Airbnb es un marketplace que conecta a las personas que desean alquilar sus casas con personas que buscan alojamiento en ese lugar. Actualmente cubre más de 81.000 ciudades y 191 países en todo el mundo.  Esta plataforma se ha hecho famosa, pues le permite a los dueños de propiedades generar dinero extra, mientras que los viajeros pueden conseguir un buen alojamiento a precios más asequibles que los hoteles.  En el momento de su fundación esta idea era totalmente disruptiva y desafiaba el modelo de negocios de los hoteles convencionales. Así, la historia de creación y crecimiento de esta empresa brinda lecciones valiosas sobre emprendimiento.  La historia de la fundación de Airbnb es de persistencia, determinación y, sobre todo, mucho trabajo; es la historia de cómo tres hombres pasaron de alquilar colchones inflables a tener una empresa valorada en 18.000 millones de dólares. 

En 2008 los diseñadores Brian Chesky y Joe Gebbia eran compañeros de piso en un apartamento en San Francisco, pero un incremento en el alquiler los llevó a buscar la manera de conseguir dinero extra para pagar.  En esa semana la ciudad celebraba una importante feria del diseño que había llenado todos los hoteles de la ciudad; y a los dos diseñadores se les ocurrió la idea de aprovechar el espacio extra que tenían en su apartamento: compraron 3 colchones inflables y crearon una plataforma en la que ofrecían estadía a las personas que iban a la convención pero que no tenían tanto dinero para pagar un hotel.  A la plataforma la llamaron AirBed & Breakfast y sus primeros tres clientes fueron 2 hombres y una mujer que pagaron 80 dólares por dormir en los colchones inflables y desayunar.  Durante el poco tiempo que duró la feria, los compañeros de piso recaudaron 1000 dólares, lo que fue más que suficiente para pagar su alquiler.  Al ver los resultados, Chesky y Gebbia se dieron cuenta que tenían una buena idea de negocios. Si les había ido así de bien sólo alquilando colchones en su apartamento, ¿qué pasaría si pudieran persuadir a más personas para que recibieran a los turistas en sus casas? Cuanto más lo pensaban, más seguros se sentían sobre la viabilidad de su idea.

Pero antes de que pudieran ver si su idea podía escalar tuvieron que recaudar más fondos. El problema era que ambos todavía estaban en quiebra, a pesar del aparente éxito de su idea.  En el verano de 2008, después de haber buscado típicas fuentes de financiación, como la inversión de capital de riesgo, ambos comenzaron a pensar en formas en las que podrían recaudar fondos para escalar su operación.  En ese momento, las elecciones presidenciales de Estados Unidos habían ocupado un lugar central en las noticias. El congresista Barack Obama estaba haciendo campaña para convertirse en el primer presidente negro en la historia de Estados Unidos y el veterano senador republicano John McCain era su oponente. La elección les dio una idea a Chesky y Gebbia. Los dos fundadores compraron una gran cantidad de cereales genéricos de dos variedades y diseñaron dos cajas con temas electorales diferentes, uno para "Obama O‘s" y otro para "Cap‘n McCain‘s". La idea de Chesky y Gebbia era vender estos cereales novedosos por 40 dólares la caja en las fiestas de convenciones y reinvertir el dinero en AirBed & Breakfast. Los cereales fueron populares entre los asistentes a la convención y los dos amigos vendieron aproximadamente 500 cajas de cada cereal. Se agotaron por completo los Obama O, pero no los Cap‘n McCain, y las ventas de sus cereales les reportaron alrededor de 30 mil dólares. 

A pesar de recaudar 30 mil dólares con los cereales,Chesky y Gebbia no recaudaron tanto dinero, ni atención, como esperaban. El tráfico en su página se había ralentizado después del aumento inicial tras el lanzamiento de los cereales. Airbedandbreakfast.com estaba generando solo unos pocos cientos de dólares por semana, y los dos amigos habían acumulado más de 20 mil dólares en deuda de tarjetas de crédito. Durante un tiempo, el futuro de la idea de Chesky y Gebbia estuvo en duda. Entonces buscaron a su ex compañero de piso Nathan Blecharczyk, quien era arquitecto técnico, para que los ayudara en la construcción de un sitio web para el negocio. Blecharczyk implementó un sistema de pago ligero pero robusto que le permitió a la empresa cobrar tarifas a los huéspedes, deducir la comisión de Airbnb y luego remitir el resto a los anfitriones mediante PayPal y otros servicios de pago en línea.  Así, los tres se convirtieron en co-fundadores de AirBed & Breakfast. Al principio crearon una página web sencilla que funcionaba como directorio de habitaciones y apartamentos disponibles alrededor de Estados Unidos.  Sin embargo, después de probar la interfaz por varias semanas, se dieron cuenta de que no estaba funcionando como lo esperaban, por lo que hicieron modificaciones para que solo a unos clics las personas pudieran encontrar el inmueble que deseaban.  En este punto, los fundadores ya tenían una buena idea de negocio y un sitio web mejorado, ahora lo que les faltaba era darse a conocer y recaudar dinero para invertir. Para lograrlo, relanzaron la marca dos veces y recurrieron a 15 inversionistas, de los cuales 8 los rechazaron y 7 ignoraron su idea por completo. 

Finalmente, la marca llamó la atención del inversionista Paul Graham, quien estaba intrigado por la idea. Graham fue persuadido de apoyar a la empresa en crecimiento por la pasión y el compromiso de Chesky y Gebbia e invirtió 20.000 dólares en la empresa. En marzo de 2009, el nombre y el sitio web de la compañía se rebautizó como Airbnb. Gracias al apoyo y los recursos de Graham, Airbnb de repente tuvo los medios para seguir creciendo y poco después la compañía tenía aproximadamente 2500 lugares y más de 10,000 usuarios en su plataforma.  El renombramiento de la marca tuvo el efecto esperado y tan sólo un mes después recibieron una inversión de 600.000 dólares de Sequioia Capital. Con dicha inversión, Airbnb creció mucho más, llegando a varias ciudades del mundo. En 2011, tan sólo cuatro años después de haber empezado operaciones, la marca ya se encontraba en 89 países.  Para 2012 la compañía había logrado tanto éxito y contaba con tanto capital, que decidió abrir varias oficinas internacionales, ubicadas en París, Milán, Barcelona, São Paulo, Moscú y Copenhague.

En esta época comenzaron a surgir algunas quejas y problemas, como que los anfitriones se quejaban por daños en sus casas o las regulaciones y acciones legales que tomaban en contra de Airbnb. En esos meses la startup estuvo a punto de ser expulsada de New York y los anfitriones fueron amenazados con recibir multas. Además, se crearon leyes en distintas ciudades para prohibir el alquiler de un lugar en el que el dueño no estuviera ausente por más de 30 días, lo que fue un golpe para la compañía, ya que muchos de sus anfitriones alquilaban una habitación extra de su propio hogar. Incluso, San Francisco arremetió contra la marca y tuvieron que invertir 8 millones de dólares, en otoño de 2015, en una lucha legal contra penalizaciones que querían imponerse a la marca. Después de tomar acción, hoy Airbnb es completamente legal en varias ciudades y sus anfitriones no tuvieron penalizaciones.  En la actualidad, Airbnb se encuentra disponible en 191 países y tiene oficinas en 17 de ellos. Sus tres fundadores, con menos de 40 años, se encuentran entre las 500 personas más ricas del mundo según Forbes, con una fortuna de casi 4.000 millones de dólares cada uno. Estas cifras demostraron que las acciones legales tomadas contra la empresa no fueron un impedimento para su crecimiento. 

Lecciones de emprendimiento: Al principio puede que las personas, incluidos los inversionistas, no crean en una idea de negocios, pero eso no significa que usted deba dejar de creer en su idea.  Observe el mercado y las necesidades de las personas, de allí puede encontrar las mejores ideas de negocios.  Si los inversionistas no quieren poner el capital en su negocio, intente conseguir fuentes de financiación alternativas.  Conozca su audiencia para identificar qué es lo que necesitan y cómo puede mejorar su idea.  Empiece pequeño, así puede probar su idea y saber qué funciona y qué no.  A pesar de los obstáculos, nunca se rinda. La tecnología es su aliada. Estamos en la cuarta revolución industrial.