El cáncer de cuello uterino es una de las primeras causas de muerte en la población femenina y representa el mayor riesgo entre las mujeres de 30 y 59 años. | Foto: Google

Salud

El cáncer de cuello uterino dejaría de ser un problema de salud pública hasta 2100

Un estudio publicado en la revista médica The Lancet asegura que la vacuna del VPH y la detección temprana serían la clave para que a finales de siglo esta enfermedad desapareciera. En Colombia, es la primera causa de muerte entre mujeres de 30 a 59 años.

21 de febrero de 2019

Actualmente, el cáncer de cuello uterino mata a más de 300.000 mujeres en todo el mundo cada año. Y de acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), sólo en el continente americano, más de 72.000 mujeres fueron diagnosticadas con la enfermedad en 2018 y casi 34.000 fallecieron. En Colombia, lo que se sabe, es que este tipo de cáncer es una de las primeras causas de muerte en la población femenina y representa el mayor riesgo entre las mujeres de 30 y 59 años.

El cáncer cervical podría eliminarse totalmente en la mayoría de los países del mundo para fines del siglo XXI.

Aunque sus causas aún no son completamente conocidas, se sabe que ciertos tipos de infecciones como el Virus del Papiloma Humano (VPH), producen la enfermedad. Y si bien algunos de sus 100 tipos sólo generan lesiones benignas, como verrugas genitales o condilomas; existen al menos 14 de ellos pueden progresar a cáncer. Se estima, además, que del 50 al 80 por ciento de las mujeres pueden llegar a ser infectadas con VPH a lo largo de su vida: 80 por ciento resultan pasajeras y se resuelven espontáneamente, pero el 20 por ciento restante puede derivar en en esta enfermedad mortal.

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Pero la ciencia también ha comprobado que la vacunación contra el virus del papiloma humano puede reducir el riesgo significativamente. Al menos un 70 por ciento de los casos, según el Ministerio de Salud. Sin embargo, un estudio publicado por la prestigiosa revista The Lancet esta semana, afirma que el cáncer cervical podría eliminarse totalmente en la mayoría de los países del mundo para fines del siglo XXI.

La clave, según de los investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia, estaría precisamente en la ampliación de la cobertura en vacunas del VPH y la detección temprana. Si se logra  la cobertura y la combinación de estos dos factores, no sólo se podrían evitar 6, 7 millones de casos para 2020, sino que se podrían prevenir hasta 13,4 millones de casos de cáncer cervical en los próximos 50 años.

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El informe explica que de cumplirse a cabalidad este reto, la tasa media de casos anuales en los países con los niveles altos de desarrollo prácticamente caería a cero a fines de siglo, mientras que en los países de medianos ingresos disminuiría a 4 casos por cada 100 mil mujeres y en los más bajos a 14 de cada 100 mil habitantes. Esto significa que el cáncer de cuello uterino dejaría de ser un problema de salud pública de primera categoría en el mundo.

La tasa media de casos anuales en los países de medianos ingresos disminuiría a 4 casos por cada 100 mil mujeres y en los más bajos a 14 de cada 100 mil habitantes.

Se estima que más de 44 millones de mujeres serán diagnosticadas con cáncer cervical en los próximos 50 años si los países de medianos y bajos ingresos no implementan programas de prevención primaria y secundaria. Pero si la vacunación de alta cobertura se puede implementar rápidamente, los autores aseguran que “se verá un efecto sustancial en la carga de la enfermedad después de tres a cuatro décadas”. No obstante, el impacto a más corto plazo requerirá la entrega de pruebas de detección cervical a grupos de mayor edad que no se beneficiarán de la vacunación contra el VPH.

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El trabajo también plantea que aunque la detección cervical y la vacunación contra el virus se han implementado en la mayoría de los países de ingresos altos, la cobertura sigue siendo muy baja en los países de ingresos bajos y medios. El reto, entonces, será que la mayoría de la población femenina pueda tener acceso tanto a la vacuna, como a los tratamientos posteriores. La advertencia coincide con las cifras de la OPS, que en sus informes recientes registra que las tasas de mortalidad por cáncer de cuello uterino son 3 veces más altas en América Latina y el Caribe que en países como Norteamérica.  La barrera está principalmente en las desigualdades de acceso a la salud.

Los investigadores también reconocen otras limitaciones. Entre ellas los movimientos antivacunas, que recientemente la Organización de Salud Mundial (OMS) reconoció como una de las 10 amenazas más grave para la salud mundial. Por otra parte, advieten que aunque sus predicciones están basadas en información de alta calidad de la Agency for Research on Cancer, el estudio carece de datos fidedignos sobre la incidencia del cáncer a lo largo plazo en países en vía de desarrollo. 

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Además, señalan que su modelo asumió la protección de la vacuna de por vida y no consideró las diferencias en el comportamiento sexual según los distintos países, lo que podría afectar las estimaciones. Actualmente, las vacunas de VPH están disponibles en 35 países del continente, pero las tasas de cobertura con las dos dosis aún no alcanzan a cubrir al 80 por ciento de las niñas. La recomendación de la OPS es vacunar a las niñas de 9 a 14 años, cuando la vacuna es más efectiva.