TAN SOLO PAPELES

El origami, un arte milenario oriental, en auge en Colombia

18 de mayo de 1987

Origami, en japonés, significa doblar el papel. Entre los millones de aficionados en el mundo a este ejercicio que combina la imaginación, la destreza y también la delicadeza, existen centenares de colombianos quienes, agrupados en clubes que se expanden continuamente buscan nuevas posibilidades físicas y estéticas en algo que es más que ur simple pasatiempo.
El lector seguramente se habrá topado alguna vez con estas figuras de papel que parecen surgir de la nada, del aire, luego de un proceso manual que ha demandado muchas horas de estudio, prácticas, dobleces y desdobleces hasta cuando se logra un elemento nuevo porque, una de las características de este arte, es que siempre hay otras posibilidades.
El origami, aparentemente, nació en los años 500 después de Cristo cuando un monje budista aburrida durante una larga travesía en barco se dedicó a doblar un pedazo de papel, creando así figuras de animales y de cosas. Curiosamente aunque el papel es de origen chino, en este país no existe la tradición del origami, la cual se extendió rápidamente en Japón donde, en un principio, se limitó a ser practicada por los monjes pues el papel era costoso y escaso. Según Juan Pablo Parra, uno de los expertos en origami que hay en Colombia, este arte comienza con dobleces elementales y por ello cualquier persona puede aficionarse, basta que tenga todo el tiempo libre necesario; hay que tener cierta habilidad manual, instintos estéticos y ante todo evitar sentirse "sabio" por poder sacar un caballo de un cuadrado de papel.
El proceso es sencillo. Se aprende mediante libros especializados que pueden conseguirse en las librerías del país; hay que familiarizarse con los símbolos que traen esos libros, conocer cada doblez y cada vuelta y poco a poco, a medida que se dominan las técnicas elementales, se va pasando a las más complicadas.
Numerosos colombianos, estimulados en parte por cursos y seminarios dictados por la embajada japonesa han ido entusiasmándose con el origami, un arte que en el siglo XVIII saltó a Europa y se fue propagando sobre todo entre los medios artísticos asombrados por todas las posibilidades plásticas que encontraban en las figuras.
Paralelamente con la difusión del origami en algunos países occidentales, especialmente en España se dio también la tradición del papel doblado con formas que encuentran su mayor popularidad en los abanicos. Por supuesto las técnicas son diferentes.
Cualquier papel se puede utilizar para practicar el origami pero el ideal es uno de fibra firme, dócil y bastante caro que se consigue en almacenes especializados en materiales de decoración y arquitectura.
¿Para qué se reúnen los miembros de los clubes? Para intercambiar informaciones, para hacer circular las revistas que sobre el tema existen en el mundo, especialmente en Estados Unidos, para fortalecer sus técnicas y sobre todo para compartir el placer sutil de convertir un papel en una flor o una mariposa o un animal peligroso.