El que quiera producir carbón debe proteger la vida de sus trabajadores, es la consigna desde el Ministerio de Minas y Energía. Y uno de los mecanismos que garantiza su seguridad dentro de una mina es la formalización. Así, las empresas están obligadas a proveer los elementos de protección personal necesarios y a que las minas sean seguras, sobre todo las subterráneas. Además, la formalización concientiza a los operarios y es sinónimo de productividad.El 85 por ciento de las víctimas en accidentes mineros provienen de la minería subterránea de carbón de Cundinamarca, Boyacá, Norte de Santander y Antioquia, zonas en las que prevalece la pequeña y mediana minería y cuentan con acceso a los servicios de seguridad social.¿Qué se ha hecho?La autoridad minera realiza como mínimo dos visitas al año de fiscalización y ha impartido medidas de suspensión de actividades. En los últimos seis años se han caducado cerca de 500 títulos en el país, la mayoría por incumplimiento de condiciones operativas y de seguridad.Actualmente el 92 por ciento de las personas que trabajan en la pequeña y mediana minería cuentan con todos los servicios de seguridad social, algo que no ocurría al inicio de este gobierno.El reto es que además de contar con estos servicios obligatorios, también se puedan cumplir a cabalidad las condiciones que exige la formalización de la labor minera, que por naturaleza es riesgosa: es subterránea y además está asociada a la emisión de gases asfixiantes, venenosos y explosivos como el metano y el dióxido de carbono que deben y pueden ser controlados de manera adecuada.Por eso en 2015, tras seis años de trabajo, el gobierno nacional modificó el Reglamento de Seguridad en Minería Subterránea que tenía más de 29 años de vigencia. Esta actualización elevó los estándares y contó con el respaldo de la Organización Mundial del Comercio.Ahora es obligatorio el uso de equipos de autorrescate para que cuando ocurra un incidente el minero pueda tener autonomía de respiración durante una hora. También es indispensable controlar la incidencia de gases asfixiantes y contar con ventilación adecuada, de esta manera el minero no se intoxicará.En este momento hay cerca de 1.000 procesos de formalización en Colombia. Lo más importante de esta fase en materia de seguridad es el acompañamiento al pequeño minero para la implementación correcta de las normas. Además de las campañas de concientización para minimizar los riesgos y evitar posibles catástrofes que puedan inhabilitar las minas por meses y dejar sin trabajo a las más de 125.000 personas que dependen de la pequeña y mediana minería.