Las proteínas están presentes en cada célula del cuerpo. El organismo las necesita para fortalecer y mantener los huesos, los músculos y la piel.

“Las proteínas son moléculas grandes y complejas que desempeñan muchas funciones críticas en el cuerpo. Realizan la mayor parte del trabajo en las células y son necesarias para la estructura, función y regulación de los tejidos y órganos del cuerpo”, precisa la biblioteca médica MedlinePlus.

Estas se obtienen de alimentos como la carne, los productos lácteos, las nueces y algunos granos o guisantes. Las que se encuentran en la carne y otros productos animales son proteínas completas, es decir, suministran todos los aminoácidos que el cuerpo no puede producir por sí mismo.

La mayoría de las proteínas de las plantas son incompletas y por ello se deben combinar distintos tipos de las que se hallan para obtener todos los aminoácidos que el organismo requiere para su normal funcionamiento, asegura este sitio web.

Los especialistas indican que es importante consumir proteínas todos los días, porque el cuerpo no las almacena del mismo modo que acumula grasas o carbohidratos. La cantidad que una persona necesita depende de su edad, sexo, estado de salud y nivel de actividad física.

El portal Salud Digital indica que las proteínas son una parte esencial en la dieta pues al consumirlas se le ayuda al cuerpo a reparar células y producir nuevas; además son necesarias para el crecimiento y el desarrollo de niños y adolescentes.

Las proteínas saludables aportan numerosos beneficios; por ejemplo, son ricas en nutrientes como vitaminas del complejo B, vitamina E, hierro, zinc y magnesio.

Dada su importancia, cuando el cuerpo no las consume de forma adecuada, puede enviar señales a las que se les debe prestar atención. Estas son algunas de ellas.

- Pérdida de masa muscular. Si el cuerpo no recibe suficientes proteínas, recurre a las del tejido muscular. Como resultado, los músculos se degradan, pierden volumen y resistencia. Esto lleva a que las personas se sientan más débiles e incluso en muchos casos con fatiga, precisa el portal Cuerpo Mente.

- Facilidad para contraer infecciones. El sistema inmunológico necesita proteínas para producir los anticuerpos que descubren los virus y bacterias y luchan contra ellos. Si al cuerpo le faltan proteínas se aumenta el riesgo de sufrir enfermedades infecciosas, que incluso pueden llegar a ser fatales.

- Antojos de alimentos. Según Cuerpo Mente, las proteínas se metabolizan, es decir, se transforman en glucosa, muy lentamente, por lo que contribuyen a que los niveles de azúcar en la sangre sean estables. Si el cuerpo no consume suficiente proteína es más fácil que los niveles de azúcar suban y bajen, lo que provoca cambios en los niveles de energía y antojos a deshoras, sobre todo de alimentos dulces y grasos, que son precisamente los que deben evitarse en la alimentación.

- Debilidad del cabello y la piel. Las proteínas mantienen el cabello sano y en su fase de crecimiento. Debido que el pelo, y los folículos que los sostienen, están hechos de proteínas, la falta de estas moléculas los debilita. Esta es una de las razones por las que las personas que están realizando dietas bajas en proteínas a veces ven que su cabello crece lentamente, precisa un artículo publicado en el diario BBC.

Así como sucede con el cabello también pasa con las uñas e incluso con la piel, pues dependen de las proteínas para regenerarse. “Niveles bajos de esta proteína causan arrugas y debilitamiento de la piel”, explica en su página web la Clínica Cleaveland, en Estados Unidos.

- Cambios de humor: La falta de proteínas puede provocar fatiga, cansancio, falta de concentración, insatisfacción e incluso en muchos casos puede ocasionar depresión.

- Mucho tiempo para recuperarse: Si las personas se enferman con frecuencia y adicionalmente tardan mucho tiempo en recuperarse, podría ser una señal de que el sistema inmune se encuentra debilitado como consecuencia de una carencia de proteínas. Las proteínas son un nutriente vital para el restablecimiento de la función inmune y de las lesiones. Cuando alguien se ha sometido a una operación quirúrgica, se le recomienda que aumente su ingesta de proteínas para acelerar su recuperación.

De igual forma, sin la suficiente cantidad de proteínas, las lesiones y las heridas tardan mucho tiempo en curarse o no lo hacen de la forma correcta.