Test de sangre podría predecir el alzhéimer con un 89 % de exactitud, según estudio

Un nuevo estudio relacionado con el análisis de sangre muestra que, posiblemente, en un futuro con un examen de proteínas será posible prever el alzhéimer con algunos años de anticipación.

Los investigadores de la Universidad Lund en Malmö, Suecia, analizaron los resultados de los exámenes de sangre de 573 personas con discapacidad cognitiva menor. Según las conclusiones del estudio, los pacientes con las proteínas P-tau181, que muestra que las placas normales de la enfermedad de Alzheimer se están formando en el cerebro, y NfL, que se utiliza como marcador en enfermedades neuronales, tenían más probabilidad de desarrollar la enfermedad en los próximos 4 años, con un 89 % de precisión en el test.

“Aunque el significado de los biomarcadores puede variar según el contexto y el área de aplicación prevista, los biomarcadores del plasma sanguíneo son muy prometedores porque están fácilmente disponibles y la investigación cuesta poco”, escriben los investigadores.

Para comprender mejor el tema, los científicos analizaron también a los pacientes con leve discapacidad cognitiva que participaron en un estudio sueco sobre la misma enfermedad. “Después de probar con varios modelos sobre cómo los biomarcadores de la sangre podrían prever el alzhéimer, los resultados publicados en la revista Nature Aging sugieren que las proteínas P-tau181 y NfL eran las más precisas cuatro años después”, según explica el medio Yahoo News.

Esta misma semana, un grupo de investigadores publicó un estudio en la revista Alzheimer’s & Dementia: The journal of the Alzheimer’s Association, en el que señalan que 20 años antes se pueden evidenciar cambios cerebrales en las personas que pueden padecer la enfermedad.

La investigación contó con más de 300 pacientes en los cuales, debido a una mutación conocida en su genoma, se ha podido estimar en qué momento de su vida desarrollarían los primeros síntomas clínicos del alzhéimer. Asimismo, el estudio aplicó una nueva técnica de resonancia magnética desarrollada que permite medir el movimiento del agua en el cerebro y con ella han podido estimar en qué momento de su vida los participantes desarrollaron los síntomas.

La demencia es un síndrome que, como lo explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), implica “el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria”. Unos 50 millones de personas tienen demencia, de las cuales, según la organización, viven en países de ingresos bajos y medios. El alzhéimer es la forma más común, pues acapara entre un 60 % y un 70 % de los casos.

“La demencia es causada por diversas enfermedades y lesiones que afectan al cerebro de forma primaria o secundaria, como la enfermedad de Alzheimer o los accidentes cerebrovasculares”, explica la OMS en su página web. De hecho, es una de las mayores causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores de todo el planeta.

Los signos y síntomas más normales de la demencia, que afecta a cada persona de forma diferente, dependen del impacto de la enfermedad y de la personalidad del paciente. En la etapa temprana, los más normales, y que suelen pasar inadvertidos son los siguientes: tendencia al olvido, pérdida de la noción del tiempo y desubicación espacial, incluso en lugares conocidos.

En la etapa intermedia, algunas de las señales incluyen la dificultad, cada vez mayor, para comunicarse, los cambios de comportamiento y el olvido de nombres de las personas o de acontecimientos recientes. Finalmente, en la etapa tardía las personas muestran una creciente desubicación en el tiempo y en el espacio, tienen dificultades para reconocer a sus familiares y amigos, muestran dificultades para caminar, entre otras.