En Cruz Verde la diversidad se vive como una práctica diaria. Desde hace algunos años, la compañía desarrolla Jedi, una estrategia que toma su nombre de la saga de Star Wars, que en este caso significa justicia, equidad, diversidad e inclusión. La iniciativa, liderada por la vicepresidenta de Asuntos Corporativos y Comunicaciones, Claudia Sterling, ha transformado la cultura interna de la organización y beneficiado a miles de trabajadores en Colombia y América Latina.
“Todos queremos ser Jedi, nuestro programa, que en Colombia se desarrolla de la mano de Equipares, la iniciativa del Pnud y el Ministerio de Trabajo, busca potenciar todas las capacidades y habilidades de los trabajadores, independientemente de su diversidad –asegura Sterling–. Todos somos diversos, incluso quienes no lo creen. No por ser mujer blanca u hombre blanco cisgénero dejamos de ser diversos. Cada uno tiene sus particularidades”.
El alcance del programa es amplio: solo en Colombia impacta a cerca de 9.000 empleados, mientras que en toda Latinoamérica son alrededor de 400.000 personas las que integran el grupo Femsa y comparten el mismo proyecto. “Estamos convencidos, y hay muchos estudios que lo respaldan, de que la diversidad y la inclusión aumentan la productividad, mejoran el impacto en las comunidades y, además, elevan la calidad de vida y la salud mental de las personas”, dice la vicepresidenta.
El desarrollo de este proyecto ha traído, según la líder, tres grandes aprendizajes. El primero tiene que ver con la repetición: “Repetir la importancia de estos temas puede parecer tedioso, pero es necesario. Hay que insistir en los conceptos básicos: qué es una orientación sexual, qué significa ser hombre o mujer cisgénero. La repetición es la única forma de asimilar los conceptos. Cuando los asimilamos, creamos lenguaje, y los lenguajes crean realidad”.
El segundo aprendizaje es cultural. Para ella, no se trata de imponer grandes transformaciones, sino de acompañar los procesos sociales dentro de las empresas. “No se puede ir contra la cultura, se debe ir con ella, al ritmo de ella. Las decisiones disruptivas que buscan fracturar el patriarcado pueden no funcionar en el ámbito empresarial. En lugar de la disrupción, debemos optar por la comprensión de los entornos y avanzar con base en ellos”.
Y el tercer aprendizaje es que este trabajo nunca termina. “Nunca es suficiente. Siempre hay riesgo de retroceder. Los programas Jedi no se pueden detener. El día que uno para, retrocede. Por eso hay que seguir formando, creando nuevos conceptos, nuevas masculinidades y, sobre todo, nuevas generaciones para quienes este tipo de cosas tienen un significado diferente”.
En Cruz Verde, este proyecto de inclusión se vive como un ejercicio diario, una práctica que se fortalece con cada conversación y cambio cultural. En palabras de Sterling: “La diversidad no es una meta, es un camino que se recorre todos los días”. Un camino en el que cada persona cuenta, y en el que la fuerza, como en Star Wars, está del lado de quienes creen en un futuro más justo y equitativo.