Corría 1993 cuando, en inmediaciones del Aeropuerto Internacional José María Córdova, abrió sus puertas una de las zonas francas más importantes de Antioquia. Lo hizo impulsada por la vinculación como socios de grandes gigantes industriales como Suramericana de Seguros, Cementos Argos, Fabricato, Coltejer, ConConcreto y Leonisa. Compañías que siguen aunando esfuerzos para promover la competitividad en la región, incentivar la producción de bienes y servicios para mercados principalmente extranjeros y fortalecer las economías de escala.Los 150.000 metros cuadrados construidos hoy, en comparación con los 30.000 que tenía en 2007, dan cuenta de la dinámica de esta zona franca a la que cada vez se suman más empresas, entre ellas Maaji, una compañía de confecciones, que exporta productos a 52países. Quienes forman parte de esta área gozan, entre otros beneficios tributarios, de la tarifa única de impuestos de renta del 20 por ciento y la exención en parafiscales, al igual que del pago de gravámenes aduaneros sobre maquinaria, bienes intermedios y materias primas, explica Carlos Alberto Mesa Posada, gerente de la Zona Franca de Rionegro.De acuerdo con reportes del Dane, de las tres zonas francas que operan en Antioquia solo la de Rionegro reportó ventas al extranjero por 94,7 millones de dólares. Esto significa un incremento del 13 por ciento en comparación con 2016. A pesar de que entre enero y junio de 2017 estas áreas industrializadas de Colombia tuvieron una variación negativa del 35 por ciento en exportaciones respecto del mismo periodo de 2016, expertos del sector destacan que son motores de desarrollo para las economías y que tienen un poder mayor al de un Tratado de Libre Comercio (TLC).De hecho, las exportaciones totales desde las zonas francas colombianas el año pasado sumaron 3.093,1 millones de dólares. Estorepresentó un aumento del 46,7 por ciento frente a 2015, cuando alcanzaron 2.108,8 millones de dólares. Muchas regiones del mundo han encontrado su vocación gracias a los ambientes cada vez más globalizados. Los territorios especiales, como las zonas francas, serán definitivos para la economía, pues aportan competitividad e infraestructura suficientes para reducir costos y aumentar la eficiencia.