Reyes, Celso Román, Pilar Lozano, Beatriz Caballero y Gonzalo España, por citar algunos, quienes durante varios meses escarbaron en archivos familiares y bibliotecas en busca del lado sensible y pintoresco de los grandes cerebros criollos y de aquellos sabios que llegaron de tierras lejanas para cambiarle la cara a Colombia.

La colección, que fue galardonada por la Cámara del Libro con el premio a mejor serie de literatura infantil y juvenil en 1999, se distribuye sin costo alguno a las bibliotecas y escuelas públicas que la soliciten y la idea de Julia Patricia Aguirre, editora del proyecto, es que en el futuro se puedan realizar talleres de lectura con la obra.

Qué mejor final para esta historia que la frase de Alejandro López con motivo de la muerte de su maestro José María Villa en 1913: "¡Pobres de los que no vemos ni lo que miramos, y gloria a los que ven más allá de lo que se ve!?".

Conozca más sobre la serie juvenil Colciencias