Este lunes –7 de marzo– se cumplió, en inmediaciones del bosque de Belovezha, en la frontera entre Polonia y Bielorrusia un nuevo encuentro entre las delegaciones de los gobiernos de Moscú y Kiev, en aras de encontrar una salida dialogada a la ocupación rusa y al conflicto derivado de la correspondiente resistencia ucraniana.

Pese a que desde la delegación moscovita se calificó de fracaso y no avance del encuentro, correspondiente a la tercera ronda de negociaciones, desde los enviados ucranianos sí resaltaron algunos ‘avances’, en declaraciones recogidas por los medios internacionales.

Según voceros de la delegación ucraniana, se alcanzaron ‘resultados positivos’ en materia de pacto de corredores humanitarios.

“Hemos conseguido algunos resultados positivos sobre la logística de los colores humanitarios”, advirtió a través de sus redes sociales Mykhailo Podoliak, uno de los delegados en la mesa de diálogo por parte del gobierno Zelenski, quien destacó que de acuerdo con lo pactado en la presente jornada, “se harán cambios y se prestará una ayuda más eficaz a quienes sufren la agresión de la Federación Rusa”.

No obstante, en las declaraciones recogidas por Vladimir Medinsky, enviado del gobierno de Putin para la mesa de negociación, los acercamientos adelantados este lunes “no estuvieron a la altura”, advirtiendo que no cumplieron con las expectativas moscovitas, añadiendo que esperaban la consecución de resultados más significativos al término de este nuevo encuentro.

Al respecto, es importante resaltar que, el pasado viernes, al término de un encuentro telefónico entre Putin y su homólogo francés, Emmanuel Macron, este último advirtió sobre la existencia, por parte de Rusia, de un plan que “avanza según lo previsto”, advirtiendo que dentro de las ambiciones del Kremlin está conseguir sus exigencias, ya sea por la vida diplomática o armada.

Dentro de las referidas exigencias de Moscú, el mismo presidente de Rusia advirtió que espera que Kiev acepte todas las exigencias de Moscú, entre las que se cuenta la oficialización de la desanexión de Crimea a Ucrania y su adhesión a Rusia, así como el respeto por la autonomía de los territorios del Donbás a través del reconocimiento de sus respectivos referendos aprobados en 2014.

No obstante, las mencionadas exigencias de Rusia son solo el comienzo, pues según el propio líder, Vladimir Putin, las enunciadas son solo el requisito para la instauración de un acercamiento entre las partes para lograr conversar.

En ese marco de solicitudes también se cuenta la desmilitarización de Ucrania y el compromiso de que este país se mantendrá como una nación neutra, recordando que parte de lo que desencadenó el actual conflicto traduce en los acercamientos ucranianos con la UE y con la Otan.

Este nuevo avance, según el frente de Kiev, representa un logro, en tanto propende por la protección de algunos pobladores afectados, advirtiendo que si bien recientemente tropas rusas habían anunciado el cese al fuego en algunos sectores, estos representan un corredor humanitario que conducía a Rusia y Bielorrusia, siendo estos sectores a lo que la mayoría de quienes emigran no les gustaría direccionarse.

Polémica frente a los corredores humanitarios anteriormente concedidos por Rusia

“No es una opción aceptable”, anunció en su momento Iryna Vereschuk, primera ministra ucraniana, posición similar a la expresada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien, al respecto, advirtió que “no conozco a muchos ucranianos que tengan ganas de ir a refugiarse a Rusia”, advirtiendo que la descrita ‘opción humanitaria’ que había extendido Rusia no era seria, y además era muestra de “un cinismo moral y político que me parece insoportable”.

En contraposición, según lo expresado por delegados rusos, uno de los principales obstáculos a la migración de ucranianos proviene justamente del gobierno local, denunciando que Ucrania estaría sirviéndose de la población civil como escudos, impidiendo su migración, advirtiendo que ello en sí representa un crimen de guerra.

El conflicto avanza a ritmo acelerado

Si bien a finales de la semana pasada, las cifras de las organizaciones internacionales apuntaban a que tras los primeros 7 días de la invasión habían salido del país cerca de un millón de personas, los datos más recientes ya fijan la diáspora en 1,7 millones de ciudadanos que han abandonado el país buscando refugio, cifras en las que no se incluye la llamada migración interna, derivada de la necesidad de escapar de ciudades atacadas, a lo que se suma que otro tanto número de migrantes ha decidido quedarse atrapado en sus hogares pese a ser bombardeados de manera permanente.

A lo anterior se suman las secuelas que deja sobre los ucranianos las miles de familias desarraigadas y desintegradas por el mismo conflicto, en momentos en que los alimentos ya han comenzado a escasear.

Sobre eventuales avances de las tropas rusas, los uniformados ucranianos advierten que se encuentran “en preparación” para enfrentar la amenaza rusa que poco a poco se acerca a Kiev.

“¡Kiev resistirá! ¡Se defenderá!”, agregó en sus redes sociales el alcalde de local.

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