El Black Friday se ha convertido en una de las fechas comerciales más esperadas del año. Sin embargo, detrás de los grandes descuentos también se esconden riesgos que pueden comprometer la seguridad de los usuarios.
En esta temporada, marcada por compras rápidas y decisiones impulsivas, los ciberdelincuentes aprovechan para lanzar ofertas falsas, diseñar páginas fraudulentas y enviar mensajes engañosos con el objetivo de robar información bancaria. Así que, antes de dejarse llevar por la emoción de las promociones, adoptar hábitos de seguridad permitan navegar y comprar con tranquilidad.
De acuerdo con cifras de GoTrendier, este segmento del comercio digital proyecta un crecimiento cercano al 10% en sus ventas durante la temporada, acompañado de rebajas que podrían superar el 50%. Este dinamismo se debe, en gran parte, a usuarios que priorizan opciones asequibles sin dejar de comprar en línea, atraídos por la comodidad del canal digital y la amplia oferta disponible.
Aunque el panorama parece favorable para las plataformas, el incremento en tráfico y transacciones también abre la puerta a comportamientos impulsivos que pueden afectar la experiencia de compra.
Ese entusiasmo, no obstante, no siempre se traduce en decisiones acertadas. Santiago Rodríguez Raga, profesor de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes y especialista en finanzas personales, advierte que muchos consumidores se dejan guiar únicamente por el porcentaje de descuento, sin detenerse a revisar el precio final ni la calidad real del artículo.
El académico explica que, en ocasiones, algunas tiendas elevan los precios días antes del Black Friday para exhibir rebajas poco transparentes, lo que genera una falsa sensación de ahorro. Esta práctica termina conduciendo a compras innecesarias que no responden a las prioridades del usuario y que, además, pueden desequilibrar su presupuesto.
Además, Rodríguez advierte que los consumidores suelen enfrentarse a tres fallas recurrentes durante estas jornadas: la llegada de productos que no corresponden a lo prometido, la compra de artículos sin garantía real y las transacciones realizadas en plataformas inexistentes. Aunque cada uno de estos escenarios puede generar pérdidas y frustración, el académico insiste en que el problema más delicado no siempre está en el fraude directo, sino en la forma en que las personas toman decisiones apresuradas bajo presión comercial.
El impacto más profundo surge de las compras impulsivas motivadas únicamente por el precio. Señala que adquirir artículos sin una necesidad clara desbalancea el flujo de caja, incrementa el uso de tarjetas de crédito y termina recortando los fondos que deberían destinarse a metas financieras más importantes. Esta dinámica, explica, puede convertirse en un círculo vicioso que compromete la estabilidad económica del usuario a largo plazo.
¿Cómo evitar el robo de cuentas bancarias?
Expertos como Kaspersky aconsejan no abrir enlaces enviados por correo o mensaje de texto, incluso si parecen provenir de tiendas legítimas. Si una oferta llama la atención, lo ideal es que el usuario busque la página oficial por su cuenta y verifique cuidadosamente que todo esté en orden.
Además, la empresa enfatiza que nunca se deben compartir contraseñas ni información bancaria por correo, mensajes o llamadas, incluso si parecen provenir de la tienda, el banco o del servicio de paquetería. También, activar alertas de compra, para recibir notificaciones inmediatas en caso de que alguien intente realizar transacciones no autorizadas, lo que permite actuar de manera rápida y prevenir pérdidas económicas.