MUJER

La pastilla maravilla

Dos recientes estudios confirman que el componente activo de la aspirina y productos similares reduce el riesgo de cáncer en el colon y el recto.

17 de marzo de 2003

En 1970 el doctor William Waddel, del centro de ciencias de la salud de la Universidad de Colorado, encontró por pura casualidad que cuando les daba a sus pacientes un medicamento llamado sulindac, muy parecido a la aspirina, la mayoría de los pólipos que tenían en el colon desaparecían. En aquella época muy pocos especialistas le dieron importancia a sus comentarios. Sólo en 1993 el tema volvió a la mesa de los laboratorios cuando el médico Francis Giardiello publicó un estudio en el que confirmaba las observaciones de Waddel. Al mismo tiempo apareció otra investigación con una amplia muestra, en la que se observaba que quienes tomaban aspirina todos los días para la artritis tenían menos incidencia de cáncer de colon que el resto de la población. Al ver esta evidencia muchos siguieron desenmarañando la madeja para ver si encontraban resultados más concluyentes.

Después de 30 años de sospechas ahora sí los científicos están seguros. Dos estudios publicados la semana pasada en el New England Journal of Medicine, realizados con los más estrictos criterios de investigación, acaban de probarlo: la aspirina puede reducir el riesgo de pólipos en el colon y recto, unas lesiones que en muchas ocasiones se convierten en tumores.

"Está claro para los investigadores y clínicos que esto es un hito", dijo Thomas Imperiale, profesor de la escuela de medicina de la Universidad de Indiana. Sin embargo el especialista advirtió que el hallazgo sólo beneficiaría a un grupo selecto, pues los que tienen riesgo moderado enfrentarían más problemas que beneficios por los efectos secundarios del medicamento, como úlceras y derrames cerebrales. Los favorecidos serían las personas que tienen alto riesgo de padecer esta enfermedad. En estos casos los investigadores dijeron que, en un futuro, podrían prescribirle a este grupo una dosis de aspirina diaria que podría ser una tableta regular o una infantil.

Quienes enfrentan mayores posibilidades de este cáncer tienen que someterse regularmente a métodos diagnósticos como la colonoscopia. Cuando los expertos encuentran estas protuberancias en el colon, conocidas como pólipos, las extirpan pues no se sabe a ciencia cierta cuáles se pueden convertir en cáncer y cuáles no. Los estudios involucraron precisamente a este tipo de pacientes. Robert Sandler, de la Universidad de Carolina del Norte, dirigió uno de ellos, en el que participaron 535 pacientes. La mitad del grupo tomó una pastilla de 325 miligramos cada día mientras que el resto tomó un placebo. Los resultados fueron tan evidentes que concluyeron el estudio antes de lo previsto. Resultó que de los pacientes con aspirina sólo 17 por ciento tuvieron nuevos pólipos mientras que en el grupo con placebo fueron 27 por ciento.

El otro estudio fue dirigido por John Baron, del centro médico Dartmounth Hitchcock en Libano, New Hampshire, y reclutó a 1.121 pacientes, a quienes ya se les había removido pólipos. En este caso se establecieron tres grupos: uno que tomaba un placebo, el otro una tableta regular de aspirina y el último una dosis baja del medicamento. Al final del estudio los expertos encontraron que sólo 38 por ciento de los que tomaron aspirina para niños tenían las protuberancias. En el grupo de los que tomaron placebo hubo 47 por ciento de pacientes con pólipos y en el de la aspirina regular fue de 45 por ciento.

Aunque la gran preocupación de los investigadores eran los efectos secundarios del medicamento, se observó que en los dos estudios fue bien tolerado por los pacientes.

Los médicos afirman que la aspirina inhibe una enzima en las células que está relacionada con el desarrollo del cáncer. Esta enzima permite que se produzca una hormona llamada prostaglandina, que a su vez fomenta el crecimiento de las células y evita la muerte de éstas. La hormona también atrae los vasos capilares que nutren de sangre los tumores.

En cáncer es muy difícil hablar de prevención. Lo único que se recomienda hasta hoy es no fumar. El resto consiste en hacerse chequeos periódicos para detectar a tiempo cualquier anomalía. Por eso la información de estos dos estudios, que demuestran las bondades de esta pastilla centenaria, son tan alentadores.