“La Corte Suprema de Justicia rechaza los atentados contra la Policía, denunciados por su director. La Corte se solidariza con las familias de las víctimas de estos aleves ataques contra la institución y se une a la gran voz unánime de condena nacional a la violencia”. De esta manera, la Corte Suprema se acaba de pronunciar sobre los recientes ataques terroristas en contra de uniformados en varias regiones del país.

El llamado del Alto Tribunal significa, sin duda alguna, una voz clave en medio de la actual coyuntura que afronta el país.

Y es que, evidentemente, la escalada violenta contra policías en Colombia durante este 2022 es alarmante. Con corte al 25 de julio, la lista de uniformados asesinados era de 34 y 68 heridos. Hace un año, en ese mismo periodo, los muertos eran 24. Claramente, el país asiste a una matanza sistemática de la que aún no hay reproche generalizado, más allá de los pronunciamientos del ministro de Defensa y los altos mandos militares.

Las cifras, siempre crudas e inhumanas, muestran que, de los 34 asesinatos, siete se registraron en Antioquia, departamento que pasó de ser uno de los más tranquilos al más peligroso para miembros de la fuerza pública. Un salto que tiene a un único responsable: el plan pistola declarado por los criminales del Clan del Golfo para presionar una posible negociación con el Gobierno nacional.

En la noche de este martes se presentaron atentados casi paralelos en varias regiones de Colombia. Uno de los más llamativos ocurrió pasadas las 8:30 p. m. en inmediaciones de la estación de Policía del municipio de El Tambo, Cauca.

De igual manera, se presentó un violento atentado terrorista en contra de la subestación de policía, en la región de la Mata, en el departamento del Cesar. En las instalaciones fue activado un carro bomba y además fueron lanzados varios explosivos a través de equipos artesanales. En diálogo con SEMANA, el comandante de la Policía del Cesar, el coronel Luis León, dijo que producto de la acción terrorista resultaron heridas cinco personas, tres policías y dos civiles.

“En este momento estamos tratando de normalizar la situación en dicha jurisdicción. Desafortunadamente, el comportamiento criminal de estos actores atenta contra la subestación de policía. Los heridos se recuperan en el hospital de Aguachica. La idea es que ahora, con apoyo de la comunidad, podamos normalizar las actividades”, añadió el oficial.

En este caso, según el informe oficial, integrantes del frente disidente Carlos Patiño lanzaron un artefacto explosivo por el sector del polideportivo contra las instalaciones del Batallón De Despliegue Rápido Número 11.

Pero hay más casos. Por ejemplo, Jesús David Murillo Santos, patrullero de la Policía, fue asesinado frente a su hija de cuatro años de edad. El uniformado no se encontraba de servicio y aun así los despiadados gatilleros del Clan del Golfo le dispararon hasta acabar con su vida.

El caso de Murillo Santos es uno de los siete hechos que se han presentado este año, en donde sicarios del Clan del Golfo han asesinado a integrantes de la Policía por fuera del servicio.

Según el director de la Dijín, el general Fernando Murillo, los integrantes de esta estructura criminal han optado por atacar a integrantes de la fuerza pública en momentos en los que no están ejerciendo sus funciones.

Uno de los casos recientes de un ataque contra un uniformado de la Policía se presentó en Yarumal, Antioquia, en donde resultó gravemente herida la patrullera Luisa Fernanda Zuleta, quien murió luego de ser hospitalizada.

Zuleta se encontraba junto a su compañero, el subintendente Sergio Yepes, atendiendo un llamado de la comunidad, cuando fueron atacados por los sicarios. Yepes murió en el sitio y Zuleta un día después en un hospital de Medellín.

Para la Policía, los ataques de esta organización criminal se presentan como retaliaciones a la captura y extradición de alias Otoniel, y a la extradición de Nini Johana Úsuga, la hermana de Otoniel a los Estados Unidos.

Recientemente, se ejecutó una redada en contra del Clan del Golfo, que dejó a siete integrantes de dicha estructura muertos y 11 más capturados.

En medio de las acciones, la Policía reveló que fue encontrada una casa en donde se reunían los sicarios del Clan del Golfo en Antioquia para planear los atentados contra la fuerza pública.

“Se identifica un lugar, una finca en zona rural del Urabá antioqueño, en Apartadó. Esto nos permite saber que este lugar era el centro de operaciones criminales de la estructura denominada Carlos Vázquez, desde allí se están planeando las acciones de sicariato, plan pistola, especialmente en los municipios Chigorodó, Carepa, Turbo y Apartadó”, dijo el general Fernando Murillo, director de la Dijín.