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Crujir y rechinar de dientes

El bruxismo se ha convertido en uno de los mayores problemas de salud oral entre niños y adultos.

6 de octubre de 2002

Es la hora de dormir y supuestamente de descansar pero para muchos el sueño puede ser el momento de mayor actividad en el día. Eso es lo que sucede con las personas que bruxan, es decir, que aprietan los dientes inferiores contra los superiores o los hacen rechinar durante la noche en forma inconsciente. La presión es tal que muchos se levantan al otro día con dolor muscular en la mandíbula como consecuencia de haber hecho tanta presión durante la noche. Los que han podido escucharlos se sorprenden. "Yo lo hago todas las noches y mi esposo me dice que cuando estoy profundamente dormida me escucha mover los dientes como si estuviera tiritando de frío", dice una mujer joven que sufre de esta condición.

Los odontólogos ven este problema con preocupación pues ha aumentado el número de casos en los últimos años. "Ahora es muy frecuente. Se podría decir que el 90 por ciento de los pacientes sufren de bruxismo", afirma la odontóloga Diana Guzmán. Este problema afecta a adultos y a niños. Dependiendo de la severidad del caso algunos simplemente desgastan sus dientes o los quiebran pero otros pueden llegar incluso a perderlos.

Una de las causas para el incremento de este síndrome es el estrés, según señala la especialista. Muchas personas reflejan los problemas y las tensiones de la vida diaria apretando en forma involuntaria los dientes, no sólo en la noche mientras duermen sino también de día. Por eso el tratamiento no sólo incluye una prótesis o placa oclusal que reciba las fuerzas y evite la presión entre los dientes sino también una terapia sicológica en la cual el paciente aprenda a manejar el estrés. "También es importante volver consciente esa actividad, sobre todo para quienes bruxan de día. Caer en cuenta ayuda a evitar ese rechinar de dientes", afirma la especialista.

Además de estar relacionado con la actividad del sistema nervioso central una mala mordida también influye en la aparición de este síndrome. En estos casos se requiere de un tratamiento odontológico. La placa oclusal ayuda también pues provee una mordida correcta y esto hace que los músculos se relajen y la persona no sienta la necesidad de bruxar.

Lo importante es detectar el problema cuanto antes. Esto lo puede hacer un odontólogo que observe los síntomas durante el chequeo preventivo del paciente. Un tratamiento a tiempo puede evitar consecuencias graves en la dentadura de la persona.

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