El Ministerio de Salud de Colombia prevé que la pandemia de coronavirus se convertirá en una endemia a finales de 2021 o comienzos del próximo año.

Desde que se conoció el SARS-CoV-2, expertos de todo el mundo han discutido la posibilidad -hoy certeza- de que la covid-19 se convertirá en una enfermedad endémica, que significa la presencia en zonas o países determinados de manera habitual o en fecha específicas, como pasa con los picos de influenza.

Este viernes, en el puesto de mando unificado de vacunación nacional, Julián Fernández Niño, director de Epidemiología y Demografía del Ministerio de Salud sostuvo que los datos actuales permiten llegar a dicha conclusión.

“Tenemos una tendencia (a la baja) progresiva y sostenida del número de casos a nivel nacional, del número de muertes y de hospitalización en unidades de cuidados intensivos por covid-19. No deberíamos tenerle miedo por sí solo al incremento del número de casos, todo parece indicar que, entre finales de este año y comienzos del otro año, la covid-19 va a transitar de ser una pandemia a una endemia con la que vamos a tener que convivir como con otros virus respiratorios”, señaló.

Esto quiere decir que el virus no desaparecerá, continuará moviéndose entre las personas y será necesario que la ciudadanía, no solo de Colombia sino del mundo, aprenda a convivir con él.

Fernández Niño sostuvo que es fundamental para el país transformar el pico que se espera para octubre, con el fin de minimizar el impacto en términos de pérdidas de vidas humanas, y también a nivel económico y social. Es posible mantener la velocidad de transmisión menor y aumentar la vigilancia epidemiológica, acelerando el proceso de vacunación como estrategia principal para ello.

La ocupación de unidades de cuidados intensivos a nivel nacional es del 54 por ciento, pues por cada paciente hospitalizado por covid-19 hay siete hospitalizados sin el virus. Además, la curva de casos tiene caída pronunciada, con algunos pocos territorios con incremento, como Medellín y Barranquilla. No obstante, esto último no se puede desestimar y sí significar una primera alerta sobre lo que podría empezar a suceder en las próximas dos semanas.

“Tener la positividad baja indica ambas cosas: baja transmisión, pero también alta capacidad de búsqueda. Es mejor encontrar los casos a que luego encontremos las muertes; encontrar los casos nos permite rastrear cadenas de contagio”, apuntó el epidemiólogo del Ministerio de Salud, durante el encuentro en el que participaron más de 600 personas.

A propósito, cabe resaltar que todavía hay una gran brecha de muerte entre la población de riesgo vacunada y no vacunada, y por eso es necesario hacer búsqueda activa de estas personas mayores de 50 años y mujeres gestantes.

De igual forma, las grandes capitales del país deben aumentar su toma de muestras, como estrategia de salud pública, así como reforzar los mensajes de percepción del riesgo, ya que la ciudadanía se ha relajado un poco con las medidas de bioseguridad y el ritmo de vacunación ha caído, también por las demoras de las farmacéuticas.

Sin embargo, con la llegada de nuevas dosis y la promesa de varias entregas en las próximas semanas, se espera una mejoría importante en el Plan Nacional de Vacunación, que será necesaria para lograr el destino que prevé Fernández Niño.