Home

Agenda

Artículo

Imágenes de LiGay de Brasil. Crédito: Gustavo Bresciani.

Diversidad

Brasil tiene una liga gay de fútbol

LiGay fue fundada hace cuatro meses y tiene como objetivo incentivar el 'fairplay' y erradicar la discriminación. Hablamos con uno de sus creadores.

Laura Isabel Rivera
13 de diciembre de 2017

En agosto de 2017 un grupo de amigos en Brasil fundaron LGNF (LiGay Nacional de Futebol). Esta liga, hecha por y para jugadores homosexuales o LGBTI, empezó a partir de un partido entre dos equipos que, en ese entonces, ya estaban promoviendo la aceptación de la diversidad sexual en el país suramericano por medio del fútbol. Luego del encuentro se formalizó la LiGay, que ya está cumpliendo cuatro meses y, además, celebró un campeonato de campeones en noviembre.

Hablamos con Andre Machado, uno de los creadores de la LGNF sobre la iniciativa y su futuro.

¿Cómo fue el proceso de la creación de la liga?

Creamos esta liga con la firme intención de dar visibilidad a algo que estaba empezando a tener fuerza en el país, sobre todo en São Paulo. Muchos equipos con identidad gay estaban surgiendo pero no existía una plataforma oficial donde pudieran competir formalmente. Por eso me reuní con un grupo de amigos y empezamos a concebir la idea de la liga. Inauguramos la LiGay Nacional de Futebol con un partido entre los BeesCats y los Unicorns. Fue un éxito. Los medios de comunicación le dieron una cobertura grandísima al partido y muchos otros equipos quisieron hacer parte de esta iniciativa. Esa era nuestra intención: animar a más ciudades a crear sus equipos gays de fútbol.

En poco tiempo se crearon cuatro nuevos equipos: Sereyos de Florianópolis, Alligaytors de Río de Janeiro, Bharbajas de Belo Horizonte y Bravus de Brasilia. Decidimos, entonces, hacer un torneo para juntarlos todos. Y así se creó la Champions LiGay, un nombre más oficial y por el cual somos más reconocidos. Fue una época de muchísimo impacto, los medios siguieron hablando de nosotros y hubo mucha repercusión de parte de ellos, por eso muchas ciudades nos buscaron hacia final de agosto. ¡Todo esto es un movimiento espeluznantemente grande y rápido! Esta es la oportunidad que tiene el fútbol gay de tomar el país.

¿Cuáles son los planes de la liga a futuro?

En abril de 2018 haremos la segunda Champions LiGay. Esta vez, contaremos con 16 equipos (la liga este año tuvo 8, que es un montón para las expectativas que teníamos). Pero no basta con jugar fútbol. Queremos propagar el concepto real de esta iniciativa: nosotros buscamos que en Brasil, y en Sudamérica, haya fairplay, unión y amistad. Dentro de la liga, por ejemplo, se prohíben peleas o incluso juego duro, pesado. Si un equipo incurre en comportamientos inadecuados se va. Así de simple. Nuestro objetivo es ser un espacio de deporte amistoso. Estamos creando una cultura futbolística. 

En agosto de 2018 llevaremos equipos para disputar los World Gay Games en París. Pretendemos llevar al menos tres equipos.

¿Qué tipo de críticas han recibido a partir de esta iniciativa?

Muchos nos acusan de segregar. De crear un gueto. Pero la función de LiGay es clara: fortalecer la visibilidad de la comunidad gay. Además, pretendemos generar un debate en la sociedad. Cuando dicen que no ven el por qué de la liga, dado que no ven ninguna diferencia entre un gay y una persona heterosexual jugando, yo revierto un poco el sentido de la crítica y les respondo lo siguiente: ¿Cuántos jugadores gays hay en importantes ligas del mundo? Son escasos. Pero las personas solo percibirán que existe esta discriminación indirecta cuando se den cuenta que los gays pueden jugar de igual a igual. Nuestra función es incluso de la militancia. 

¿Cómo se inscribe un equipo a esta liga?

En primer lugar, el equipo necesita demostrar que realmente tiene la intención de dar la oportunidad de jugar fútbol a gays. Debe ser visible en redes sociales, tener un nombre y un uniforme. Por otro lado, es muy importante probar que ya lleva más de dos meses jugando. Pueden ser juegos recreativos entre sus propios atletas, pero sí debe haber una frecuencia de encuentros. Si cuenta con estos requisitos, puede ser parte de LiGay.

¿Qué tipo de reacciones han tenido ustedes con el impacto que han generado?

No me asusta el impacto. Me anima. El objetivo es que los equipos sean conocidos. Mostrar que un gay puede jugar al fútbol. Por culpa de traumas en la infancia, la mayoría de los gays se alejaron del fútbol y creen que no les gusta el deporte. Pero no porque a un hombre le guste otro hombre significa que no está capacitado para mover un balón. Es cuestión de talento, de que sean ellos mismos y puedan jugar en un ambiente seguro.

Todos los jugadores están felices. Además, ya no somos conocidos solo en Brasil. Varios países de América Latina han hablado de nosotros y han destacado que no solo somos organizadores de encuentros deportivos, en cambio, somos gestores de un cambio de mentalidad que se hace desde un juego. Yo soy de los que piensa que, para entender la cultura de un país, se deben analizar los rituales que la gente hace alrededor de un balón. Y si en esta práctica incluímos a gran parte de la población (porque en Brasil comunidad LGBTI es inmensa) la cultura se podría analizar mejor y sería incluyente. Es un ejercicio de involucrar a todos los actores de un país y demostrarles que en la vida, en la calle y en la cancha todos tienen un lugar.