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Ahorro, la razón por las que muchas microempresas fracasan a los 2 años
La Asociación Nacional de Instituciones Financieras reveló la primera medición de la Gran Encuesta a las Microempresas (GEM), y los resultados demuestran que falta mucho por hacer para aumentar la confianza de los empresarios en el ahorro.
En algunos países del mundo la educación financiera no es un aprendizaje de nicho ni de personas privilegiadas. Existen cátedras en los colegios que invitan a los niños a familiarizarse con términos como el ahorro y la inversión.
Pero en algunos países, como Colombia, los esfuerzos por promover una salud financiera y enseñar desde temprana edad las ventajas del ahorro, aún siguen siendo escasos. Es por eso que muchas de las personas que deciden emprender y montar su propio negocio pueden tener más posibilidades de quebrar en los primeros 2 años. La falta de previsión y de crear un fondo de emergencia no se hacen necesarias sino hasta cuando ya ven el panorama negro.
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Y precisamente esto fue lo que demostró la Gran Encuesta a las Microempresas en Colombia promovida por la ANIF. Fue realizada en enero y marzo de 2018 por la firma Cifras y Conceptos a 1.454 microempresarios de los principales macro-sectores del país (61% en comercio, 29% en servicios y 10% en industria).
Allí, se incluyó un módulo de ahorro en el que se evidenció una baja propensión al ahorro en el segmento microempresarial. La GEM encontró que menos del 35% de las microempresas del país ahorró durante el segundo semestre de 2017 (25% en comercio, 30% en servicios y 32% en industria).
Cuando le preguntaron a ese bajo porcentaje de microempresarios por qué ahorraba, la respuesta más frecuente fue la de cubrir los gastos del negocio cuando los ingresos no son suficientes (37% en comercio, 39% en servicios y 46% en industria), suavizando dichos ingresos a lo largo del año.
Otras respuestas destacadas fueron: surtir el negocio en temporadas altas (35% en comercio, 27% en servicios y 39% en industria), realizar una estrategia procíclica de mayor gasto en las temporadas de mayor demanda; y ampliar el negocio (17% en comercio, 24% en servicios y 19% en industria), resaltando la intención de crecimiento de cerca de una quinta parte de los microempresarios que ahorran.
Pero aunque vemos las principales razones por las cuales ese 35% de microempresarios ahorra, es muy preocupante analizar las razones por las que el porcentaje restante no lo hace. La informalidad, por ejemplo, es una de ellas. Solo la mitad de las microempresas que reportaron haber ahorrado lo hizo mediante cuentas de ahorro (48% en comercio, 49% en servicios y 45% en industria) y un porcentaje inferior al 7% lo hizo a través de inversiones financieras (5% en comercio, 7% en servicios y 5% en industria).
Por el contrario, el resto de los microempresarios que ahorró en el segundo semestre de 2017 recurrió a medios informales como una caja fuerte o alcancía (35% en comercio, 29% en servicios y 34% en industria), cadenas de ahorro (entre el 3% en comercio y el 7% en servicios); o dando dinero a sus familiares (entre el 3% en comercio y el 6% en industria).
Dentro de las razones principales para ese bajo nivel de ahorro formal aparecieron la desconfianza al sistema financiero y los costos de hacerlo. En efecto, según la GEM, el 37% de los microempresarios de comercio, el 38% de servicios y el 18% de industria respondió que no ahorraba en el sistema financiero por desconfianza hacia esas instituciones.
Sin embargo utilizar estos medios de ahorro en donde el dinero no genera una rentabilidad aunque sea mínima y pierde valor con el paso de los años es bastante riesgoso para la economía.
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Entre el 22% de los microempresarios de servicios y el 36% de los de industria mencionaron los costos e impuestos como otra de las razones principales. Las cuotas de manejo, los costos transaccionales, los cobros por retiros en cajeros automáticos, el impuesto del 4x1.000 y, en algunos casos, la obligación de pago de impuestos de retención en la fuente, son las principales quejas.
Otras razones para no ahorrar dentro del sistema financiero fueron porque no gustó la oferta de productos (entre el 11% de servicios y el 16% de comercio); porque toma mucho tiempo (9%-16%); o porque los intereses son muy bajos (8%-13%).
Los que no ahorraron ni un peso
Cuándo se les preguntó a los microempresarios las razones por las cuales no ahorraron de ninguna forma durante 2017, las respuestas más comunes fueron por no tener los recursos suficientes (69% en comercio, 69% en servicios y 72% en industria), no considerar el ahorro necesario o no estar interesado en ahorrar (18% en comercio, 21% en servicios y 21% en industria), y nuevamente no confiar en las entidades financieras (10% en comercio, 8% en servicios y 7% en industria), pues algunos microempresarios solo conciben el ahorro a través de dichas instituciones.
Estas razones reafirman la idea de que muchas personas crean sus microempresas para generar ingresos básicos de subsistencia que para llegar a un proceso de expansión y de ser una empresa consolidada. También muestra una clara falta de educación financiera y una muestra de que la economía aún se recupera lentamente luego de la caída de los últimos años, ya que el 70% de los encuestados afirmó que no genera los ingresos suficientes para alcanzar a ahorrar.
Además, solo el 50%-60% de las microempresas que sí ahorra lo hace a través de mecanismos formales vía instituciones financieras. La desconfianza en estas instituciones y los costos e impuestos aparecieron siguen dando mucho pie para la informalidad.
Sergio Clavijo, director del estudio, afirmó que la promoción del ahorro como instrumento de mayor productividad empresarial implica una doble tarea para empresarios, gobierno y sector financiero. Por un lado, porque se necesitan diseñar estrategias que eleven estructuralmente el ingreso de los microempresarios (por ejemplo, a través de la diversificación para aprovechar potenciales nuevos mercados nacionales o internacionales).
Y, por otro, para los que ya ahorran, puedan tener una política de educación financiera que visibilice todos los beneficios del ahorro formal, haciéndolo atractivo pese a la asunción de algunos costos. Y además resaltando la importancia de tener un colchón de ahorro en época de “vacas flacas”.
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