Una úlcera péptica hace referencia a la formación de una llaga en la mucosa que recubre el estómago o el duodeno, que es la primera parte del intestino delgado, según indica la Biblioteca Nacional de Medicina, Medline Plus.

Por lo general, el síntoma más común es el ardor en el estómago, el cual puede aparecer entre comidas o durante la noche, pero puede desaparecer luego de comer o tomar un antiácido. Las úlceras pépticas ocurren cuando los ácidos que lo ayudan a digerir los alimentos dañan las paredes del estómago o del duodeno y la causa más común es la bacteria llamada Helicobater pylori.

Ante la presencia de esta bacteria, los especialistas en salud deben realizar exámenes de sangre, de aliento o fecales para diagnosticar la enfermedad y el tratamiento a seguir. Normalmente, la cura para esta afección es el consumo de medicinas para reducir los ácidos del estómago o antibióticos y así matar el Helicobacter pylori. También, se deben adoptar algunos cambios en los hábitos alimenticios para mejorar la salud intestinal.

Entre tanto, la medicina tradicional también ofrece múltiples remedios naturales que ayuda a aliviar los dolores que provocan las úlceras. De hecho, el portal web InfoAgro, destaca las bondades de consumir el jugo de col verde y apio. Por una parte, la col verde es un alimento rico en fibra y contiene vitamina C, un antioxidante asociado al control de la bacteria H. Pylori. Adermias de ello, un estudio hecho en animales, publicado en Medicinal Chemistry Research, este vegetal y sus compuestos actuaron de manera positiva contra la acidez y las úlceras.

Para poder preparar esta bebida, la revista Mejor con Salud explica cómo se debe preparar:

Ingredientes

  • ½ col verde
  • 1 rama de apio
  • 2 vasos de agua

Preparación: Inicialmente, se debe lavar y trocear la col verde. Luego, cortar el apio en varios pedazos y llevar todos los ingredientes a la licuadora para procesarlos durante varios minutos. Finalmente, se debe beber sin colar, pero es importante recordar que esta bebida no se debe consumir con el estómago vacío porque puede empeorar las molestias.

¿Cómo prevenir las úlceras estomacales?

Por su parte, la revista especializada UnCOMO, publicada a través del portal Mundo Deportivo, reseñó algunos de estos que se deben modificar para prevenir úlceras.

1. Evitar alimentos disparadores: ajustar las dietas resulta crucial para mantener el bienestar del organismo y prevenir que algunas afecciones se agraven, como en el caso de las úlceras gástricas. Según señala el portal sobre medicamentos Drugs.com, ciertos alimentos ácidos, picantes o altos en grasa pueden incrementar las molestias asociadas a esta condición, por lo que se aconseja evitarlos.

2. Hacer ejercicio: varios de los problemas en el estómago están relacionados con el estrés, por lo que existen algunos ejercicios de yoga que pueden prevenir varias de las dolencias y malestares generales de esta enfermedad.

3. Fumar: esta práctica debe ser mitigada, pues, según Medlineplus, el tabaco retrasa la curación de la úlcera. Sin embargo, y a pesar de los peligros que entraña el hábito del cigarrillo, no es fácil que una persona deje de fumar. Debe ser un proceso paulatino y de paciencia.

4. Controlar las medicinas: si al consumir medicamentos se presentan molestias, se debe consultar con el médico de cabecera si es posible remplazarlos o ingerir en menor cantidad. Nunca se deben suspender sin autorización médica.

Por otro lado, los cambios en la dieta pueden ayudar a prevenir el desarrollo de úlceras gástricas y para ello las personas deben incluir más nutrientes. Incluso, el portal de Sanitas recomienda los siguientes modos de preparación de los alimentos:

  • Carne: lo mejor es limitarse a la carne magra (pollo, pavo, cerdo, etc.), y prepararla a la plancha o cocida, retirando previamente la grasa y la parte fibrosa magra.
  • Pescado: el blanco (merluza, rape, bacalao, lenguado, lubina, etc.) tiene menos grasa que el azul (sardina, corvina, caballa, etc.). Debe prepararse a la plancha o hervido.
  • Huevos: solo cocidos o en tortilla.
  • Lácteos: preferiblemente pocos y desnatados.