El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha tildado este domingo de “criminal” la entrega de bombas de racimo a Ucrania. El presidente de Rusia ha recalcado que, si bien Moscú “no las ha usado por ahora”, se reserva el derecho a “actuar de forma recíproca” en caso de que Kiev las utilice en el marco de la guerra desatada en febrero de 2022.

“El uso de bombas de racimo fue descrito como un crimen por la propia Administración estadounidense. Creo que así es como debe ser tratado”, ha manifestado Putin en una entrevista concedida a la cadena de televisión rusa Rossiya 1.

“Quiero decir que Rusia tiene suficientes suministros de diversos tipos de municiones de racimo. Hasta ahora no lo hemos hecho, no las hemos usado y no hemos tenido esta necesidad, pese a la bien conocida escasez durante un cierto periodo de tiempo”, ha indicado Putin, según ha recogido la agencia rusa de noticias Interfax. | Foto: REUTERS

El uso de Rusia

“Quiero decir que Rusia tiene suficientes suministros de diversos tipos de municiones de racimo. Hasta ahora no lo hemos hecho, no las hemos usado y no hemos tenido esta necesidad, pese a la bien conocida escasez durante un cierto periodo de tiempo”, ha indicado Putin, según ha recogido la agencia rusa de noticias Interfax.

Así, ha hecho hincapié en que “si las usan (contra las fuerzas rusas)”, Moscú “se reserva el derecho a respuestas de forma recíproca”, antes de argumentar que la entrega de municiones de racimo a Kiev deriva de que “sufren una escasez de municiones, en general”.

Putin habla de reservarse el derecho a la “respuesta recíproca”. | Foto: Con derechos gestionados de Getty Images

“Permitan que recuerde que el Ejército de Ucrania gasta entre 5.000 y 6.000 proyectiles de calibre 155 milímetros cada día de hostilidades, mientras que Estados Unidos produce 15.000 de estos proyectiles al mes”, ha argumentado. “No tienen suficiente y Europa ya no tiene suficiente, pero no encontraron nada mejor para proponer el uso de bombas de racimo”, ha asegurado.

La decisión desde Estados Unidos

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, defendió la semana pasada la decisión de entregar bombas de racimo a Ucrania porque es necesario para el esfuerzo bélico de Kiev y porque “esta guerra se trata de las municiones”. “Esta es una guerra que se trata de esa munición y se están quedando sin esa munición”, señaló.

Por su parte, el comandante de la Operación de las Fuerzas Conjuntas de Tavria, Oleksander Tarnavski, dijo el miércoles que el Ejército ucraniano ha recibido ya las bombas de racimo prometidas por la Administración de Estados Unidos y, si bien aclaró que aún no las han usado, podrían “cambiar radicalmente” el rumbo de la guerra. | Foto: Reuters / Adam Tactic Group/Handout

Por su parte, el comandante de la Operación de las Fuerzas Conjuntas de Tavria, Oleksander Tarnavski, dijo el miércoles que el Ejército ucraniano ha recibido ya las bombas de racimo prometidas por la Administración de Estados Unidos y, si bien aclaró que aún no las han usado, podrían “cambiar radicalmente” el rumbo de la guerra.

Bombas de racimo

Una bomba de racimo, también llamada bomba de fragmentación, bomba de dispersión o submunición, es una bomba de caída libre, que se lanza de manera dirigida, desde tierra, mar o aire.

Las bombas de racimo pueden causar daños drásticos en los puntos donde son utilizadas, pues contienen un dispositivo que libera un gran número de pequeñas bombas al abrirse, que pueden causar diferente tipo de afectaciones, como perforar vehículos blindados con su carga explosiva, matar o herir a muchas personas de manera indiscriminada con sus fragmentos de metralla, también pueden producir incendios.

Este tipo de municiones en racimo están prohibidas para las naciones que ratificaron la Convención sobre Municiones en Racimo, adoptada en Dublín, Irlanda, en mayo de 2008, una convención que dos años más tarde se convirtió en ley internacional.

Estados Unidos, Ucrania y Rusia no han firmado la convención para prohibir estas bombas. Uno de sus efectos más peligrosos es que buena parte de la munición no llega a explotar, pero sigue constituyendo una amenaza durante años para la población civil y en cualquier momento puede causar una detonación.

Con información de Europa Press