El último informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos reveló alarmantes cifras sobre el número de personas que mueren o son heridas por armas de fuego en el país norteamericano cada año.

El artículo conocido como Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad (MMWR, por sus siglas en inglés) ha indicado que anualmente unas 100 mil personas en este país están sufriendo ataques con armas de fuego, o han muerto por impactos de ellas. Esta noticia se da en medio de los últimos tiroteos masivos que han acabado con la vida de decenas de personas en los Texas, Chicago y Alabama, entre otros.

“Durante 2018-2021, en comparación con las tasas en los condados con baja vulnerabilidad social general, la tasa de visitas a la sala de emergencias por lesiones por arma de fuego fue 1.34 veces más alta en los condados con vulnerabilidad social media y 1.80 veces más alta en los condados con alta vulnerabilidad social”, se indica en el informe.

Además, se hace referencia a la afectación que sufren los sectores marginados ante las laxas normatividades sobre el uso y porte de armas en Estados Unidos.

A reglón seguido, se agregó: “Se observaron patrones similares para los temas de SVI de estatus socioeconómico y tipo de vivienda y transporte, pero no para los temas de composición del hogar y estado de discapacidad o estado de minoría racial y étnica y dominio del idioma”.

En esa línea, se agregó que este tipo de personas solían ser las más afectadas por los impactos de armas de fuego, en el lapso analizado, según las cifras obtenidas por el CDC.

Se informó que, para el análisis, la institución tomó en cuenta el número de visitas a centros médicos de urgencia en las que se evidenciara una lesión o fallecimiento por armas de fuego; estos datos habrían sido obtenidos por el Programa Nacional de Vigilancia Sindrómica (NSSP) desde 2018 hasta 2021, y se tuvieron en cuenta 647 condados en 10 jurisdicciones del programa Faster.

Ante esta situación, una de los principales puntos a discutir es que, justamente, el estudio está limitado a las 10 jurisdicciones, por lo que no sería realmente representativo a nivel nacional, así como que en medio del segregado por número de visitas a centros de urgencias no estaría distinguiendo la intención del impacto con arma de fuego, entre otras razones.

Por otro lado, el informe develó que la preocupante cifra afecta, en su mayoría, a personas con un bajo nivel socioeconómico en el país norteamericano, ya que serían estas personas las que más asistirían a las salas de urgencias por lesiones con arma de fuego. Así, deja entrever las consecuencias de la discriminación racial, pobreza y la violencia generada por las pandillas en algunos vecindarios.

“Un índice de desventaja en el vecindario, incluida la pobreza y el desempleo, se ha asociado previamente con un mayor número de lesiones por armas de fuego, y la pobreza circundante y una mayor desigualdad de ingresos se han relacionado con mayores tasas de homicidios con armas de fuego”, agregó el análisis del CDC. Este hace hincapié en que en medio de estas cifras también están incluidas las minorías raciales y étnicas.