Al comer los alimentos adecuados para la salud del cerebro, los expertos todavía están en el proceso de descubrir cuáles son los mejores.

Según un estudio publicado en la revista médica JAMA, en 2019, los factores del estilo de vida saludable pueden ayudar a reducir el riesgo de demencia, incluso si las personas tienen un mayor riesgo genético.

Este estudio, junto con otras investigaciones que analizan el impacto de los factores del estilo de vida en la demencia, se presentó en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer, 2019.

No hay cura ni medicina preventiva que pueda detener la demencia y su forma más común, la enfermedad de Alzheimer. Pero un creciente cuerpo de evidencia sugiere que la forma en que se vive puede potencialmente disminuir su riesgo.

En un estudio, las mujeres que eran alcohólicas aumentaron significativamente su riesgo de demencia. | Foto: FredFroese

El estudio encontró que entre las personas con un alto riesgo genético, las personas que mantenían un estilo de vida saludable, lo que significa que vigilaban su dieta, hacían ejercicio regularmente, mantenían su consumo de alcohol al mínimo y no fumaban, tenían menos probabilidades de desarrollar demencia más adelante en la vida.

El estudio examinó a 196.383 adultos de 60 años o mayores en Reino Unido y encontró que, específicamente, el 1,13 % de los que tenían un estilo de vida saludable desarrollaron demencia más adelante en la vida, en comparación con el 1,78 % de los que tenían un estilo de vida menos saludable, una diferencia estadística significativa.

Los adultos que participaron en el estudio se unieron al estudio desde 2006 hasta 2010 y los investigadores los siguieron hasta 2016 a 2017.

“Esta investigación es emocionante porque muestra que podemos hacer algo para contrarrestar el riesgo genético de demencia”, dijo Elzbieta Kuźma, investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter, que trabajó en el estudio.

“En nuestro estudio, la adhesión a un estilo de vida saludable se asoció con un riesgo reducido de demencia, independientemente del riesgo genético”.

Cabe resaltar que existieron algunas limitaciones para el estudio. Los pacientes eran todos de ascendencia europea y autoinformaron su estilo de vida.

“Si bien este estudio bien realizado agrega datos que sugieren que un estilo de vida saludable puede ayudar a prevenir la demencia en muchas personas, es importante recordar que algunas personas desarrollarán demencia sin importar qué tan saludable sea su estilo de vida”, indicó a Science Media Center, Tara Spiers-Jones, líder del programa de Investigación en Demencia de Reino Unido.

Spiers-Jones, quien también es subdirectora del Centro para el Descubrimiento de Ciencias del Cerebro en la Universidad de Edimburgo, no participó en el nuevo estudio.

“Necesitamos más investigación sobre los cambios cerebrales que causan las enfermedades que subyacen a los síntomas de la demencia para desarrollar prevenciones y tratamientos efectivos para todas las personas afectadas por la demencia”, dijo Spiers-Jones.

Otra investigación que se presentó en la conferencia de Alzheimer encontró un resultado similar después de observar los datos del Proyecto de Salud y Envejecimiento de Chicago y el Proyecto de Memoria y Envejecimiento de Rush, que siguió a los pacientes después de nueve años.

Las personas que adoptaron cuatro o cinco hábitos saludables de estilo de vida, una dieta saludable, al menos 150 minutos a la semana de actividad física moderada a vigorosa, consumo ligero a moderado, no fumar y participar en actividades de estimulación mental, redujeron el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer en un 60 % en comparación con las personas que tenían sólo uno de esos comportamientos más saludables.

Las personas que agregaron solo uno más de esos hábitos saludables a su estilo de vida, independientemente de lo saludables que estaban cuando comenzó el estudio, vieron que el riesgo de alzhéimer disminuyó en un 22 %.

Por otra parte, estudios adicionales que se presentaron en la conferencia también mostraron que las mujeres que eran alcohólicas aumentaron significativamente su riesgo de demencia más adelante en la vida. Fumar también parece estar asociado con un deterioro cognitivo, incluso en la mediana edad.