La cabalgata de la Feria de las Flores, abolida hace tres años, es uno de los eventos más polémicos de las fiestas de la capital antioqueña.Desde siempre ha existido la puja entre los que no la toleran y los que la piden por ser el reflejo de una tradición, de una cultura. Hace unos pocos días el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, abrió la posibilidad de revivir el evento.En una rueda de prensa, el alcalde dijo: “Una cabalgata se puede dar siempre y cuando se cuide y se respete a los animales y eso es lo que se ha pedido. Estamos en revisión de este tema para ver qué decisión se toma’’. Ya en cabalgatas anteriores ocurrieron accidentes que terminaron en lesiones y muerte de algunos equinos.Un caballista que prefirió el anonimato manifestó: “aquí piden tolerancia pero no la dan”. Según le dijo a Semana.com, en los últimos años se han sentido excluidos de la Feria de la Flores, “intentamos llegar a un acuerdo con el anterior alcalde, pero no fue posible, ahora estamos buscando un equilibrio para que hagamos la cabalgata pero sin desorden y para evitar cualquier maltrato a los animales”.Sobre esto habló Federico Gutiérrez, pues cree que es necesario controlar la venta y el consumo de alcohol de realizarse de nuevo la cabalgata. Esta es una de las mayores críticas al recorrido que se hacía en la ciudad, pues en el exceso del licor los equinos terminaban maltratados.Para lograr una cabalgata ordenada, el alcalde dijo que ya se ha reunido con diferentes asociaciones y con el Concejo para regular un acuerdo: “Se tomara la decisión y será comunicada. Yo lo que diría es habría que hacerla pero cumpliendo toda la normatividad y protegiendo a los animales”.Mientras tanto, los usuarios de Twitter se ha volcado sobre el tema criticando al alcalde por querer volver a una práctica que ya habían sido abolida. Los críticos redundan en “el maltrato animal”, otros hablan del recuerdo que traen de la cultura mafiosa, pues es sabido que una de las aficiones más grandes de los miembros del antiguo cartel de Medellín eran los caballos, aunque no sólo de ellos, estas tierras —se sabe— se abrieron a lomo de mulas, hacha y aguardiente.