El edema, conocido popularmente como retención de líquidos, es un aumento en el volumen del líquido intersticial, es decir, una acumulación excesiva de líquidos en los tejidos, de acuerdo con un blog de la Fundación Española del Corazón.

De acuerdo con Medline Plus, web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, las causas pueden ser: consumir demasiada sal, quemaduras de sol, insuficiencia cardíaca, enfermedades de los riñones, problemas hepáticos por cirrosis, embarazo, problemas con los ganglios linfáticos, especialmente después de una mastectomía, algunas medicinas, permanecer mucho tiempo de pie o sentado cuando hace calor.

Sin embargo, existen algunos consejos que pueden ayudar a tratar la afección, como ingerir una dieta bien equilibrada, reducir la cantidad de sal, caminar o hacer otro tipo de ejercicio, ya que ayuda a que los líquidos vuelvan a bombearse al corazón. Además, cuando se esté sentado o recostado, se recomienda poner la zona afectada en alto. Asimismo, evitar estar de pie durante períodos prolongados o sentarse con las piernas cruzadas, son otras recomendaciones según el sitio web informativo para pacientes de la American Society of Clinical Oncology (la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica, ASCO).

Sobre la misma línea, la revista GastroLab de El Heraldo de México, reveló que consumir miel con ajo es ideal para reducir la retención de líquidos, ya que la miel tiene propiedades antibióticas y el ajo tiene propiedades antibacterianas.

En consecuencia, para obtener los beneficios, en un frasco pequeño de miel se debe agregar un diente de ajo picado. Después, se debe dejar reposar por una semana en un lugar oscuro y finalmente se puede consumir; lo ideal es revolver una cucharada de la mezcla con un vaso de agua tibia y beberlo en las mañanas en ayudas durante siete días.

Asimismo, la fundación argentina Mundo Sano explicó que existen cuatro tés que pueden ayudar con la afección.

1. Té verde: tiene una gran cantidad de polifenoles y vitaminas C, A y B, además de minerales como el zinc, selenio y magnesio.

2. Té de Jamaica: tiene altos porcentaje en vitamina C, antioxidantes, minerales, omega, flavonoides, vitamina A, fenoles y antocianinas y fibra.

3. Té de perejil: solo dos cucharadas de perejil aportan 2 % de calcio, hierro y ácido fólico que necesita el organismo a diario, 12 % de vitamina A, 16 % de vitamina C y más de 150 % de vitamina K, según reseña el diario español AS.

4. Té de cola de caballo: la cola de caballo se utiliza para tratar la retención de líquidos (edema), las infecciones de las vías urinarias, la pérdida del control de la vejiga (incontinencia urinaria), las heridas y muchas otras condiciones; aunque no existe buena evidencia científica para apoyar estos usos. Podría no ser seguro el uso de la cola de caballo, según Medline Plus.

Otros beneficios del ajo y la miel

Uno de los principales beneficios del consumo de ajo es que disminuye el riesgo de sufrir problemas de presión arterial. Además, el ajo puede combatir los procesos de inflamación, pues incorpora elementos como el disulfuro de dialilo que sirve para tratar de manera natural la artritis.

Por su parte, la miel natural facilita la producción de glucógeno en el hígado, una reserva natural que se genera para cuando el cuerpo lo necesite.

Asimismo, el azúcar natural que contiene la miel ayuda a producir una pequeña secreción de insulina y es gracias a esta hormona que se permite la creación de la melatonina, la hormona encargada de regular el sueño.

De todos modos, antes de consumir algún medicamento o iniciar un tratamiento lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique que es lo más adecuado para cada persona.