SEMANA: ¿Cómo conoció al presidente Gustavo Petro y cómo llegó a ser su abogado?
DANIEL KOVALIK: Conocí a Gustavo Petro hace unos 20 años, más o menos, cuando él aún era senador. Yo era muy activo en Colombia en esa época y tuve un gran caso contra la empresa Coca-Cola por abusos a los derechos humanos en contra de sindicalistas. Tal vez recuerden ese caso. En ese tiempo también estuve involucrado en campañas contra la ayuda militar de Estados Unidos a Colombia, por las conexiones entre los militares y los grupos paramilitares. Petro, entonces senador, estaba muy activo denunciando el escándalo de la parapolítica. Eso nos unió. Lo conozco desde esos años, y aunque no era su abogado en ese momento, hemos mantenido comunicación cercana desde entonces.
SEMANA: ¿Por qué decidió asumir la defensa de Petro tras su inclusión en la lista de sanciones de la OFAC?
D.K.: Porque creo en Gustavo Petro, en su integridad y en su liderazgo. Creo que lo que está haciendo por Colombia y por el mundo es muy importante. Ha luchado contra la corrupción y el narcotráfico, ha hecho de Colombia un país más democrático, ha trabajado mucho por los sectores pobres y ha sido una voz firme en defensa del pueblo palestino, una causa muy cercana a mi corazón. Por todas esas razones, sentí que debía defenderlo personalmente.
SEMANA: ¿Qué camino jurídico existe en Estados Unidos para oponerse a esta decisión de incluirlo en la lista?
D.K.: Hay dos vías distintas: una administrativa, a través del Departamento del Tesoro, y otra judicial, por medio de las cortes, alegando que se violaron sus derechos, como la libertad de expresión o el debido proceso. Creo que tiene una buena oportunidad. Es evidente que esta designación fue motivada por el disgusto del presidente Trump tras lo que Petro dijo en su discurso ante las Naciones Unidas en Nueva York. Y estando en Estados Unidos, él tenía derecho a expresarse libremente. Creo que hay un argumento muy sólido ahí.
SEMANA: Trump acusa al presidente Petro de colaborar con el narcotráfico. ¿Existe alguna evidencia que respalde eso?
D.K.: No que yo conozca, ni que haya visto. En realidad, la evidencia apunta en sentido contrario. Conozco a Petro desde hace muchos años y siempre ha luchado contra los carteles. Ha impulsado programas de sustitución de cultivos y ha ordenado la captura de narcotraficantes en el Caribe, pero lo ha hecho de manera legal y pacífica, muy distinta a la de Donald Trump. Petro ha combatido el narcotráfico; por tanto, la evidencia contradice completamente esas acusaciones.
SEMANA: Washington también lo acusa de tener permisividad con grupos narcotraficantes y de mantener cercanía con Nicolás Maduro. ¿Qué responde a eso?
D.K.: Primero, Petro no está tan cercano a Nicolás Maduro. De hecho, ni siquiera reconoció su última elección. Y, según declaraciones del propio ministro de Defensa colombiano, la producción de coca ha disminuido durante este Gobierno. Esas acusaciones no tienen sustento en la realidad.
SEMANA: ¿Cree que esta medida de la OFAC está motivada por razones políticas, como su postura sobre el conflicto en Gaza o su oposición a la intervención en Venezuela?
D.K.: Sí, por varias razones. Petro ha sido crítico de la guerra en Gaza, no apoya la intervención estadounidense en Venezuela, ha denunciado los ataques en el Caribe, con los asesinatos de pescadores y otras personas ordenados por Trump, y anunció que Colombia terminaría sus alianzas con la Otan. Esas son las verdaderas razones detrás de su inclusión en la Lista Clinton.
SEMANA: ¿Qué estrategias están utilizando en este momento para su defensa?
D.K.: La primera es una demanda que cuestione la constitucionalidad y la legalidad de su inclusión en la lista. También estamos pidiendo una suspensión temporal que le permita manejar fondos y realizar pagos esenciales, como la educación de su hija. Esa solicitud a veces se concede. Pero, en última instancia, la mejor manera de lograr que salga de la lista es a través de una demanda en una corte federal estadounidense.
SEMANA: ¿Qué otras opciones existen si esos recursos no prosperan?
D.K.: Hay varias estrategias posibles. Podemos combinar demandas, negociaciones y gestiones políticas. En algunos casos, las demandas judiciales sirven para abrir la puerta a un acuerdo que ponga fin a la designación.
SEMANA: ¿Hay precedentes de personas que lograron salir de la Lista Clinton?
D.K.: Sí, varios. Ha habido personas que lograron salir mediante demandas exitosas o por negociaciones políticas. Por eso creo que Petro tiene una gran oportunidad.
SEMANA: ¿Este será un proceso rápido o más bien complejo?
D.K.: Va a ser difícil y tomará tiempo, sí, pero existe un camino hacia la victoria. Estoy optimista, aunque con cautela.
SEMANA: Petro ha sido crítico con Donald Trump, incluso invitó a los militares estadounidenses a una insurrección. ¿Eso podría perjudicarlo?
D.K.: Petro lo que dijo fue que los soldados no debían obedecer órdenes ilegales, y eso es cierto: es un principio establecido desde los juicios de Núremberg. Aun así, comentarios como ese pudieron influir en la decisión de incluirlo en la lista. Pero Petro dice lo que piensa, dice la verdad, y eso es lo que se espera de un líder. Yo lo admiro por eso.
SEMANA: Estados Unidos también le retiró la visa. ¿Eso forma parte de la defensa?
D.K.: Sí, claro. Queremos lograr que la recupere, especialmente para que pueda asistir a las asambleas de Naciones Unidas en Nueva York. Formará parte de nuestra argumentación.
SEMANA: ¿Usted representa solo al presidente y a su esposa, o también a otras personas incluidas en la lista?
D.K.: Por ahora represento únicamente a Gustavo Petro y a su esposa. No me han pedido asumir la defensa de otros, aunque estamos en conversaciones. Es una etapa muy temprana: la designación fue apenas la semana pasada.
SEMANA: ¿Cree que esta medida puede afectar las relaciones entre Estados Unidos y Colombia?
D.K.: Sí, sin duda. La inclusión de Petro en la lista de la OFAC complica las relaciones diplomáticas entre ambos países. Al final, serán necesarias negociaciones políticas para resolver esta situación.
SEMANA: Algunos en Washington comparan su caso con el de Nicolás Maduro. ¿Qué diferencia hay entre ambos?
D.K.: La diferencia es clara: nadie cuestiona que Gustavo Petro fue elegido en una elección libre y justa. En el caso de Maduro, hay disputas sobre la legitimidad de los comicios. Petro, en cambio, fue electo democráticamente y nadie lo pone en duda.
SEMANA: Usted ha defendido antes a Nicolás Maduro y a Hugo Chávez. ¿Sigue pensando que no son dictadores, pese a las denuncias de la ONU y los informes de violaciones de derechos humanos?
D.K.: Esa es mi opinión personal y no tiene relación con la defensa de los Petro. Probablemente, estoy en desacuerdo con ellos sobre ese punto. Mi posición es que Maduro es el presidente real de Venezuela y que ese país tiene derecho a ser independiente. Me opongo a cualquier intervención estadounidense en Venezuela.
SEMANA: Petro también ha criticado los ataques militares estadounidenses en el Caribe. ¿Coincide con él?
D.K.: Sí, totalmente. Estamos ambos en contra de esos ataques a embarcaciones. Son asesinatos ilegales. Rechazamos cualquier intervención en países soberanos como Venezuela. Es una cuestión básica del derecho internacional: Estados Unidos no debería asesinar personas ni amenazar naciones con invasiones armadas.
SEMANA: Usted ha trabajado en varios casos de derechos humanos. ¿Cuáles destacaría?
D.K.: Uno de los más conocidos fue el caso contra Coca-Cola en Colombia. También llevé casos contra Drummond y contra empresas petroleras en el país. Además, trabajé 26 años como abogado del sindicato del acero en Estados Unidos, en numerosos procesos de derechos laborales, aunque no todos fueron tan mediáticos.
SEMANA: ¿Cree que el Gobierno estadounidense tomará más represalias contra Petro?
D.K.: Es posible. Trump está escalando tensiones en el Caribe y Sudamérica. Quiere derrocar al Gobierno de Venezuela y ve a Colombia como un obstáculo. Por eso podría aumentar la presión contra Petro y su Gobierno.
SEMANA: Petro dejará el poder en menos de un año. ¿Podría resolverse el caso antes de eso?
D.K.: Es incierto, pero podría ocurrir después de que deje la presidencia.