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De izquierda a derecha: Francia Márquez, Mary Grueso, Nidia Góngora y Amber Henry. Fotos: Felipe Sánchez

CARRETERA AL MAR

Ser mujer, negra y líder cultural: ¿cuál es el mayor obstáculo?

#ColombiaEsNegra | Después de su conversación en el Coliseo El Pueblo (Cali), enmarcada en una acción del colectivo CaldodeCultivo para el proyecto “Carretera al mar”, hablamos con Francia Márquez, Nidia Góngora, Mary Grueso, Amber Henry y Aurora Vergara de las dificultades que ha implicado ser mujeres negras líderes en el mundo cultural de hoy.

Felipe Sánchez Villarreal
10 de agosto de 2018

“Asistimos a la ofensiva de una derecha globalizada que parece haber renunciado a usar la máscara del humanismo, que se nos presenta cada vez más cínica, más recalcitrante, más brutal (…) Esto quizás ya lo sabemos, pero no es suficiente saberlo, es necesario producir espacios para entrenarnos física y espiritualmente en la resistencia, en la construcción de alternativas, en la lucha por los territorios y en la protección de quienes ponen el cuerpo y el alma para defenderlo, porque los están matando, nos están matando” (CaldodeCultivo, 2018).

Ayer y hoy, el Coliseo El Pueblo, al occidente de Cali, se visitó de cuadrilátero de resistencia social. Como parte del proyecto Carretera al mar, y a través de ese manifiesto, el colectivo CaldodeCultivo transformó el tradicional centro deportivo en un escenario para las luchas sociales. El objetivo: “pensar las Luchas del pueblo como una disciplina deportiva que requiere de un espacio para el entrenamiento”. Así, con una intervención lúdico-política, resignificaron el escenario para erigirlo, en sus palabras, como un Ágora-Coliseo, “un escenario donde se ejercitan tanto habilidades deportivas como políticas”. 

El Coliseo El Pueblo se alzó, así, como el Coliseo Del Pueblo.

Reflexionando acerca de los procesos sociales en el Norte del Cauca y en torno a temas como la defensa del territorio y las luchas sociales indígenas, negras y campesinas, la programación del Coliseo incluyó mingas y conversatorios con la Guardia Cimarrona del Norte del Cauca, la Guardia Indígena de la Delfina (Buenaventura) y diversos colectivos de activismo negro del Pacífico. También batallas de hip hop, actividades de parkour, taekwondo y boxeo para “imaginar una práctica deportiva interdisciplinar e interseccional” enmarcada en procesos que cruzaban acciones y reflexiones físicas y políticas alrededor de una pregunta: cómo poner los saberes y recursos de los movimientos sociales y colectivos artísticos “al servicio de las luchas del pueblo”.

Uno de los paneles más concurridos fue el de hoy: Constelación de rutas diaspóricas: ¿Quién y cómo se representa a las mujeres negras, afrocolombianas, palenqueras y raizales? Francia Márquez, Amber Henry, Nidia Góngora y Mary Grueso, convocadas por Aurora Vergara, hablaron desde sus respectivas riberas (el activismo político, la academia, la música y la poesía) del problema de la representación, el racismo y machismo estructurales en Colombia, así como de sus experiencias particulares en torno a lo que significa ser negra y mujer en el mundo contemporáneo. Grueso interpretó varios de sus poemas, Góngora cantó y habló de la música en la cultura afropacífica, Henry cuestionó la representación exotizante de las mujeres palenqueras y Márquez narró el arduo camino que ha vivido como líder social y ambiental en su lucha por el territorio y en su participación como candidata a la Cámara en las pasadas elecciones.

De izquierda a derecha: Nidia Góngora, Amber Henry, Francia Márquez, Mary Grueso y Aurora Vergara.

Después del conversatorio, ARCADIA les preguntó a cada una de ellas qué ha sido lo más difícil de ser una mujer negra para posicionarse como líderes en sus respectivas áreas de experiencia. Esto nos contaron.

En la política

Francia Márquez

Líder ambiental y social

 

"Lo primero es que no estamos en las mismas condiciones en la política: no tenemos las mismas condiciones económicas. Ser una mujer rebelde como yo ha sido incómodo para la gente, y yo no voy a acomodarme a esa forma como debería ser la política. Llega un momento en el que sientes que tu propia comunidad incluso se lo cree. Uno se cuestiona: ¿será que estoy equivocada? ¿Será que esto no es lo mío? Como mujer negra, por ejemplo, vi una barrera enorme en los medios de comunicación. Cuando hice campaña para el Congreso, quise buscar publicidad y me ponían unas cifras que no podía pagar, eran millones. No pude visibilizarme como debería, hice lo que pude. A nivel nacional no pude llegar, solo me conoció gente de procesos comunitarios. Ahora que dicen que soy importante porque gané un premio, ahí sí llovieron los medios de comunicación. Hay que repensar esas formas de hacer la política. Pero parece que la política no se mueve así".

En la música

Nidia Góngora

Cantora y líder cultural

 

"A pesar de que yo vengo de una comunidad en la que el liderazgo de la mujer es importante, no es una comunidad ajena al machismo de nuestra sociedad: desde el discurso y desde la estructura social. Ha sido difícil porque en mi comunidad la mujer siempre es la que “guarda el hogar”, la que “edifica el hogar”. Cuando a uno lo crían con ese discurso de que una debe terminar sus estudios y construir un hogar y dedicarte a la familia, decidir que uno quiere salir y viajar por el mundo y hacer otras cosas es duro. Yo decidí que los libros que yo quería leer eran los libros de vida, viajar, conocer gente, enriquecerme desde lo espiritual leyendo realidades. Desde esa idea rompí con muchas cosas; entre ellas, la idea de que para que una mujer sea aceptada en una sociedad o una comunidad deba guardarse dentro de los parámetros que le imponen. Yo dije: quiero tener mis hijos, pero ser una mujer libre.

Así tomé la decisión de salir de ese esquema: empecé a ver a las mujeres cantoras como guías y ejemplos poderosos, no solo con la función específica del canto sino llevar el liderazgo a fortalecer los territorios, a defenderlos desde las tradiciones. Así, la música me pareció la forma de enfocar mis labores hacia el fortalecimiento de los valores culturales para hacerme un espacio que no había tenido. Digo yo que ese era mi propósito: el fortalecimiento como mujer negra de la música, los saberes y valores ancestrales desde mi territorio. Quiero poder de alguna manera contribuir desde acá a hacer la tarea que la educación se ha negado a hacer". 

En la academia

Amber Henry

Investigadora afroestadounidense

 

"Es una respuesta muy fácil: a veces, cuando hay investigadores que se van para África o para el sur del continente Norteamericano, se relacionan con las personas y comparten su investigación, la gente dice: “Wow, qué interesante, muy bien, cuéntenos más”. Eso lo llaman research, investigación. El problema viene cuando una mujer afro, hablando de mi caso específico, una afrodescendiente norteamericana hace la misma investigación: digamos, la de la diáspora africana. He trabajado en Panamá, Costa Rica, República Dominicana y en Colombia. Ahí, cuando comparto mi investigación, la gente dice: “No, eso no es investigación, no es research, es me-search. Lo que estás haciendo es buscar tus propias raíces, es tu vida personal, no es algo objetivo”. Invalidar mi conocimiento y el rigor de mi práctica investigativa por ser mujer negra es algo que pasa, es problemático. ¿Por qué tenemos la idea de que el amor, el cariño y la identificación son algo que disminuye la calidad de una investigación académica?".

En la poesía

Mary Grueso

Poeta y maestra

"A la gente en la literatura se le dificulta entendernos. Creen que nuestro trabajo no es un trabajo académico, que la literatura afro no está en el núcleo de ninguna conversación, que debe seguir en la periferia. Hay quienes creen que se debe utilizar nomás para los días de izada de bandera del colegio o en las reuniones sociales. Lo más difícil ha sido pararse uno a demostrarles a los otros que nuestra poesía, la poesía negra, es tan buena como la de los demás. Son diferentes, pero aquí hay calidad: mi lucha ha sido por posicionar la poesía negra o afrocolombiana en esos circuitos. Algunos nos miran mal todavía, pero cuando me he parado y he abierto la boca, los demás ¡para atrás, oyó!".

En la academia y la docencia

Aurora Vergara

Directora del Centro de Estudios Afrodiaspóricos (CEAF) de la Universidad Icesi.

Esta es una pregunta compleja que tiene múltiples niveles y opciones posibles de respuesta. Creo que una de las situaciones más difíciles es enfrentarse a la negación de las múltiples maneras en que se puede ser mujer afro. Como se reflexionó en el panel Constelación de rutas diaspóricas, el 10 de agosto, en el marco de “Carretera al mar”, las maneras en las que las voces de mujeres negras, afrocolombianas, palenqueras y raizales son representadas en el campo de las artes,  la política, los procesos comunitarios y en la academia, en la mayoría de los casos repercute en la reducción de nuestra complejidad humana a un prejuicio, a un disfraz. Esto lleva a que la presencia de las mujeres negras sea leída con estereotipos, incluso entre los sectores más críticos y progresistas de la sociedad. Por esta razón, la mayoría de las imágenes, figuras, símbolos y narrativas que posibilitan la generación de conocimiento sobre nuestro pasado deben ser deconstruidas para permitirnos vivir presentes más emancipadores y producir memorias para un futuro digno.

Este contenido hace parte de nuestro cubrimiento especial de "Carretera al mar", un proyecto del Instituto Goethe y el Museo la Tertulia. Lea todos los contenidos de nuestro especial #ColombiaEsNegra haciendo clic aquí.