Es absolutamente obvio que si alguien socava los cimientos destruyendo buena parte de un edificio, va a tener argumentos sólidos para afirmar que es indispensable reconstruir la edificación prácticamente desde cero. Y esto es exactamente lo que ha pasado con el sector de la salud en Colombia. La crisis por la que atraviesa no es espontánea ni coyuntural, sino premeditada, que —al destruir el esquema vigente— les permita argumentar la necesidad de construir un nuevo modelo estatista, centralmente dirigido y planificado, prácticamente sin ninguna participación del sector privado.

Como bien lo manifiestan varios expertos en el tema de la salud, dentro de los cuales están varios exministros y exviceministros del sector, la entonces ministra de Salud, Carolina Corcho, afirmó en su día que era “necesario hacer explícita una crisis para justificar una transformación estructural”, y sostuvo que el sector no necesitaba más recursos, negando la insuficiencia presupuestal que desde entonces se vislumbraba. Meses después, el presidente de la República manifestó que a las EPS “había que dejarlas caer, como un dominó”. El semestre pasado, el actual ministro de Salud declaró en Neiva que las tenían “en cuidados intensivos para presionar la reforma”. En dicha carta, los expertos argumentan que el resultado está a la vista y ha sido denunciado por múltiples agentes del sistema: “Se han multiplicado las tutelas, las quejas y las barreras de acceso; los pacientes padecen demoras, cierres de servicios y desabastecimientos; los trabajadores de la salud enfrentan incertidumbre laboral y las órdenes de la Corte Constitucional son abiertamente desacatadas por las propias autoridades del sector. El proceso electoral que se inicia y las discusiones políticas nacionales e internacionales no nos pueden distraer de los problemas estructurales y del estado de postración al cual han conducido el sistema de salud y al país en general. Nunca un gobierno había convertido un servicio esencial y un derecho fundamental en un escenario de confrontación política-electoral”.

Le estrategia del gobierno en temas de salud está basada en tres pilares:

  1. Romper con el modelo de mercado en salud.
  2. Reinstalar al Estado como eje del sistema.
  3. Movilizar legitimidad moral y política para un cambio de régimen institucional.

¿Por qué el Estado no tiene ni la capacidad ni la infraestructura para asumir los desafíos en la salud y lo que va a seguir generando es caos operativo y cada día más retrasos en los pagos? Principalmente por tres razones:

  1. No existen sistemas de información integrados.
  2. No hay experiencia administrativa a gran escala en gestión de siniestros médicos.
  3. Las secretarías de salud territoriales están desfinanciadas y politizadas.

Publicada en el diario El Tiempo, una sola frase de una usuaria del nuevo sistema de salud estatal resume lo que se les viene pierna arriba a los colombianos: “Nos entregan los medicamentos cuando ya estamos muertas”.

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Apostilla: Este gobierno, a los cuatro vientos, declara su compromiso con el medio ambiente, insistiendo de manera reiterativa en que el fin de la humanidad puede estar en peligro. Pero el reducir la contaminación global, por supuesto, no parece estar en la agenda. Hasta la fecha, el presidente ha realizado 73 viajes al exterior, y quedando escasamente ocho meses para terminar el mandato, es posible que se termine con cien viajes. Hagamos de cuenta que cada uno de estos viajes, incluyendo los tiempos de carreteo del avión, son de 20 horas. (Hay viajes como a Medio Oriente, China y Japón que pueden ser de 40 horas, y otros como al Ecuador que pueden ser de cuatro a seis horas). El avión presidencial, un Boeing 737, consume cerca de tres toneladas de gasolina por hora, 60 toneladas de Jet Fuel promedio por viaje. Según ChatGPT, este tipo de avión emite 6,3 toneladas de CO2 por cada hora de vuelo. Es decir, en los viajes no solo ha quemado los 120.000 galones de gasolina, sino que ha contaminado la atmósfera con 12.600 toneladas de CO2.

¡Bonita forma de contribuir con la conservación del planeta!