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Jaguar de Luna, de la compañía El Baúl de la Fantasía.

NIÑEZ

La 'Fiesta de las Artes para la Infancia: Monstruos y Maravillas', arte necesario para los más pequeños

Hasta el 23 de junio, este festival ofrece espacios de juego, imaginación y risas que le permitirán a muchos compartir con sus niñas y niños y renovar su capacidad de asombro.

Angélica García
14 de junio de 2019

“Cuidar a la infancia es una responsabilidad de todos”

Lylyan Rojas

Una ciudad que marcha muy de prisa, que lucha por lidiar con sus mil problemas, con el transporte, con el mal humor y con el dolor de sus habitantes, la mayor parte del tiempo se olvida de que también puede y debe ser un lugar mágico para los más pequeños, encerrados usualmente en casas, colegios, jardines o en lugares de beneficencia. Pues si los niños olvidan el sonido de las sonrisas, el juego, y la magia, a esa ciudad no le queda mayor esperanza.

El Baúl de la Fantasía y la Compañía Escénica Vórtice unieron fuerzas para ofrecer a la ciudad La Fiesta de las artes ara la infancia: monstruos y maravillas una iniciativa quijotesca, sin recursos estatales o privados pero con una tremenda voluntad. Esta ocasión, en función de la infancia, contará con talleres, cine, títeres, teatro, charlas, foros, pintura, dibujo para niños, artistas, pedagogos, padres, y público en general.  Porqué en la infancia se trazan brochazos fuertes que influencian vivencias y perspectivas de cada ser humano: la mente, el cuerpo y el alma más puros, están dispuestos a descubrir.

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Circo Medieval de La Pepa del Mamoncillo

Guiados por la convicción de que crecer en ambientes atiborrados de arte cambia la percepción de la vida y transforma la realidad, Sergio Murillo, director del Baúl de la Fantasía, artista, titiritero, y gestor de teatro en la ciudad y Lylyan Rojas, actriz, gestora y directora de la Compañía Escénica Vórtice, decidieron embarcarse hacia el país de nunca jamás y navegar en un barco lleno de artistas que piensan en los niños, escriben, dibujan, hacen cine, actúan, y payasean para construirle a los más pequeños mundos donde puedan jugar, reír, aprender, y escapar de la realidad en blanco y negro que los adultos suelen pintar.

Junto a Sergio y Lylyan, se sumergieron otros artistas, pedagogos, y entidades culturales como La Sala, Teatro Comunidad, Academia de Artes Guerrero, entre otras, que aportan desde sus oficios y se preocupan por la niñez, por la forma cómo se le ha violentado, se le ha olvidado, y se ha convertido en un mercado más desde la óptica consumista. La televisión, los medios de comunicación, las redes sociales, y el capitalismo ofrecen entretenimiento que sirve más para librar a los padres de su labor que para enseñar.

Jaguar de Luna de la compañía El Baúl de la fantasía

Por fortuna, el arte, la semilla que se rehúsa a morir en medio de territorios cansados, cuenta con sembradores que resisten a un mundo sin control y cuidan la semilla como un tesoro. La van regando de poesía, juego, color, olor, personajes, imágenes, voces, letras, melodías, ritmos hasta que florece y, en este caso, la entregan a los niños. Así, cuando sean grandes, pueden tener una conciencia más crítica  y responsable, lejos del consumo como marco.

Esta fiesta pretende abrir espacios para que se pueda dar la discusión frente a qué significa hacer arte para la infancia, y cómo lograr que los padres lleven a sus hijos a habitar espacios artísticos. También es una invitación a recuperar la capacidad de juego e imaginación de los niños, y desde allí enseñar valores sociales como la igualdad, el cuidado propio y del otro, el respeto, la fraternidad, la justicia, y la convivencia en términos de aceptación y afecto. Desde una mirada pedagógica y artística, esta fiesta invita a pensar qué se le vende a los niños y a sus padres como “diversión”... reevaluar el consumo para la infancia.

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El proyecto también se preocupa por hablar sobre cómo contarle temas complejos a la niñez, porque la sociedad se ha ocupado de subvalorar su capacidad de análisis y evade temas como la sexualidad, el conflicto, la violencia, la guerra, el maltrato, etc… Así, los más pequeños sufren todas estas problemáticas sin herramientas para comprender o defenderse en la soledad de sus miedos. A los niños vale hablarles de todo, aún más cuando su hábitat está permeado de violencias. Se deben encontrar herramientas que narren desde la poética, para hacerlos partícipes de su realidad y, quizá, gestores de cambio y reconciliación. La niñez desde su sinceridad, libertad, creatividad y tantas cualidades propias, es la semilla que puede reconstruir los campos violentados y hacer que florezcan en términos de perdón y aceptación. Esto solo se logra hablando desde la sinceridad, la memoria y, en este caso, el arte, que está abierto a resignificar el mundo.

La infancia en Colombia necesita espacios, territorios, hogares, encuentros y nichos donde su avidez de aprender y crear sea explorada. Necesita cuidado, enseñanzas y que se construyan hábitos con ellos en torno al amor, el juego. Así se cultiva un público que se interese por las artes y desarrolle sensibilidad desde su niñez. Vale apostar por el arte como transformador e ingrediente indispensable para la construcción de paz y convivencia, y ser una fuente de crecimiento en los niños.

“Todos a embarcarnos con los niños, a narrarles, dibujarles, y crearles mundos posibles donde habitar y resignificar el dolor, los miedos y las relaciones”.

INFORMACIÓN GENERAL

La Fiesta de las Artes ara la Infancia: Monstruos y Maravillas

Fecha: Del 8 al 23 de junio de 2019

Mayores informes: 311 516 3702 – 318 794 6238

Facebook: @fiestadelasartesparalainfancia

Consulte la programación: www.baulfantasia.com