El acceso al agua y la existencia de infraestructuras hídricas adecuadas sigue siendo una tarea pendiente en los países en vías de desarrollo. En Colombia, a pesar de los avances, uno de los grandes retos es el acceso a este recurso y saneamiento en las zonas rurales en donde los niveles de cobertura son significativamente más bajos.

Esto hace más difícil las labores del hogar, como lavar y cocinar alimentos, hacer el aseo, regar cosechas y el consumo para animales domésticos. Se torna sumamente crítico en aquellas comunidades en donde se ve afectado el entorno educativo. Además, la falta de infraestructura de saneamiento básico contribuye a problemas de salud y contaminación ambiental relacionados con la práctica de defecación a campo abierto.

Este tema cobra importancia a propósito de conmemorarse este martes 22 de marzo el Día Mundial del Agua, una fecha para sensibilizar y concientizar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla.

Los wayúu tienen que caminar largos trayectos para conseguir agua. | Foto: Archivo Particular - Cortesía

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) aboga por que todos los niños, niñas y adolescentes, así como sus familias, tengan acceso al agua potable para consumo humano, saneamiento e higiene, y sistemas sanitarios para disminuir los casos de enfermedades prevenibles como la enfermedad diarreica aguda.

En Colombia, Unicef realiza un trabajo de la mano con la institucionalidad, las comunidades y los propios niños en los territorios más vulnerables, apoyados por socios y aliados, a fin de llegar a algunas de las regiones que histórica y coyunturalmente carecen de estos recursos y servicios. Gracias a este trabajo se ha podido avanzar en la instalación y adecuación de unidades sanitarias en instituciones educativas de los departamentos de La Guajira, Atlántico, Antioquia, Chocó, Nariño, Arauca, Norte de Santander, Vichada y Sucre.

Diego López, oficial de Agua, Saneamiento e Higiene para Unicef Colombia, explicó que contar con los servicios de agua, saneamiento e higiene dignos y seguros en las instituciones educativas ayuda a mejorar la permanencia y calidad educativa de los estudiantes.

“Por ejemplo, las niñas y mujeres adultas menstruantes no deben ausentarse de la escuela por falta de insumos para la gestión de la menstruación, incluyendo puntos de lavado de manos con agua y jabón por si hay manchado, lo cual reduce los riesgos de abandono escolar”, acotó.

Recalcó López que las iniciativas alrededor del agua logran beneficiar no solo a los niños, niñas y adolescentes, sino a sus familias y a la comunidad que los rodea. Un ejemplo de ello es la iniciativa que se adelanta en La Guajira gracias al apoyo de socios como Baxter Foundation y la Fundación Halü, para reducir la práctica de defecación a campo abierto a través del trabajo comunitario y la instalación y rehabilitación de sistemas de agua y saneamiento.

Con esta intervención –que se enmarca en el apoyo al Estado colombiano en la implementación de la política pública Guajira Azul y su estructuración de proyectos de pilas públicas– se espera contribuir de manera directa al desarrollo sano de 6.000 niños y adolescentes y a un estimado de 10.000 participantes indirectos en esta intervención.

En el departamento del Chocó, y como parte de la estrategia de apoyo al retorno a la escuela, Unicef busca beneficiar a más de 2.500 niños, niñas y adolescentes de 10 instituciones educativas con acceso al agua potable mediante la rehabilitación de infraestructura de agua, baterías sanitarias e instalación de puntos de lavado de manos con agua y jabón, y apoyo a la implementación de una estrategia para la promoción de prácticas clave de higiene, gracias a la contribución de aliados como Google.org

De igual manera, estos programas benefician a la población migrante venezolana y a la respuesta ante emergencias. En Nariño, Unicef también ha acompañado a la institucionalidad en el fortalecimiento de la promoción de prácticas clave de higiene en albergues y puntos de apoyo a caminantes. Por su parte, en Necoclí, Antioquia, se realizan talleres de desinfección de agua para consumo de niños, niñas, adolescentes y familias en la ruta del Tapón del Darién, así como para el manejo y disposición de residuos sólidos.