La Policía de Estados Unidos nuevamente se encuentra bajo la lupa de las autoridades judiciales de ese país, luego de que se destapara el caso de un uniformado del condado de Mississippi que es señalado de múltiples conductas indebidas en contra de docenas de personas privadas de la libertad.
A estos los habría abusado sexualmente, en una conducta que podría haberse presentado por décadas, debido a la antigüedad del hombre en el cuerpo armado.
El uniformado señalado fue identificado como Eddie Scott, actualmente frente al departamento de Policía del Condado de Clay, quien se encuentra en dicho cargo desde 2012.
En sus denuncias, los afectados de las supuestas conductas indebidas por parte del comandante policial advirtieron que el uniformado les abusó sexualmente en múltiples ocasiones, en escenarios en los que el uniformado también les habría amenazado, advirtiéndoles castigos y otras represalias, si llegaban a denunciar el acto irregular.
Una de las primeras acusaciones que se conoció en contra de Scott, según detalla el medio local New York Post, estuvo a cargo de una mujer de 26 años que señaló que el uniformado la llevó en repetidas ocasiones a una granja de cerdos para abusar de ella, en 2009, acusándolo de prometerle ‘mantenerla en libertad’ a cambio de los favores sexuales.
La mujer reveló que frecuentemente también había sido objeto de correspondencias enviadas por el alguacil, en el que este se expresaba de manera soez en contra de ella, con afirmaciones lujuriosas que ella calificó de ‘acosadoras’.
Dicho material, según detallan medios locales, fue puesto en conocimiento de las autoridades en medio de la investigación que se le abrió en su momento; no obstante, pese a las evidencias presentadas entonces por la mujer, la justicia falló en contra de ella.
En medio de la actual investigación en curso contra el alguacil, luego de que se conocieran nuevas denuncias, reporteros de medios locales acusaron que las autoridades intentaron ocultar la existencia de folios previos, advirtiendo en su momento que el uniformado ‘no presentaba investigaciones internas o disciplinarias’, en un grave caso de encubrimiento.
En medio de las nuevas acusaciones también se ha conocido el caso de una reclusa identificada como Amber Jones, según recogen medios locales, quien señaló que el alguacil la obligó a tener relaciones sexuales, tras amenazarla de retirarle algunos beneficios en términos de visitas y permisos para visitar a sus familiares en 2017.
En la denuncia recogida por los medios locales, la mujer señaló que se sintió fuertemente ultrajada y usada por los intereses sexuales de uniformado, lamentando que se hubiese ‘apoderado de su cuerpo’. “No había nada que pudiera hacer para detenerlo”, acusó la mujer, quien señaló que para el momento de las intimidaciones era una joven de 21 años.
La mujer denunció que tras cumplir su condena, fue objeto de un nuevo arresto, señalando que los uniformados que adelantaron su captura le ‘sembraron’ pruebas falsas que terminaron por determinar su ‘culpabilidad’, en un hecho que habría sido ordenado por el alguacil Scott.
En medio del folio recogido contra el alguacil, el New York Post también afirmó que hay denuncias presentadas por los propios subalternos del alguacil, mencionando el caso de una exasistente de Scott, identificada como Caitlyn Wilson, quien acusó al uniformado de conductas indebidas al insinuarse sexualmente a ellas y otras uniformadas.
La mujer señala en su acusación que el policía, en medio de sus conductas indebidas, también intentó censurar, acusando que si ellas ponían el caso en conocimiento de los superiores, serían despedidas.
La mujer señala que, además de las insinuaciones, ella tenía conocimiento de casos de abuso contra los detenidos.
La exauxiliar acusó que los casos de acoso no eran únicamente presenciales, sino que el alguacil se servía de medios digitales, a través de los que se refería a ellas como ‘prostitutas’, llegando incluso a proponerles a sus subalternas que ‘hicieran equipo’ para darle una felación.
Dentro de las acciones que el hombre realizó en contra de sus entonces subalternas estuvo el despido del novio de una de ellas, quien hacía parte del cuerpo policial.
Ante las denuncias, el alguacil señaló que estaba siendo objeto de un caso orquestado de calumnia que buscaba derrocarlo de su puesto de poder.