Título original: Eden Lake Año de estreno: 2008 Género: Terror Guión y dirección: James Watkins Actores: Kelly Reilly, Michael Fassbender, Jack O'Connell, James Gandhi, Thomas Turgoose, Bronson Webb, Shaun Dooley, Finn Atkins, Thomas Gill.Si les gusta el terror, si les parece, como a los verdaderos seguidores del género, que no debería llamarse 'horror' sino 'realismo', entonces dejen de leer esta reseña en este preciso momento. Vayan a ver el debut del cineasta inglés James Watkins, Silencio en el lago, y vuelvan más tarde a esta página. Y pensemos que los grandes géneros de Hollywood, desde el cine del oeste hasta la comedia romántica, desde los largometrajes de ciencia ficción hasta los relatos de la mafia, han sido enriquecidos por directores de todo el planeta: que, cuando un buen realizador europeo o latinoamericano o asiático se le mide a filmar un guión que respeta las reglas del juego de la industria cinematográfica norteamericana (cuando, por ejemplo, sigue punto por punto las instrucciones para hacer una buena historia de miedo), lo más probable es que suceda una película que valga la pena: una buena película de Hollywood enriquecida por otra cultura.La británica Silencio en el lago es un buen ejemplo de ello: por su juego con los clichés de esas producciones típicas que cuentan una excursión que jamás se ha debido hacer, por asumir a esos protagonistas tercos que se meten en la boca del lobo para garantizarles a los espectadores un par de gritos, puede considerarse parte de una tradición a la que pertenecen clásicos del terror como La venganza de la casa del lago (1972), La masacre de Texas (1974) o Las colinas tienen ojos (1977), pero por sus diálogos inteligentes, por sus interpretaciones arriesgadas, por esa trama que refleja la angustia de sus personajes principales, recuerda vagamente a esa joya de Sam Peckinpah titulada Perros de paja (1971). Se trata de una buena película de terror en la que los protagonistas son asediados por enemigos que viven dentro y fuera de su cabeza.Steve le va a proponer a Jenny matrimonio. Y, para ello, la invita a pasar el fin de semana en un lago paradisíaco a las afueras de la ciudad. Muy pronto, sin embargo, se hace evidente que están viviendo una terrible pesadilla: que esos adolescentes pandilleros que van por ahí en sus bicicletas no son simples bromistas que matonean a los turistas, sino peligrosos quinceañeros que parecen sacados de El señor de las moscas. Una típica trama de horror. Una buena.Si no les gustan esas historias, si no le ven sentido a pagar para que el corazón se les acelere a punta de trucos, recuerden que todos los géneros pueden servirles a un par de personajes para encontrar su camino hacia el destino o a un narrador hábil para descubrir que las cosas fundamentales de la vida se nos salen de las manos. Y sepan que Silencio en el lago, como Psicosis (1960), El bebé de Rosemary (1968) o El resplandor (1980), por valerse de los primeros ejemplos que vienen a la cabeza, pertenecen a una larga tradición narrativa que pone a sus héroes cara a cara con los demonios que cargan.