La camisa que llevaba Sofía Petro el día de elecciones fue una de las protagonistas de la jornada. La hija del candidato del Pacto Histórico lució esa prenda con orgullo y contó en un trino que la había elegido para votar por primera vez en las presidenciales por su papá.

En entrevista con SEMANA, Sofía contó más sobre la razón detrás de ese atuendo. “No me considero experta en moda. Me gusta mucho vestirme con colores, tener un estilo, pero cuando estoy en ocasiones en la que me van a ver muchas personas es la oportunidad y digo que voy a resaltar cosas que me parezcan importantes”.

Agregó que “esa camisa la hace una fundación que se llama Amor Real, que trabajan en moda social de personas que se han rehabilitado de las drogas, de la calle, en este caso la diseñadora se reunió con familias indígenas que estaban desplazadas en el Parque Nacional para crear estos tops. Ese dinero va a ellos que están en situación de dificultad”.

Detrás de la prenda está la Fundación Amor Real, una organización que en los últimos años se ha empeñado en ayudar a las personas en condición de calle por medio de la moda ancestral de las tribus indígenas colombianas, proceso que conlleva tiempo, dedicación y experiencia para lograr los resultados deseados.

De acuerdo con lo explicado por la fundación en su página web, “desde el inicio del proyecto Amor Real (…) hemos trabajado con indígenas emberá katio y arhuacos en la producción de prendas en conjunto, dando paso a la valoración de las piezas realizadas por las comunidades indígenas a quienes no se les paga adecuadamente por sus obras”.

“La fundación inicia sus labores enseñando a bordar a consumidores de drogas duras dos noches por semana, sin falta, por dos años, creando una comunidad que aprendió a esperar ansiosamente los días del taller en medio de la penumbra de la calle, la noche y la droga”, añade la información.

Esto fue antes de la llegada de la pandemia por covid-19 a Colombia, aunque esta situación no fue impedimento para que la diseñadora Diamantina Arcoíris, cofundadora de Amor Real, se hiciera cargo de “31 drogadictos y vagabundos (que llegaron) para vivir en la casa (de la fundación) y refugiarse de la indiferencia social causada por el miedo a ser contagiado”.

“Ya entonces los más antiguos compañeros del colectivo de bordado se iban haciendo más y más expertos en su oficio y al día de hoy se les considera artesanos y todos viven bajo el techo que pagan con su salario que reciben en el taller de confecciones, algunos estudian, y los menores de edad aún se encuentran viviendo en la casa con Diamantina”, explica Amor Real.

También cuenta con un programa llamado Afrodita Trans, con el que se han realizado encuentros, tanto en Bogotá como en Medellín, “con diferentes propósitos alrededor del bordado realizando homenajes a las víctimas de feminicidios y transfeminicidios, sesiones de fotos, reinados y campañas de moda en las que ellas han sido las protagonistas”.

Por último, es importante destacar la brigada denominada La Resistencia, en la que tanto los encargados de la fundación, como las personas que participan en los procesos de rehabilitación y aprendizaje de los tejidos, ayudan a personas en condición de calle que viven en “el barrio Santa Fe (zona marginada de la ciudad de Bogotá en Colombia)”.

“En este evento se abren las puertas de la casa a las personas que se quieran bañar, hacer uso del salón de belleza y tienda de ropa gratis para personas habitantes de calle. Además de brindar un espacio sin estigmas, se comparten alimentos y el voluntariado junto a compañeros que llevan un proceso de rehabilitación social (…) que brindan toda la atención a quienes llegan de la calle”, concluye la fundación.

El trabajo de la Fundación ha sido destacado internacionalmente. Este es un documental de la cadena alemana DW sobre ellos: