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Controversia

Peligra la cultura en Pereira

El primero de enero del próximo año, el Instituto Municipal de Cultura de Pereira se convertirá en una secretaría, de menor alcance e independencia. Aunque el alcalde se mantiene firme, muchos han vociferado su oposición. ¿Qué pasó?

RevistaArcadia.com
22 de noviembre de 2016

Parece una paradoja: justo cuando la capital del Risaralda acoge el 44 Salón Nacional de Artistas, cuando su banda sinfónica municipal está a punto de cumplir cien años, cuando la cultura de la ciudad parece vivir su mejor momento, el alcalde Juan Pablo Gallo decidió, por medio del decreto 837, liquidar el Instituto Municipal de Cultura de Pereira para transformarlo en una secretaría de menor alcance e independencia. Si se mantiene el decreto, que entra en vigencia el primero de enero de 2017, las seis subdirecciones del Instituto (Administrativa y Financiera; Biblioteca Pública Municipal; Música, Escuela de Artes y Emprendimiento; Inmobiliaria Cultural y Comunicaciones y Emisora Cultural) pasarían a ser dos (Oficina de Promoción Cultural y Oficina de Administración de Escenarios y Bienes).

La respuesta de la ciudadania ha sido tan rápida como contundente: con una petición en Change.org y con el hashtag #AlcaldeLaCulturaNoSeLiquida, entre otras manifestaciones, varios sectores de la población se han opuesto a la medida. Como escribe el periodista Víctor Quinchía en El diario del Otún, a raíz de la decisión integrantes del sindicato del instituto, miembros de la banda sinfónica, docentes de las escuelas de la entidad, estudiantes, padres de familia, gestores culturales, entre otros, han efectuado diferentes protestas y tomas culturales buscando que no se liquide la entidad”.

Para Margarita Calle, la directora de la Maestría en Estética y Creación de la Universidad Tecnológica de Pereira, la decisión de alcalde va en contravía de la cultura en Pereira. En un artículo publicado en El diario del Otún, argumenta que liquidar el Instituto para convertirlo “en una secretaría de despacho, es una ligereza de momento que, además, de reducir la institucionalidad del campo cultural, colma de incertidumbre el futuro de los procesos que le han aportado mayor vitalidad y reconocimiento a la ciudad”. Entre los procesos que peligran se pueden resaltar la Banda Sinfónica, la Emisora Cultural Remigio Antonio Cañarte y la Escuela de Artes, que en cierta medida han logrado reconocimiento nacional, o por lo menos regional.

Por otro lado, muchos comparten el temor de que el Instituto, que funciona como un ente descentralizado, se vea plagado por la burocracia cuando pase a ser una secretaría y pierda autonomía. En una editorial reciente, por ejemplo, la revista cultural pereirana Literariedad escribe que el alcalde quiere “arrebatar la cultura de la mano de la gente, su principal receptora, y de los creadores y gestores que se dedican a difundirla, a consagrarla, a hacerla crecer, como no se veía en años en las riberas del Otún, para repartirla entre burócratas”.

Ahora, ¿por qué decidió Gallo liquidar el Instituto? Según Mauricio Gómez, gestor cultural y profesor de la Universidad Tecnológica de Pereira, “el alcalde quiere quitarle los recursos al Instituto porque necesita aumentar la capacidad de endeudamiento de la ciudad, pero eso es perverso porque este le cuesta muy poco al distrito, apenas el 1,1 % de su presupuesto”. Como se puede apreciar en el resumen de los ingresos del Instituto Municipal de Cultura 2016, los ingresos aportados por la alcaldía en este periodo han sido de $6,730.000.000, cuando el presupuesto total de Pereira es de $563.000.000.000. En otras palabras, apenas el 1.1%, bastante menos del 2% que recomienda la UNESCO.

El mismo Gallo, en una entrevista que le concedió a Caracol Radio, admite que “es necesario tener los recursos centralizados para soportar la capacidad de endeudamiento del municipio y responder a las obras por más de 80 mil millones de pesos que ya se desarrollan en la ciudad, además de los grandes proyectos que vienen como el cable aéreo”. Para Gómez, esa razón no es suficiente, no solo porque el Instituto le cuesta poco a la ciudad, sino porque además no cree que “la autonomía de la cultura debería depender de un argumento economicista”.

Por otro lado, la indignación general del sector cultural ha aumentado en días recientes después de que empezara a circular en redes una grabación en la que Gallo, cuando era candidato a la alcaldía, se opuso en un foro a liquidar el Instituto, llamando esa medida  un “craso error”.

La redacción de Arcadia manifiesta su solidaridad: #AlcaldeLaCulturaNoSeLiquida.