La covid-19 es la enfermedad causada por el nuevo coronavirus conocido como SARS-CoV-2 que causa una Infección Respiratoria Aguda (IRA), es decir gripa, que puede llegar a ser leve, moderada o grave.

Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que los síntomas más habituales de la covid-19 son:

  • Fiebre.
  • Tos seca.
  • Cansancio.

Otros síntomas menos frecuentes y que pueden afectan a algunos pacientes son:

  • Pérdida del gusto o el olfato.
  • Congestión nasal.
  • Conjuntivitis (enrojecimiento ocular).
  • Dolor de cabeza.
  • Dolores musculares o articulares.
  • Diferentes tipos de erupciones cutáneas.
  • Náuseas o vómitos.
  • Diarrea.
  • Escalofríos o vértigo.

Entre los síntomas de un cuadro grave de la covid-19 se incluyen:

  • Disnea (dificultad respiratoria).
  • Pérdida de apetito.
  • Confusión.
  • Dolor u opresión persistente en el pecho.
  • Temperatura alta (por encima de los 38° C).

Otros síntomas menos frecuentes son:

  • Irritabilidad.
  • Merma de la conciencia (a veces asociada a convulsiones).
  • Ansiedad.
  • Depresión.
  • Trastornos del sueño.
  • Complicaciones neurológicas más graves y raras, como accidentes cerebrovasculares, inflamación del cerebro, estado delirante y lesiones neurales.

Así las cosas, a nivel mundial más de 590 millones de personas se han contagiado del virus y por ello un estudio publicado en la Revista científica Nature reveló que “las personas que habían tenido la enfermedad enfrentaban riesgos sustancialmente mayores de 20 afecciones cardiovasculares, incluidos problemas potencialmente catastróficos como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, en el año posterior a la infección con el coronavirus SARS-CoV-2″.

Además, explicó que “las personas que habían ingresado en cuidados intensivos con infecciones agudas tenían un riesgo drásticamente mayor de problemas cardiovasculares, pero incluso las personas que no habían sido hospitalizadas tenían un mayor riesgo de muchas afecciones, que iban desde un aumento del 8 % en la tasa de ataques cardíacos hasta un aumento del 247 % en la tasa de inflamación cardíaca”.

Sobre la misma línea, de acuerdo con la investigación, “otro estudio reveló que las personas que habían sido hospitalizadas con covid-19 tenían aproximadamente tres veces más probabilidades que las personas no infectadas de enfrentar problemas cardiovasculares importantes dentro de los ocho meses posteriores a su hospitalización. Un segundo estudio encontró que, en los cuatro meses posteriores a la infección, las personas que habían tenido covid-19 tenían un riesgo aproximadamente 2,5 veces mayor de insuficiencia cardíaca congestiva en comparación con las personas que no habían sido infectadas”.

No obstante, señaló que “los efectos indirectos de la pandemia de covid-19, como las citas médicas perdidas, el estrés y la naturaleza sedentaria del aislamiento en el hogar, probablemente contribuyeron aún más a la carga cardiovascular de muchas personas”, según los científicos.

Adicional, la revista indicó que “el coronavirus está asociado con una amplia gama de problemas duraderos, como diabetes 2, daño pulmonar persistente, e incluso daño cerebral”.

Por tal razón, ante la presencia de la covid-19, es importante cambiar algunos hábitos, los cuales pueden ayudarle al cuerpo a fortalecer el sistema inmune y adicional, a cuidar el corazón.

Así las cosas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es indispensable consumir alimentos que contengan vitaminas y minerales, pues estos contribuyen en buena medida a prevenir enfermedades y fortalecer las defensas del cuerpo.

Por ello, lo recomendado es consumir, alimentos que contengan Vitamina C, vitamina A, vitamina B y, ácidos grasos como omega 3.

Asimismo, es importante hacer ejercicio, ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las personas con un nivel insuficiente de actividad física tienen un riesgo de muerte entre 20 y 30 % mayor en comparación con las personas que alcanzan un nivel suficiente de actividad física. Por eso, recomiendan hacer al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica intensa a la semana, o una combinación de actividad moderada e intensa.

Otras recomendaciones son:

  • Mantener bien los niveles de glucosa.
  • Controlar la presión arterial.
  • No fumar.
  • Mantener los niveles de colesterol dentro de los límites aconsejados.
  • Tener un peso saludable.
  • Seguir una alimentación balanceada.

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica, por ello, lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.