La presión arterial baja puede parecer deseable y para algunas personas no genera inconvenientes. Sin embargo, para otras, tenerla muy baja puede causar mareos y desmayos. Incluso, en casos graves, puede poner en riesgo la vida.

Según expertos del instituto Mayo Clinic, una lectura de la presión arterial inferior a 90 milímetros de mercurio (mm Hg) para el número superior (sistólica) o 60 mm Hg para el número inferior (diastólica) se considera, generalmente, presión arterial baja.

Las causas pueden variar desde la deshidratación hasta trastornos médicos graves. Es importante averiguar cuál es la causa de la presión arterial baja para que se la pueda tratar.

Las causas de esta situación pueden ser variadas. De acuerdo con Sanitas.es, este problema de salud puede obedecer a un cambio repentino y brusco de posición, haber estado de pie durante mucho tiempo, una reacción alérgica grave, una hemorragia con mucha pérdida de sangre, deshidratación, padecer una enfermedad cardíaca como arritmia o insuficiencia cardíaca, la ingesta de alcohol y el consumo de medicamentos como antidepresivos.

Los expertos indican que la presión arterial baja no es para preocuparse, si no se tienen síntomas. Pero, cuando sí los hay, pueden ser signos de que los órganos no están recibiendo suficiente sangre.

Si esto se presenta mucho tiempo, puede causar consecuencias graves, incluyendo: accidente cerebrovascular, ataque cardíaco y disfunción renal.

El portal especializado Medical News Today plantea algunos remedios naturales que pueden ayudar a subir y regularla.

1. Comer más sal. Contrario al consejo popular, las dietas bajas en sodio no son recomendables para todas las personas con problemas de presión arterial. En el caso de las personas con presión arterial baja, deben considerar aumentar moderadamente su ingesta de sodio para ayudar a subirla.

2. Evitar bebidas alcohólicas. El alcohol puede bajar la presión arterial aún más, por lo que las personas con hipotensión deben evitar beber alcohol en exceso.

3. Ingesta de medicamentos. La presión arterial baja puede ser un efecto secundario de varios medicamentos y por eso es recomendable hablar con el médico para evaluar el tema y validar qué puede estar generando la situación.

4. Cruzar las piernas al sentarse. Esto puede subir la presión arterial. Para personas con presión arterial alta, por el contrario, puede ser un problema.

5. Consumir agua. Beber agua puede ayudar a aumentar el volumen de sangre, lo que ayudará a aliviar una de las causas potenciales de la presión arterial baja. También puede evitar la deshidratación.

6. Comer menos, más seguido. Comer pequeñas porciones con más frecuencia durante el día puede ayudar con la presión arterial baja. Esto se debe a que las porciones pequeñas evitan la caída de la presión arterial, que está asociada con ingerir porciones más grandes y pesadas.

A diferencia de la tensión alta, la baja puede mostrar una condición saludable del cuerpo.

7. Evitar cambios de posición súbitos. Sentarse o pararse repentinamente puede causar una sensación de aturdimiento, mareos o un desmayo potencial en las personas con presión arterial baja.

8. Ser consciente de los síntomas. La presión arterial baja solo se considera un problema si la persona tiene síntomas. Si no se presentan, este tema puede ser considerado como un signo de buena salud.

¿Cuáles son los síntomas?

Algunas personas con presión arterial baja no tienen síntomas, pero cuando estos se presentan es importante hacerles seguimiento y consultar al médico.

Los mareos, desmayos, incapacidad de concentrarse, visión borrosa, náuseas, vértigo, somnolencia y fatiga pueden ser evidencias de que este tipo de tensión arterial sí es un problema.

En casos más extremos, la presión arterial baja puede causar shock. Esto es una emergencia médica grave causada por la reducción en el flujo de sangre a través del cuerpo. Puede dañar los órganos a nivel celular. Sus síntomas son una respiración rápida o superficial, piel fría y húmeda, desorientación, ritmo cardiaco acelerado, y pulso débil.

Ante este panorama, ante la aparición de síntomas es clave consultar a los especialistas con el fin de que se pueda usar un tratamiento tendiente a minimizar los efectos y regular los niveles de presión arterial.