A las 12 de la noche del pasado lunes primero de septiembre llegó, desde China al puerto de Cartagena, el buque francés Everglade, que traía consigo los seis vagones del primer tren del metro de Bogotá. Una espera que se prolongó por más de 80 años, por fin empezó a mostrar resultados tangibles de lo que es la obra de infraestructura de movilidad más grande e importante de todo el país.
Los vagones del metro de Bogotá salieron del puerto de Qingdao el pasado 3 de agosto y atravesaron más de 14.000 kilómetros en el océano Pacífico, en un viaje que duró cerca de 30 días. Una vez en territorio colombiano, el tren fue recibido por el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, y alistado para ser presentado a los ciudadanos en una ceremonia que se desarrolló en el corazón de la Sociedad Portuaria de Cartagena.
La travesía de los vagones contó con escalas en Busan (Corea del Sur), Manzanillo (México) y Manzanillo (Panamá), hasta llegar a la terminal de Sociedad Portuaria, que es el tercer puerto más eficiente del mundo. La megaoperación fue posible gracias a la conectividad del grupo portuario con 850 puertos en 140 países y con los que se tienen servicios frecuentes en las rutas más importantes.
Al evento, al que asistieron el alcalde Galán; Leonidas Narváez, gerente de la Empresa Metro de Bogotá (EMB); el embajador de China en Colombia, Zhu Jingyang; los alcaldes de Barranquilla y Cartagena, Álex Char y Dumek Turbay, y representantes de la banca internacional, también llegaron altos funcionarios de la Sociedad Portuaria, directivos de la EMB y del consorcio chino que adelanta la obra.
La gran mancha de la jornada fue la inasistencia de la ministra de Transporte, María Fernanda Rojas, y del ministro de Hacienda, Germán Ávila, quienes fueron invitados por la Alcaldía de Bogotá a participar del evento; sin embargo, ninguno confirmó y sus avanzadas no llegaron a realizar las inspecciones correspondientes. Para muchos de los asistentes, el Gobierno nacional, una vez más, demostró su resistencia al proyecto metro.
“A todo el equipo del Puerto de Cartagena le pido que inicien a descargar algo que ustedes tienen en sus manos. Que es mucho más que un simple tren. Es un proyecto que representa los sueños y las ilusiones de los bogotanos y que va a cambiar para siempre la historia de nuestro país y la de nuestra ciudad. Inicien el descargue del primer tren del metro de Bogotá”. Con esas palabras, el alcalde Galán dio la orden para encender la maquinaria que pondría los vagones en tierra.
Entre los cientos de contenedores apilados sobre el carguero, que formaban una pared de más de 20 metros de alto, se asomó la trompa del primer vagón. Un tren de rojo intenso bordeado de líneas y detalles negros que dan forma a la cabeza del águila, el animal insignia de la capital del país, que está en su escudo y que ahora será la impronta del metro de la ciudad.
“Todavía es difícil creer que esto es real. El metro de Bogotá es el esfuerzo de varias administraciones y la posibilidad de romper una barrera en la que nos decían que Bogotá era la única ciudad capital de su tamaño en el mundo que no tiene metro”, aseguró Galán.
La travesía
El primer tren arribó al país a bordo del Everglade, conocido como el gigante de los mares, y que forma parte de la flota de la línea CMA CGM. Se trata de un barco de última generación, construido en 2022 y con capacidad para transportar más de 15.000 contenedores.
Con bandera francesa, el carguero es reconocido por sus dimensiones: 366 metros de eslora y 52 metros de manga, lo que lo ubica entre los buques más grandes de su clase. Además de su tamaño, destaca por su tecnología, ya que está equipado con motores de doble combustible que le permiten navegar tanto con gas natural licuado (GNL) como con combustible convencional.
En esa embarcación llegaron dos vagones tipo S de 23,59 metros de largo, 3,03 metros de ancho y 3,89 metros de alto. También venían otros cuatro vagones tipo M de 22,46 metros de largo, 3,03 metros de ancho y 3,89 metros de alto. Cada uno de estos tiene un peso de 38 toneladas, que juntos suman una carga de 228 toneladas.
La descarga de los vagones del primer tren del metro de Bogotá exigió una operación portuaria altamente especializada que se extendió por 17 horas. En la maniobra participaron 41 personas directamente vinculadas con la operación del metro y 125 colaboradores que formaron parte del trabajo total a bordo del buque.
El procedimiento incluyó varias etapas técnicas: desde el destrinque hasta el izaje y la ubicación de los vagones sobre modulares especializados. “Como siempre lo he destacado, ha sido nuestro talento humano el que posibilita que esta operación, con características y retos especiales, se ejecute con estándares de eficiencia y calidad de talla mundial”, afirmó Alfonso Salas, gerente del Grupo Puerto de Cartagena.
Camino a casa
La operación que sigue no será sencilla. Los vagones del metro tendrán que recorrer 892 kilómetros más, que es la distancia entre el puerto de Cartagena y el patio taller, ubicado en la localidad de Bosa, en el sur de Bogotá. Una vez el tren salga del puerto, quedará en manos del Ministerio de Defensa, que, a través del Ejército Nacional y la Policía Nacional, custodiarán las camabajas, de más de 250 metros de largo, que recorren las vías del norte y centro del país.
Antes de comenzar el camino hacia la capital del país, los vagones del metro fueron embalados y recubiertos con cuatro materiales especiales: una fibra de felpa, un protector de plástico especializado, una piyama reactiva a los rayos UV y una malla de contención.
El recorrido, que inicia en las calles de la Heroica, pasará por Santa Marta, luego llegará a Bosconia y San Alberto, en el Cesar, para luego tomar la Ruta del Sol, que conecta con el centro del país, y atravesar por Puerto Boyacá, Guaduas y Villeta, hasta llegar a la entrada de la capital por la calle 13. Allí se desplegará un operativo liderado por la Secretaría de Movilidad que paralizará a la ciudad por unas cuantas horas.
“Esto nos va a tomar varios días. Yo hablé directamente con el general Triana, director de la Policía Nacional, y con el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, para que el recorrido esté acompañado y protegido. No es una operación fácil, pero vamos a garantizar que el metro llegue bien a Bogotá la próxima semana”, aseguró el alcalde Galán.
Por su lado, desde la Secretaría de Movilidad se prepara un plan operativo que se desplegará desde el peaje de Los Alpes, en la calle 13, la avenida Ciudad de Cali y, finalmente, la avenida Guayacanes, en las inmediaciones del patio taller.
Se realizaron verificaciones de terreno y de operatividad con camabajas iguales a las que traen los trenes a la ciudad. Se identificaron los puntos críticos para mitigar la congestión del tráfico y se establecieron las rutas del recorrido definitivo. De igual manera, se revisó el control de flujo de la avenida Ciudad de Cali y se verificaron las alturas de los puentes para asegurar que el convoy pueda atravesar la ciudad.
“Para el día del recorrido se tiene previsto contar con 50 unidades operativas, 20 grúas de movilidad, 20 agentes civiles de tránsito y diez policías de la Seccional de Tránsito y Transporte. Además, habrá monitoreo continuo de todo el tramo de recorrido desde el Centro de Gestión de Tránsito y el acompañamiento de tres grúas”, aseguraron desde la Secretaría de Movilidad.
Esta operación se repetirá 30 veces desde ahora y hasta noviembre de 2026, cuando llegue el último tren de la línea uno del metro. El gerente de la Empresa Metro, Leonidas Narváez, confirmó que el segundo tren ya salió del puerto de Qingdao y que llegará a Cartagena a mediados de octubre.
Una vez que el tren de esta primera entrega llegue al patio taller, será instalado inmediatamente en las plataformas de descargue para luego ser montado en las plataformas de operación para iniciar el periodo de adaptación y pruebas de rodado y funcionamiento.