El sueño es importante para la salud en general, ya que cuando no se duerme lo suficiente (privación del sueño), puede haber cansancio y puede afectar el rendimiento, incluyendo la capacidad de pensar con claridad, reaccionar rápidamente y formar recuerdos, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

“El dormir mantiene todos los aspectos del cuerpo de una forma u otra: el equilibrio energético y molecular, así como también la función intelectual, el estado de alerta y el humor”, explica el Dr. Merrill Mitler, experto en sueño y neurocientífico de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).

Adicional, la biblioteca señaló que los estudios muestran que no dormir lo suficiente o dormir mal aumenta el riesgo de:

  • Enfermedad del corazón.
  • Accidente cerebrovascular.
  • Enfermedad del riñón.
  • Obesidad.
  • Diabetes tipo 2.

De igual forma, explicó que no dormir lo suficiente puede afectar la liberación de las hormonas que lo ayudan a crear masa muscular, combatir infecciones y reparar células. Además, en los niños puede hacer que no liberen suficientes hormonas que los hacen crecer.

Así las cosas, es importante señalar que la cantidad de sueño que se necesita depende de varios factores, incluyendo la edad, estilo de vida y estado de salud, entre otras, pero las recomendaciones generales para dormir son:

  • Recién nacidos: 16-18 horas al día.
  • Niños en edad preescolar: 11-12 horas al día.
  • Niños en edad escolar: por lo menos 10 horas al día.
  • Adolescentes: 9-10 horas al día.
  • Adultos (incluyendo adultos mayores): 7-8 horas al día.

Una buena noche de sueño consiste en 4 o 5 ciclos de sueño. Cada ciclo incluye períodos de sueño profundo y movimientos oculares rápidos (MOR) o sueño desincronizado, cuando soñamos. “A medida que avanza la noche, la porción de ese ciclo que se encuentra en sueño desincronizado aumenta. Resulta que este patrón de ciclos y progresión es fundamental para la biología del sueño” cuenta el Dr. Michael Twery, un experto del NIH en el sueño.

Dicho lo anterior, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, enumeró algunos consejos para dormir mejor, por ejemplo:

  • Mantenerse activo: la actividad habitual ayuda a promover las buenas noches de sueño. Establecer un horario para hacer ejercicios por lo menos algunas horas antes de acostarte y evitar las actividades estimulantes antes de la hora de dormir.
  • Hacer un control de los medicamentos que se toma: si la persona toma medicamentos con regularidad, consultar con el médico para saber si estos contribuyen al insomnio. Además, revisar las etiquetas de los productos de venta libre para saber si contienen cafeína u otros estimulantes, como pseudoefedrina.
  • Evitar o limitar las siestas: las siestas pueden hacer que sea más difícil conciliar el sueño por la noche. Si resulta imposible evitarlas, intentar que no duren más de 30 minutos y no tomar una siesta después de las 3:00 p. m.
  • Evitar o limitar la cafeína y el alcohol, y no consumir nicotina: todas estas sustancias pueden hacer que sea más difícil conciliar el sueño, y sus efectos pueden durar varias horas.
  • No tolerar el dolor: si una afección dolorosa perturba, se debe hablar con el médico sobre las opciones de analgésicos que tengan la eficacia suficiente para mantener el dolor bajo control mientras se duerme.
  • Evitar las comidas abundantes y las bebidas antes de acostarse: un tentempié liviano es suficiente y puede ayudar a evitar la acidez estomacal. Beber menos líquido antes de acostarse para no orinar con tanta frecuencia.

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.