La emisión de sentencias de las altas cortes se incrementó en 16 por ciento en el año 2020, cuando inició la pandemia de la covid-19, en comparación con 2019, antes de la crisis sanitaria y el confinamiento.

Así lo revela un estudio de la Corporación Excelencia en la Justicia, que también resalta que la Corte Constitucional logró digitalizar 620.000 tutelas que estudió en 2020, gracias al sistema Pretoria, una herramienta de inteligencia artificial.

De acuerdo con la dirección de esta entidad, esos expedientes llegaron digital o electrónicamente y no de manera física, lo que le significó al Estado un ahorro superior a 20.000 millones de pesos por año, que era la cifra que se destinaba al traslado de los expedientes de los despachos judiciales a la Corte Constitucional.

Virtualidad, aliado del sector legal

La virtualidad se convirtió en una herramienta clave para el sector. César Barrero Berardinelli, socio de Servicios Legales, Infraestructura y Derecho Público de la firma KPMG Law, asegura que, efectivamente, las firmas de abogados, los clientes y el sistema judicial debieron adaptarse al uso de la tecnología y la virtualidad.

“No se comprometió la excelencia, ni el rigor de la asesoría, tampoco los servicios legales o la administración de justicia como consecuencia de la pandemia; se concentró aún más la utilización de medios tecnológicos que ayudan a la investigación y sustentación de los casos”, señala Barrero Berardinelli.

Agrega que el inicio de la pandemia fue traumático porque la justicia no estaba preparada, ni por parte de quienes la administran, ni de quienes llevan los negocios, pues el proceso de digitalización era lento y no se hacía uso significativo de la virtualidad que las normas permiten.

“La mayoría de los profesionales, de la noche a la mañana, nos vimos obligados a utilizar sistemas de conferencia virtual, tuvimos que adquirir herramientas para el trabajo remoto, empezamos a trabajar a distancia y a aprender a utilizar sistemas que, aunque existían en el mercado, no eran de uso habitual”, dice el socio de KPMG Law.

Los clientes, en su gran mayoría, han recibido con buenos ojos los cambios y valoran la capacidad de respuesta que tuvieron los abogados en este proceso, porque se mantuvo el dinamismo y capacidad profesional para atenderlos y fue evidente la celeridad que se imprimió.

Barrero Berardinelli, en su experiencia, asegura que en adelante la tendencia de este tipo de asesoría seguirá, y que existen todas las garantías para ofrecer un servicio seguro y de calidad. “Incluso, clientes que podían tener abogados emplazados en sus instalaciones se dieron cuenta de que, desde la virtualidad y trabajando desde cualquier lugar, lograban los mismos o mayores rendimientos; nuestros clientes lo agradecieron, porque nunca se sintieron abandonados”.