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Crédito: Daniel Reina.

Colombia

¿La sociedad en pantalla?

Estamos viviendo una transformación social y cultural hacia el individualismo que se perpetúa a través de las redes sociales. Consultamos a algunos expertos sobre el fenómeno.

Laura Ospina
24 de enero de 2018

Una reunión con amigos. Una comida con la familia. El recorrido en el ascensor. Una sala de espera. Solos o acompañados, rodeados de conocidos o al lado de un par de extraños, pero siempre con el celular. Vivimos en dos mundos: el real, que no controlamos y a cuyas reglas estamos sujetos; y el virtual, compuesto de una amalgama de información que seleccionamos y que nos aliena por decisión propia y casi sin notarlo. Sumergirse en las pantallas no es estar solo, pero tampoco es estar acompañado.

Desde hace poco más de una década, los mundos digitales han cambiado cómo nos relacionamos. Los nuevos procesos de socialización cuentan, en gran medida, con las redes sociales como principal medio para ‘acercarse’ a los otros. No es un secreto que los jóvenes son los usuarios que mejor se adaptan a las nuevas tecnologías, debido a que se consideran nativos digitales: nacieron rodeados de estas herramientas.

Por ejemplo los millenials, quienes representaban, hasta 2014, casi el 25% de la población mundial según el UNFPA. Esas 1800 millones de personas entre los 10 y 24 años, la cuarta parte de los 7270 millones de la población total del mundo, hacen parte de los 2000 millones de usuarios de Facebook que seleccionan qué noticias ver, qué amigos tener, qué desconocidos aceptar y seguir. Son, según dicen, jóvenes ensimismados con los audífonos puestos y viviendo una cotidianidad individualizada que ofrece el computador, que no existe más allá del círculo social engendrado por sus dedos.

¿Por qué socializamos de una forma tan distante?

Mateo Villamil Valencia, profesor de Sociología de la Universidad de Caldas, explica que el consumismo propio del capitalismo actúa en una sociedad rota, que resulta en el ensimismamiento de las personas. Si bien no se pueden generalizar de forma categórica las actitudes de toda una generación, son comportamientos comunes que hacen eco en la percepción de la sociedad.

“El ensimismamiento tiene un poco que ver con los valores del capitalismo, que es una cultura política y un sistema económico. Ese ensimismamiento es un resultado de la individualización porque, para que se perpetúe el sistema económicamente, tienen que incitar a consumir y la individualidad es una fuente inagotable de consumo. Si rompes los lazos de la sociedad –solidaridad y empatía– la gente va acceder más al mercado para suplir esa necesidad de conectarse con otros. Si quieres acceder a una comunidad ya no lo vas a hacer bajando al parque; lo vas a hacerlo por medio de la idea de sociedad que son las redes” explica Villamil.

Otro de los pensadores que habló de ese cambio social fue Zygmunt Bauman. El sociólogo polaco, quien miró con lupa y rigurosidad las transformaciones de las comunidades, calificó la época actual como una “modernidad líquida”: las relaciones son volubles en una sociedad susceptible a adoptar, en todos los ámbitos, los modelos que la engloban. Los fenómenos de las selfies, el consumismo, la libertad, el individualismo y el ensimismamiento convergen en la conceptualización de Bauman.

Por otro lado, Tábata Juliana Cuervo, especialista en psicología clínica y coordinadora de Tu Línea Amiga de la Universidad de la Sabana, comenta que “las relaciones sociales hoy en día son difíciles y no duraderas, debido a varios factores: poca empatía, poco interés por el otro y una falta de habilidades sociales desarrolladas. No se socializa genuinamente porque es más fácil hacerlo por medio de las redes sociales que en persona. Desde la psicología se ve que los jóvenes no desarrollan a cabalidad la empatía, debido a que el uso de las redes como Facebook e Instagram motivan a que una persona piense en sí misma y no en relación con los otros”.

Así mismo, ella afirma que aunque la tendencia en la infancia es a pensar en nosotros mismos, como humanos somos fundamentalmente empáticos entonces el problema debe venir de la formación de las personas, en general y en relación a la vida en línea. Sin embargo, desde otra perspectiva, un psicoanalista que prefiere no ser citado explica que en la condición humana también existe el narcisismo como una forma estructural sobre la cual se constituye el Yo.

Es, entonces, un tema que va más allá de las opiniones frente a lo que son los millenials. Es un tema de construcción de sociedad. Por esto, el semiólogo y docente Federico Medina Cano entiende la vida en la virtualidad como una forma en la que se facilita la creación de vínculos pero, a la vez, no se toma en cuenta a la persona que se tiene en frente. De igual forma, dice que aunque es verdad que en el fondo todas las personas son narcisistas, en esta sociedad de consumo y de selfies el hedonismo se ha exponenciado. El ensimismamiento sería entonces una combinación de impulsos naturales y relaciones digitales.

En todo caso, todo apunta a que, si bien no se puede hablar de los jóvenes bajo el estereotipo que define a esta generación, ya que la tendencia al ensimismamiento va más allá de ellos, si cabe enfocar las críticas de la situación en la marcada individualidad e incertidumbre frente a la ‘realidad real’. Es necesario volver a formular una sociedad conectada de manera real. Conocer los mundos de los otros se configura en justo eso: mirar más allá de nosotros mismos.