Aunque desde 2018 Colombia dio el gran paso hacia la transición energética y comenzó a incorporar a su matriz energética energía solar y eólica, el ingreso de proyectos ha sido mínimo frente a las expectativas que se tienen desde el Gobierno nacional.

Por ejemplo, en 2021 XM tenía en sus cuentas que entraran unos 1.800 megavatios de energía renovable no convencional, pero se lograron 180 megas, es decir, tan solo el 10 % de lo esperado. A esto se le suma que ninguno de los proyectos solares y eólicos que resultaron ganadores en las dos subastas que se hicieron en 2019 ha entrado en operación.

Aunque los proyectos ganadores de la subasta de energías renovables tenían enero de 2022 como la primera fecha para comenzar a generar energía, en los contratos que se firmaron también quedó estipulado que las empresas tienen dos años de prórroga para poner a andar los proyectos, hasta enero de 2024, sin que se hagan efectivas sanciones.

Sin embargo, y a pesar de que los proyectos no estén construidos y operando, desde enero de 2022 las compañías están en la obligación de responder por la energía y los precios pactados en la subasta: $95 por kilovatio hora. En 2019, la entonces ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, dijo que este precio haría que la energía fuera 30 % más económica para los usuarios, y aunque se entregue la energía comprometida, no es la energía solar ni eólica que se prometió que llegaría a los hogares colombianos.

De acuerdo con el director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas de Energía (Andeg), Alejandro Castañeda, el gran cuello de botella que se tiene en Colombia y que impide no solo la entrada de proyectos de energías renovables no convencionales, sino de cualquier tecnología, es el tema social.

“Eso está desbordado por todo lado. Cualquier persona puede bloquear un proyecto sin ningún problema”, aseguró. Además, dijo que también persisten inconvenientes en los trámites de consulta previa y licenciamiento ambiental, pese a que la Anla ha mejorado los procesos desde hace un tiempo.

En el 2021 se tenía planeado que entrarán unos 1.800 megavatios de energía renovable no convencional, pero solo se logró un 10 %. | Foto: Ministerio de Minas

Colectora, otro gran problema

La línea de transmisión de energía llamada Colectora, que se le adjudicó al Grupo Energía Bogotá en 2018, será la encargada se evacuar al resto del país la energía eólica y solar que se producirá en La Guajira. Cuatro años después, la compañía no ha iniciado la construcción del proyecto que contempla un trazado de más de 360 kilómetros, la construcción de una subestación y la ampliación de dos más.

Esto se debe a los inconvenientes que ha tenido el GEB en los procesos de consulta previa con las 242 comunidades indígenas y étnicas del área de influencia del proyecto que atraviesa varios municipios La Guajira y el Cesar, por lo que ya no podrá entrar en noviembre de 2022, como se pactó en 2018.

El GEB ya le pidió al Ministerio de Minas y Energía la autorización para que Colectora entre dos años más tarde, es decir, a finales de 2024, y está a la espera de una respuesta. En caso tal de aprobarse esta prórroga, quedarían en vilo varios parques eólicos de AES Colombia y Enel Green Power, ya que si se construyen antes de esta fecha no tendrían donde conectarse para enviar la energía al sistema nacional.

A la fecha, Colombia cuenta con 734,15 MWp de energía solar y eólica. | Foto: Cesar NIgrinis

El GEB ya le pidió al Ministerio de Minas y Energía la autorización para que Colectora entre dos años más tarde, es decir, a finales de 2024, y está a la espera de una respuesta. Si se aprueba esta prórroga, quedarían en vilo varios parques eólicos que están construyendo AES Colombia y Enel Green Power y que dependen de esta línea de transmisión para enviar la energía que generen al Sistema Interconectado Nacional (SIN) para que llegue a los hogares colombianos.

Chemesky, Tumawind (Enel Green Power) y Casa Eléctrica (AES Colombia) son proyectos eólicos que adquirieron compromisos en la subasta de Cargo por Confiabilidad de febrero de 2019 y se deben conectar a Colectora. La fecha de entrada en operación se trazó para el primero de diciembre de 2022, pero se pueden retrasar un año más sin que se les hagan efectivas las sanciones.

Mientras que el parque eólico Apotolorru (AES Colombia), que salió ganadora en la subasta de energías renovables de octubre de 2019, y también se conectará a Colectora, tiene como fecha máxima de operación enero de 2024.

A pesar de que en 2021 no se cumplió la meta trazada de incorporar 1.800 MW de energías renovables no convencionales, a la fecha Colombia ya cuenta con 734,15 MWp que están distribuidos en 21 granjas solares, dos parques eólicos, diez proyectos de autogeneración a gran escala y más de 2.500 proyectos solares de autogeneración a pequeña escala. Además, se encuentran en construcción otros 2.611 MW.