Tras el fallecimiento del papa Francisco, el 21 de abril en Roma, Italia, y el paso del tradicional novenario, se activó el cónclave en el que 133 cardenales tuvieron la responsabilidad de elegir al sucesor en el trono de Pedro.
El majestuoso ritual fue seguido por millones de católicos en el mundo entero que fueron testigos cuando se cerró la puerta de la Capilla Sixtina en señal de que no se abriría de nuevo hasta tener un nuevo papa.
La elección del papa León XIV se produjo en dos días y se convirtió en uno de los cónclaves más rápidos de las últimas décadas, pero no ha sido el más corto de la historia del Vaticano. Los registros de Vatican News revelan que para la escogencia de Julio II, en 1503, el proceso duró solo diez horas.
La elección de Robert Francis Prevost (14 de septiembre de 1955) como el nuevo líder de la Iglesia católica se dio tras conseguir 89 votos (133 posibles) de cardenales que participaron en el cónclave.
La decisión de los purpurados marca un hito para la Iglesia, ya que el papa León XIV es el primer pontífice nacido en Estados Unidos y su llegada simboliza una nueva etapa de apertura geográfica y cultural para el Vaticano, y confirma la creciente relevancia del catolicismo en las Américas.
Este es el papa 267 de la historia. En los últimos 100 años han pasado por el trono de Pedro nueve sumos pontífices que han marcado la historia de los siglos XX y XXI.