| Foto: Game of Thrones

Televisión

El destape de los hombres en la TV

Hasta hace poco era tabú que ellos aparecieran como Dios los trajo al mundo en la pantalla. Pero hoy películas y series han vuelto comunes las escenas en que los actores muestran sus partes intimas sin ningún pudor. ¿Qué dicen ellos de esta tendencia?

25 de septiembre de 2018

El pasado 20 de septiembre el actor británico Matthew Goode (Downtown abbey) aseguró en una entrevista a The Telegraph que ‘estaría feliz si nunca más tuviera que hacer otra escena de sexo‘ en pantalla. Con esa frase, Goode se convirtió prácticamente en uno de los primeros hombres en expresar su incomodidad por tener que salir desnudo en las superproducciones de Hollywood y la industria del espectáculo.

Al conversar con el periodista Guy Kelly, el artista sentenció que no estaba dispuesto a quitarse los pantalones y generar más titulares en la prensa por su carne desnuda que por su rendimiento actoral. Particularmente se refirió al caso de su colega y amigo Richard Madden —Robb Stark en Games of Thrones— quien recientemente protagonizó un desnudo en la serie Bodyguard de BBC. "Él está lidiando con eso", dijo, y agregó que Madden “no quiere ser cosificado. Sé que esto les ha sucedido a las mujeres durante siglos, pero creo que él se siente bastante incómodo de que su trasero ahora esté en todo Internet”, explicó.


Foto: Richard Madden en Bodyguard.

Según contó Goode en la entrevista, Richard Madden no es el único. Jamie Dornan, que interpreta a Christian Gray en Fifty Shades of Grey, también siente vergüenza de salir a las calles después de desnudarse en pantalla. "Ni siquiera le gusta salir de compras. Ahora hay un hombre que tiene un problema con la atención femenina. Debe ser muy angustiante", afirmó. Kit Harrington también ha protestado por esta tendencia en sus entrevistas.

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Aunque esta perspectiva casi nunca es tema de conversación en los medios, pues la cosificación de la mujer en el cine y la televisión ha sido predominante, Goode asegura que, a sus 40 años, se siente orgulloso de no hacer parte de la nueva tendencia de jóvenes actores, guapos y musculosos, que hoy acepta desnudarse en este tipo de dramas para generar revuelo. Game of Thrones, Versailles y Poldark son algunos ejemplos.

Guy Kelly tampoco es el primer periodista en poner esta perspectiva sobre la mesa. Recientemente, Jenna Ross, periodista cultural del The Star Tribune, el periódico más grande de Minnesota, publicó un texto titulado “HBO busca "normalizar" la desnudez masculina frontal completa”, en donde describe cómo las nuevas superproducciones de Hollywood se arriesgan cada vez más a mostrar las partes íntimas de los hombres sin ningún pudor.

Para ella, HBO se caracteriza por sacar mujeres en topless en cada una de sus tramas, pero últimamente está presentando una gran cantidad de desnudos masculinos en pantalla, sobre todo frontales. Asegura, por ejemplo, que en el estreno de "The Deuce", una serie sobre el nacimiento de la pornografía, “hay tantos penes como pechos”. Y que en las escenas de sexo de la producción del mismo canal "Insecure" con regularidad salen traseros masculinos.


Foto: Jai Courtney en The Exception.

Otro ejemplo contundente es el de la serie "Harlots”, traducido al español como ‘Cortesanas’, que sigue la historia de la dueña de un burdel que lucha por criar a sus hijas en el Londres del siglo XVIII. En esta serie, escrita y dirigida por mujeres, el equilibrio es evidente y su productora Alison Owen ha asegurado que la desnudez de ambos géneros es completamente intencional. "Tenemos desnudos masculinos en ‘Harlots‘ porque nos comprometimos a representar siempre todo a través de la mirada femenina", dijo. Por eso, cuando filman a las mujeres actuando como trabajadoras sexuales, "las mostramos cómo las mujeres las ven, no de una manera que excite a los hombres". Igual sucede con los cuerpos masculinos. No los muestran excitantes, pues "estas mujeres no están realmente excitadas por los muchachos a quienes están atendiendo", explica.

¿Camino a la cosificación masculina?

Aunque definitivamente las escenas de desnudos como la de Jon Snow en Game of Thrones, y Christian Grey en Fifty Shades of Grey, demuestran que entre la audiencia existe un notable interés por los desnudos masculinos, “el terreno se complica cuando se habla de cosificación”, asegura el crítico de cine colombiano Pedro Adrián Zuluaga, ya que el término remite directamente a la violencia.  

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Para él la tendencia obedece más a una liberación general del cuerpo (femenino, masculino e incluso de todas las expresiones de género), y no a una intención por mostrar al hombre como sexy, tonto o, en última instancia, común. “Me parece torpe su reclamo porque con esa afirmación está volviendo a instalar un tabú que tiene que ver con la atomización del deseo. Como si el deseo pasara solo por el desnudo del cuerpo”, dice. “Creo que responde más bien a que la representación del desnudo sexual se ha liberado. Se ha roto el tabú con el femenino, el masculino, e incluso el transexual”.

Sin embargo, en la otra orilla están Kelly y Goode, quienes aseguran que hay mujeres liberales e independientes que critican la objetivación de las mujeres, pero están emocionadas por el aumento de desnudos masculinos en la televisión. “¿Son culpables de tener un doble rasero?”, se preguntan. Estas afirmaciones inevitablemente remiten a un debate legendario en la industria y es el de la cosificación de las mujeres. Pues no es un secreto que, durante siglos, la publicidad, el entretenimiento y los medios de comunicación han ejercido esta violencia simbólica, casi imperceptible, sobre ellas.


Serie: Finn Jones en Game of Thrones.

De hecho, el estudio Annenberg de la USC, titulado "Desigualdad en 900 películas populares”, evidencia que, si bien la industria ha hecho un esfuerzo por equilibrar la cantidad de desnudos entre ambos géneros, aún existe desequilibrio. En las 100 mejores películas de 2016, el 26 por ciento de las mujeres se mostraron desnudas o parcialmente desnudas, mientras que la cifra de los hombres sólo llegó a 9,2 por ciento. En el trabajo, las mujeres también tenían cuatro veces más probabilidades de mostrarse con ropa sexy.

La reciente campaña #MeToo también ha hecho considerar al mundo del entretenimiento sus posturas sobre la representación de la mujer en las pantallas. Muchas, ahora, se niegan a desnudarse e incluso se está discutiendo en la organización Time‘s Up si deberían tener "directores de intimidad" para supervisar el proceso. La periodista Rose también advierte que si los hombres hubieran enfrentado esa misma expectativa desde hace tiempo, este tipo de sistemas habría aparecido antes, "Tan pronto como los hombres se ven afectados por algo de repente se presta mucha más atención a la legislación que lo rodea".

Aunque la desnudez siempre será un tema polémico, independientemente del género, el crítico Zuluaga agrega que “el cine y la televisión trabajan con el deseo”, y el cuerpo siempre será una forma de representarlo. “Es bastante complicado analizarlo. Pues, aunque me parece que las reivindicaciones de identidades históricamente vulnerables como #MeToo son importantes y válidas, en el fondo están creando una tendencia a volverlo todo puritano. Es una vuelta atrás, en la medida que todo vuelve a estar atravesado por lo corporal”, explica.

Para él, además, las afirmaciones de Matthew Goode demuestran una corriente universal hacia la victimización. “Ahora todos somos víctimas. Quizá los hombres se sienten tan disminuidos en su masculinidad que también se sienten cosificados”. Caer en este juego, asegura Zuluaga, implicaría volver a los tiempos donde incluso existían códigos en el cine que pre escribían lo que se podía mostrar y lo que no.