El genocidio a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia fue calificado por el presidente de la República como “genialidad”. La eliminación de todos los expedientes de los narcotraficantes que se encontraban en el Palacio de Justicia, es lo más parecido a la paz total, ya que ambos tienen como propósito fundamental generar una estela de impunidad y muerte de manera simultánea.
En 1985 Pablo Escobar, junto con otros narcotraficantes, pagaron al M-19 varios millones de dólares, según varios testigos y allegados al capo de la mafia. Hoy vemos al presidente de la República señalado por el Gobierno de los Estados Unidos como “líder del narcotráfico”, siendo incluidos él y su familia en la lista Clinton. No es gratuito que esto haya sucedido. Sabemos por informaciones del diario Haaretz de Israel, que en Colombia fue entregado e instalado un software espía llamado Pegasus, el cual fue financiado por el Gobierno de los Estados Unidos.
Este software tenía como propósito hacer seguimiento a narcotraficantes y a sus operaciones en territorio colombiano. Cuando el Presidente Trump hace una aseveración del calado de llamar “líder del narcotráfico” al presidente de un país, es porque tiene toda la información y detalles de la misma. Estados Unidos no improvisa.
Gustavo Petro, a lo largo de su mandato, lo único que ha hecho con la justicia en Colombia es desafiarla, maltratarla y pisotearla. La justicia no le importa y es por ello que desea crear una nueva Constitución a su medida. A Gerson Chaverra, hasta hace pocos meses presidente de la Corte Suprema, no solo le dijo que la toma del Palacio había sido una “genialidad” del M-19, sino que públicamente, en una expresión claramente racista, lo llamó “negro conservador”.
Y aunque ese no es el tema de la columna, no quiero que esa expresión quede disminuida a algo menor, pues ya en varias ocasiones el presidente se ha manifestado en contra de los afrodescendientes. Hace unos tres meses, en una alocución pública y por demás televisada, le dijo a uno de sus ministros que nadie que fuera negro podía decirle qué hacer. Si para Petro Trump es un “grosero e ignorante” como lo escribió en X, Barack Obama debe ser un ser inferior. El nombramiento de Francia Márquez como vicepresidenta fue un tema netamente político, en absoluto por convicción.
Es importante que los congresistas en los Estados Unidos, tanto demócratas como republicanos, tengan claridad que en Colombia no puede haber una democracia plena cuando su jefe de Estado es antisemita y racista. Sus expresiones contra el pueblo de Israel, así como sobre los afrodescendientes, no representan en absoluto nuestra Constitución ni nuestras leyes.
Regresando al magistrado Chaverra, no quisiera haber estado en sus zapatos cuando conversaba con Petro o cuando este hizo alusión a él públicamente. A pesar de todo, el expresidente de la Corte Suprema jamás se inmutó ni dirigió una palabra hiriente o incorrecta al presidente de la República. Por el contrario, fue prudente y digno.
Esa misma dignidad acompaña a todos nuestros magistrados, esos que Petro ya no posesiona, pues tiene asuntos más importantes que atender. Esos mismos a los que el presidente les llega tarde o simplemente no asiste a sus reuniones coordinadas con anterioridad. Aquellos a los que incumple reiterativamente sus fallos, como cuando le piden rectificar y no lo hace, o cuando desconoce las decisiones que no son de su agrado, como la declaratoria de inocencia del expresidente Uribe.
La justicia durante estos años ha tenido que soportar embates de diversa índole, con un exmiembro del M-19 en cabeza del Ejecutivo que le parece que es una genialidad desaparecer e incluso asesinar magistrados de las altas cortes que no hacen lo que él quiere. Que parece no diferenciar entre “democracia” y “dictadura”.
Mis respetos a todos los magistrados, sus decisiones, y muy especialmente su paciencia y prudencia. Esta semana, cuando se conmemoran los 40 años del Holocausto del Palacio de Justicia, lo mínimo que podemos hacer todos los ciudadanos colombianos, es respetar su mandato, la división de poderes y su majestad.