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Fracaso en Ronda de Doha asestaría golpe a banano latinoamericano

31 de julio de 2008

Quito.- El banano ostenta un lugar único en la historia de Latinoamérica, ligado a invasiones a sangre y fuego, a complots de la CIA y a enormes fortunas, pero el fracaso de la Ronda de Doha podría hacer que la industria quede relegada por sus competidores de otros países pobres.

Un acuerdo histórico para reducir los aranceles a los bananos importados a la Unión Europea quedó en suspenso el martes al colapsar unas negociaciones generales para liberalizar el comercio mundial. Ecuador, el mayor productor mundial de banano, lideró el enojo de otros productores de la región por el naufragio del acuerdo. Para el país andino, la continuidad de los aranceles implica perder millones de dólares en nuevas inversiones a manos de países como Camerún o India, que tienen un mayor acceso al mercado europeo.

Compañías frutícolas multinacionales como Chiquita Brands International ya no dominan las economías y no tienen el poder para superar a los Gobiernos, en naciones alguna vez conocidas como "repúblicas bananeras," como el caso de Honduras.

Sin embargo, la fruta tropical sigue siendo una importante fuente de ingresos, y las empresas y Gobiernos están ansiosos por expandir su participación en el vasto mercado europeo. En Ecuador, la industria emplea a cerca de 2 millones de personas, y ha ayudado a construir imperios económicos, incluyendo al del multimillonario y tres veces candidato a la presidencia, Alvaro Noboa.

"Esto significa pérdidas de inversión, ya que los ojos están puestos en Africa e India y eso es una amenaza," dijo Eduardo Ledesma, presidente de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador. El acuerdo para recortar los aranceles generó temor entre los productores de las antiguas colonias europeas en Africa y el Caribe, cuyas exportaciones se basan en el trato preferencial que reciben en el mercado europeo.

En los países pobres de Centroamérica, donde el negocio bananero se ligó en el pasado a las rebeliones militares, la fruta es una importante parte de las economías. "Esto es un fiasco," dijo a Reuters el ministro de Comercio de Honduras Fredis Cerrato luego de que el pacto con la UE fuese descartado. "Por mucho tiempo, Honduras no ha exportado a Europa, precisamente debido al proteccionismo," indicó.

La influencia del banano en Latinoamérica durante el siglo pasado llegó a ser tal, que los ganadores del premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez y Miguel Angel Asturias escribieron acerca de la vida en las plantaciones. Además, gran parte de la temprana y rudimentaria infraestructura hondureña, como las ferrovías, fue construida por los barones bananeros. Incluso en 1910, un magnate estadounidense contrató hombres armados e instaló a un nuevo presidente cuando el mandatario se negó a garantizarles reducciones tributarias.

En Guatemala, en tanto, la United Fruit Company, antecesor de Chiquita, fue vinculada a la invasión liderada por la CIA en la que se derrocó al presidente electo en 1954.

COSTOSO BANANO
Dicho poder es algo del pasado, y Latinoamérica ha visto cómo su industria bananera se estanca bajo el sistema tributario de la UE. La región sigue siendo, por lejos, el principal exportador mundial de la fruta, pero los agricultores y distribuidores culpan a los aranceles por la cancelación de contratos y el despido de trabajadores.

Los distribuidores de banano también están sintiendo el efecto de una mayor producción y altos costos de envío, y están instando a las compañías a prever pérdidas este año. Por ejemplo, las acciones de Chiquita acumulaban una caída de cerca de un 30 por ciento para mediados de junio. "El sector de crecimiento es Europa, ya que ellos (Latinoamérica) han saturado el mercado estadounidense por años," dijo David Lewis, jefe de Manchester Trade, una firma de asesoría comercial con sede en Washington. "Mientras más tarden en resolver la disputa por los aranceles, peor será para los productores latinoamericanos," agregó.

Ecuador y Honduras insisten en que los europeos deben cumplir el pacto y reducir los impuestos de la UE a las importaciones desde 176 euros (277 dólares) por tonelada a 114 euros para el 2016. Sin embargo, aún no es claro cuándo se retomarán las conversaciones, y los agricultores podrían tener que esperar meses o años para lograr un nuevo acuerdo.

En tanto, las compañías han progresado en mejorar la industria en Latinoamérica, pero el sector aún continúa plagada de acusaciones de trabajo infantil, empleados expuestos a pesticidas que amenazan la salud y muertes de líderes sindicales. El 14 de marzo del 2007, Chiquita Brands International fue multada con 25 millones de dólares en el marco de un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que acusó a la compañía de estar vinculada a grupos paramilitares colombianos.