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Las proteínas son los pilares fundamentales de la vida. | Foto: Getty Images

Vida Moderna

Riñones: así los afecta el exceso de consumo de proteínas

Todos los seres humanos pierden parte de la función renal mientras van envejeciendo.

1 de febrero de 2022

Los riñones filtran los desechos y el exceso de agua de la sangre, lo que se vuelve orina, de acuerdo con MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados.

Además, según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, los riñones producen hormonas que ayudan a:

  • Controlar la presión arterial.
  • Producir glóbulos rojos.
  • Mantener los huesos fuertes y saludables.

De igual forma, la biblioteca explicó que una persona puede correr mayor riesgo de padecer una enfermedad renal si tiene diabetes, presión alta, enfermedad cardíaca o un familiar cercano con algún problema de los riñones.

De hecho, el instituto señaló que las probabilidades de tener enfermedad de los riñones aumentan con la edad y, entre más tiempo se haya padecido de las enfermedades nombradas, hay mayor probabilidad de sufrir de la enfermedad de los riñones.

“A medida que progresa la enfermedad de los riñones, una persona puede presentar con hinchazón, llamada edema. El edema ocurre cuando los riñones no pueden deshacerse del exceso de líquido y sal. El edema puede aparecer en las piernas, los pies o los tobillos y con menos frecuencia en las manos o la cara”, explicó el instituto.

Sin embargo, hay otros síntomas como, por ejemplo, dolor torácico, piel seca, picazón o entumecimiento, cansancio, dolores de cabeza, aumento o disminución de la micción, pérdida del apetito, espasmos musculares, náuseas, falta de aliento, problemas para dormir, problemas de concentración, vómitos o pérdida de peso.

Otras enfermedades de los riñones pueden incluir cáncer, quistes, piedras o infecciones y, para detectar si hay una enfermedad renal, el médico debe hacer pruebas de sangre y orina. Los síntomas se desarrollan muy tarde y por lo general aparecen cuando los riñones fallan completamente, que es cuando el médico debe ordenar un trasplante renal o un tratamiento con diálisis para reemplazar la función que normalmente desempeñan los riñones.

Hay que señalar que todos los seres humanos pierden parte de la función renal mientras van envejeciendo y una persona puede sobrevivir incluso con solamente un riñón.

Por tal razón, tener una alimentación adecuada es una buena decisión si de evitar afectaciones futuras se trata y pese a que se dice que el exceso de consumo de proteínas afecta los riñones, unos científicos de la Universidad de McMaster (Canadá) revelaron un estudio que fue publicado en la revista Journal of Nutrition y citado por Infosalus, el cual desmiente dicha hipótesis, pues según explicaron los investigadores “simplemente no hay evidencia que vincule una dieta alta en proteínas con la enfermedad renal en individuos sanos o en aquellos con riesgo de enfermedad renal debido a condiciones como la obesidad, la hipertensión o incluso la diabetes tipo 2″.

Adicional, el supervisor del estudio, Stuart Phillips dijo: “Es un concepto que ha existido durante al menos 50 años y lo escuchas todo el tiempo: las dietas ricas en proteínas causan enfermedades renales. El hecho es, sin embargo, que simplemente no hay evidencia para respaldar esta hipótesis. De hecho, es lo contrario: el aumento de proteínas aumenta, no disminuye, la función renal”.

Alimentos con proteína animal:

  • Pollo.
  • Pescado.
  • Carne.
  • Huevos.
  • Lácteos.

Alimentos con proteína vegetal:

  • Frijoles.
  • Nueces.
  • Granos.

Asimismo, otras fuentes buenas de proteína incluyen: semillas, entre ellas, almendras, avellanas, nueces mixtas, cacahuetes, mantequilla de maní o semillas de girasol, pero estas son ricas en grasa así que se debe moderar el tamaño de la porción.

Por su parte, la biblioteca explicó que la cantidad de proteína que necesita una persona dependerá de las necesidades generales de calorías. Sin embargo, indicó que la ingesta diaria recomendada de proteína para los adultos saludables es de 10 % a 35 % de sus necesidades calóricas totales. Por ejemplo, una persona que consume una dieta de 2.000 calorías podría comer 100 gramos de proteína, lo que proporcionaría el 20 % de su total de calorías diarias.

De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.