Las noticias en Colombia y el mundo siguen generando nerviosismo en los mercados e impulsan de nuevo el dólar al alza.

En el país, la pandemia, la pérdida del grado de inversión, la reforma tributaria y el paro nacional motivaron a muchos inversionistas internacionales a sacar sus dólares de Colombia para llevarlos a otros países. Hoy la divisa escasea y su precio sube.

En un par de meses no debe sorprender que el dólar llegue a 4.000 pesos, dice Felipe Campos, director de investigaciones de Alianza.

Pero será muy difícil que se mantenga mucho tiempo en ese rango. “A final de este año debería estar en 3.800 o 3.700 pesos”, anticipa.

Estas previsiones están muy atadas a las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos. Si la Fed eleva las tasas de interés –hoy en mínimos para reactivar la economía– o reduce la compra de bonos, los dólares saldrán volando al norte y el precio se mantendrá arriba.

En el plano local, el Banco de la República podría revisar en los próximos meses un aumento de las tasas de intervención. Ese es un asunto delicado que exige un trabajo de filigrana.

Si se precipita a subirlas podría frenar la débil recuperación económica solo para contener la inflación.

felipe camposDirector de Investigaciones de Alianza | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA REVISTA SEMANA / REVISTA DINERO

Pero si tarda más de lo debido podría estimular aún más el alza en el precio del dólar.Otro factor clave en el país son las elecciones presidenciales de 2021.

Una encuesta que favorezca a uno u otro candidato, un tuit de Gustavo Petro sobre la propiedad privada, por citar solo un par de casos hipotéticos, generarían mayor volatilidad.

Pero, ¿quiénes ganan? Los cafeteros, Ecopetrol y en general las empresas exportadoras son optimistas con un dólar alto. Pero la importación de insumos agrícolas y piezas para pozos petroleros les quitarán parte de los dólares ganados.

Para el ciudadano de a pie la situación es más compleja. Tendrá que desembolsar más pesos por comprar su smartphone, vehículo o ropa importada. Hasta los estudiantes que pagan sus créditos en dólares se verán afectados.

También aumentarán algunas materias primas que se importan para productos de consumo cotidiano, diferencia que se puede trasladar al precio final. Sumado al tema cambiario está la variable de la oferta.

La escasez de chips y otros insumos y partes industriales –que en su mayoría provienen de Asia– jalonan los precios al alza, generando presión a la inflación.

Por eso el Emisor no la tendrá fácil. Pero, para algunos, en 2022 la tendencia del dólar caro cambiará.

“Llevamos una década con dólar al alza, creo que el año entrante eso comenzará a cambiar. Esa sería una buena noticia: si el dólar cae 800 pesos, la deuda del país se derrumba 10 puntos”, dice Campos.

En resumen, si tiene dólares y ve que las previsiones de 4.000 pesos se cumplen, tal vez sea el momento de empezar a vender.

Pero si piensa comprar algún producto importado podría hacerlo ya o esperar después de elecciones. Eso sí, hay que tener en cuenta que los importadores no hacen esos ajustes de manera inmediata.

Además, la impredecibilidad del dólar podría exacerbarse si la variante delta del coronavirus no cede. Sin duda, adivinar el rumbo del dólar es una lotería. Pero seguir sus movimientos es clave para la inversión, los planes de viaje y la vida diaria.