Historias de licores

Rones de altura

Los nacionales han llegado, finalmente, a un punto de agradable madurez. Y no solo porque sus períodos de añejamiento son cada vez más largos, sino porque han evolucionado positivamente en estilo y presentación

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Hugo Sabogal
20 de noviembre de 2013, 12:00 a. m.
Latinstock Colombia / Corbis

Las tres licoreras que lideran este asombroso proceso de mejoramiento son Antioquia, Caldas y Cundinamarca, en orden estrictamente alfabético. A estas se les ha sumado ahora un jugador totalmente inesperado, perteneciente a un rubro hasta hace poco ajeno a la producción de licores. Se trata de Juan Valdez, productor de cafés y alimentos afines. En Colombia, este licor se estaba promoviendo de manera equivocada como vehículo de fiesta y rumba, totalmente en contraposición a como vienen haciéndolo aquellos países más reconocidos por sus rones de calidad. En ellos se les identifica como cómplices de momentos más sosegados e, incluso, románticos. La imagen que transmite el ron es la de un atractivo hombre alto, de tez morena y ojos oscuros, algo enigmático y misterioso, y siempre listo para la conquista. No puede ni debe olvidarse que esta bebida se originó en el Caribe, de donde proviene la tafia o ron-madre de los rones nacionales. La selección nacional incluye Ron Medellín Extra Añejo Gran Reserva 12 años, producido por la Fábrica de Licores de Antioquia; el segundo es Ron Viejo de Caldas Gran Reserva Especial, estandarte de la Industria Licorera de Caldas; le sigue Ron Santa Fe Nido de Cóndores 12 Años, de la Empresa de Licores de Cundinamarca, y por último, y no por eso menos importante, es Ron de Café Juan Valdez. Sin excepción, sus botellas han sido cuidadosamente diseñadas y elaboradas con materias primas seleccionadas. Las etiquetas fueron preparadas por expertos nacionales e internacionales, y en la mezcla del producto se han empleado tafias antillanas de los mejores productores del Caribe. De igual manera, sus actividades de promoción y publicidad no tienen nada que envidiarles a las campañas de las firmas más reconocidas de licores y destilados del mundo. Y lo que, sin duda, es más trascendental es que las bebidas poseen complejidad, estructura y gran riqueza aromática y gustativa. Son para sentarse a saborearlas, sin prisa. Hace apenas seis años, la revista ProyectoDiseño advertía que “las empresas licoreras (colombianas) están quedadas en actualizar y darle valor a sus marcas con un tratamiento profesional que, respetando y construyendo sobre lo existente, presenten una cara actual, moderna, de un producto serio y con valor agregado para los consumidores”. Esto es, justamente, lo que han logrado los cuatro rones reseñados a continuación. Mi recomendación es darles la oportunidad que se merecen. Vea los rones reseñados en las notas relacionadas a este artículo.

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